(Londres).- Una molécula que tiene la receta para fabricar medicamentos dentro de las células del cuerpo está entusiasmando tanto a científicos como a inversores, atrayendo cientos de millones de dólares a una puja por el próximo campo promisorio de la biotecnología.

 

Empresas alemanas y estadounidenses están liderando la carrera por el ARN mensajero sintético, o tecnología ARNm, un nuevo enfoque para combatir una amplia gama de enfermedades de difícil tratamiento.

En teoría, la promesa del ARN mensajero es enorme, con alcances desde el cáncer y enfermedades infecciosas hasta desórdenes cardíacos y renales, puesto que puede usarse para combatir el 80 por ciento de las proteínas que son difíciles de afectar con los medicamentos existentes.

A pesar de una reciente corriente vendedora de acciones biotecnológicas, desencadenada por la amenaza de la aspirante demócrata a la presidencia de Estados Unidos Hillary Clinton de tomar medidas enérgicas para contener los precios de los medicamentos, el entusiasmo por el ARNm está creciendo.

Moderna Therapeutics, una empresa con cuatro años de historia y con sede Massachusetts, levantó un récord de 450 millones de dólares en una ronda de financiamiento privado en enero, que la valora en 3.000 millones de dólares. La compañía ha acaparado la atención por el momento, pero empresas alemanas están mostrando su fuerza.

CureVac, una empresa privada en la ciudad universitaria de Tubinga y que ya cuenta con respaldo del co-fundador de Microsoft Bill Gates gracias a su trabajo en vacunas, recaudó 110 millones de dólares la semana pasada de nuevos inversores, lo que la valora en 1.600 millones de dólares.

BioNTech, que tiene su sede en Maguncia, cerró un negocio que puede llegar a valer 1.500 millones de dólares con Sanofi para usar ARNm para combatir el cáncer.

Los medicamentos biotecnológicos de la actualidad usan complejas proteínas o anticuerpos para tratar una enfermedad, mientras que pastillas tradicionales como la aspirina o el Vigra son simples químicos. Utilizar ARN sintético es un modelo completamente diferente.

El ARNm sirve como un software que puede ser inyectado en el cuerpo para instruir a los ribosomas, las "impresoras 3D" que se encuentran dentro de las células, para producir en masa las proteínas deseadas.

"Este es un enfoque radicalmente diferente de los convencionales, donde las proteínas terapéuticas son producidas fuera del cuerpo humano y los ingredientes activos necesitan ser aislados, purificados y enfriados y luego vueltos a insertar en el cuerpo humano con una gran complejidad y costo", dijo el cofundador y presidente ejecutivo de CureVac, Igmar Hoerr.

UNA APUESTA DE LARGO PLAZO

El ARN, que ayuda a retransmitir la información codificada en las moléculas de ADN de doble hélice, fue durante mucho tiempo un área que sólo tuvo un interés académico, porque se le consideraba muy inestable como para controlarlo.

No obstante, los avances en química han mejorado tanto la estabilidad como la potencia, allanando el camino para el diseño de potenciales medicamentos, pese a que hay enormes desafíos que superar antes de probar su valor clínico.

"Todavía es una apuesta de largo plazo", dijo Andy Smith, presidente de inversiones del gestor de fondos Mann Bioinvest. "No creo que todavía estemos listos para el horario estelar".

Aún así, cada vez más las grandes farmacéuticas están haciendo fila para cerrar negocios con empresas de ARNm.

"Es un campo que se mueve rápidamente", dijo Marcus Schindler, vicepresidente de descubrimientos de medicamentos cardiovasculares y metabólicos de AstraZeneca.

"Pronostico que tendrán un impacto significativo", añadió. Como se trata de un producto sintetizado químicamente, Schindler cree que el ARNm debería de ser más barato de fabricar que los costosos medicamentos de anticuerpos.

No obstante, hay obstáculos que tienen que ver con optimizar la ingesta y los posibles efectos secundarios. Además, la historia de los avances en biotecnología sugiere que probablemente habrá imprevistos en la medida en que la tecnología se mueva a una fase de grandes ensayos clínicos

Fuente: Reuters