(Buenos Aires).- El paciente paga más y su médico cobra menos. ¿Cuáles son las causas de este problema en la actualidad? Un análisis desde la Cámara de Medicina Oftalmológica (CAMEOF).

No es aceptable que a la gente se le cobre más por su plan de salud y a su médico no se le pague en tiempo y forma.

En una Argentina donde se pretenden discutir nuevos paradigmas, hay situaciones que no cambian. Los aranceles de los prestadores de salud, vale la aclaración; los prestadores son los efectores de las prestaciones que reciben los pacientes en definitiva en cabeza de los médicos. En oftalmología en particular las Clínicas, Institutos y consultorios donde atiende tu oftalmólogo. Durante el gobierno de Alberto Fernández, la inflación acumulada llegó al 1175% tomando como referencia los datos del INDEC.

En el mismo período, según la UAS (Unión Argentina de Salud) que nuclea a las principales entidades de medicina prepaga (EMP). Desde esa fecha hasta hoy, solo a modo de ejemplo: los sueros aumentaron 1.907%, los pañales 5.377%, ropa descartable 1.832%, Placas 1.569%, Gammaglobulina 1.910%, Sustancias de contraste 3.547%, medicamentos 1.850%, mientras que la cuota subió un 767% y los aranceles prestacionales 700%.

De acuerdo con los relevamientos de CAMEOF (Cámara de Medicina Oftalmológica) el incremento de la estructura de costos asciende en promedio al 1379%, teniendo incrementos de algunos insumos específicos que llegan al 3000% y hasta el 5000%. Superando por lejos en el caso de estos últimos el valor de las plazas más caras del planeta.

Por ende, el retraso en los aranceles que deben ser adecuados es de cerca del 700%. En todo el proceso del gobierno anterior los aranceles no se adecuaron a la evolución de los costos por dos razones fundamentales. En primer término por el atraso histórico que las empresas de medicina prepaga mantienen con los prestadores que para la serie 2005 al 2020 se elevaba al 154%. Luego durante la pandemia y la dilatada cuarentena el sector financiador durante dos años cobró sus cuotas y redujo abruptamente sus prestaciones en una clara alineación a la política restrictiva del gobierno incluso tomando atribuciones por encima de su competencia no autorizando la realización de actos médicos priorizando claramente un criterio financiero por sobre cualquier prioridad sanitaria. Superada la cuarentena el gobierno reguló los aumentos y la medicina prepaga quedó retrasada con respecto a la inflación. Argumento recurrente para no adecuar en su justa medida las necesidades de los prestadores de salud y profundizando la asimetría preexistente.

El fundamento central para justificar el aumento de las cuotas de medicina prepaga para este nuevo ciclo, es el aumento de la estructura de costos de los prestadores de servicios de salud, los efectores.

El paciente paga más y su médico cobra menos. ¿Cuáles son las causas de este problema en la actualidad?

Luego de la puesta en vigencia del DNU 70/2023 BASES PARA LA RECONSTRUCCIÓN DE LA ECONOMÍA ARGENTINA, las empresas de medicina prepaga anunciaron un incremento del 40% de la cuota en el mes de enero que abonan los afiliados a las mismas, y se prevé nuevos aumentos en lo sucesivo. A su vez del DNU posibilita a las mismas captar libremente afiliados sin la intermediación de una Obra Social como venía ocurriendo antes del decreto.

Algunas prepagas han ofrecido a los prestadores de salud, es decir a los efectores de los actos médicos un incremento del 36%. Dicho incremento a su vez impactará en los prestadores de salud a los 90 días promedio de su realización. Por un principio financiero que reconoce el valor del dinero en el tiempo el valor real que los prestadores recibirán o el incremento real será del 18% aproximadamente si consideramos la depreciación del valor de la moneda producto de una inflación cercana al 25%.

En números concretos, una consulta oftalmológica que debería valer 20 dólares en virtud de la necesaria amortización de los diferentes equipos y tecnología necesaria para realizar la misma. Tengamos en cuenta que sólo montar un consultorio oftalmológico cuesta más de 30.000 dólares. Una consulta con el oftalmólogo en la Argentina promedio se paga $2500 por parte de las empresas de medicina prepaga. El valor ofrecido de aumento ascendería a $3400, pero en realidad al pagarse a los 90 días promedio. El oftalmólogo percibirá $2950. Un valor aproximado de 2,9 dólares y como dijimos lejos está de los 20 dólares necesarios para amortizar equipos, mantenerlos, pagar a la secretaria, el alquiler, la luz, los servicios y los impuestos Nacionales, Provinciales y tasas municipales.

Mientras tanto el afiliado paga por adelantado el 40% de aumento, en números. Una cuota promedio de medicina prepaga por persona asciende entre $20000 y $50000. Supongamos $35000 por persona, pasaría en enero a $49000.

En resumen, el afiliado paga en Enero $24000 adicionales en su cuota y el médico recibirá en Abril $450 adicionales.

A su vez se comenzarán a ofrecer planes más económicos o que se ajusten al presupuesto reducido de la población. Nadie puede negar que la libertad de elección constituye un camino virtuoso. Ahora bien, para la libertad de elección debe existir como condiciones necesarias, la transparencia en la información y la posibilidad de optar por el médico o el prestador que elige el paciente de acuerdo su propia evaluación de costo/calidad prestacional.

En este sentido el paciente/afiliado debe estar muy atento e informado sobre qué prestadores son los que realmente se harán cargo de la prestación cuando la necesite. De lo contrario se comercializarán planes sin el respaldo prestacional suficiente. El ejercicio de la libre elección será superador y no una mera puesta en escena para vender mayor cantidad de planes si estas condiciones se garantizan.

En síntesis, es necesaria una convergencia en un diálogo sincero y en igualdad de oportunidades entre prestadores y empresas de medicina prepaga para brindar ofertas eficientes, de calidad prestacional y responsabilidad sanitaria.

Además, los sistemas gerenciales deberían facilitar la libre elección de los profesionales de salud. En una propuesta libertaria como la que consigna este gobierno, es esencial esa condición. Podemos elegir nuestros representantes y ¿no podemos elegir al médico que nos tratará por nuestros problemas de salud? Suena inconsistente...

Hoy se precariza el acto central de cualquier prestación de servicios de salud. Considerar el acto médico como variable de ajuste (circunstancia que lamentablemente está naturalizado en Argentina), no mejorará la posibilidad y el acceso del paciente a la salud deseada y llevará a muchas clínicas, institutos y consultorios a dejar de prestar servicios disminuyendo las opciones y la calidad que los oftalmólogos de este país supieron conseguir.

Por Mgter. Juan M Ibarguren, Secretario General, y Dr Omar Lopez Mato, Vocal Titular de CAMEOF (Cámara de Medicina Oftalmológica)

Fuente: El Diario