(Buenos Aires).- El Ministerio de Ciencia de la Nación (MINCYT), por medio de la Comisión Asesora en Terapias Celulares y Medicina Regenerativa, junto con la Asociación de Magistrados y Funcionarios de la Justicia Nacional (AMFJN), llevó a cabo el seminario El Poder Judicial y las nuevas tecnologías en las ciencias de la salud.

Durante el encuentro, se abordaron desde diversas aristas las terapias avanzadas o experimentales, su marco normativo y cuáles son los mayores desafíos en nuestro país.

Las palabras de apertura estuvieron a cargo del titular del MINCYT, Lino Barañao, quien expresó: La función de la ciencia es producir conocimiento, y cuando es financiada por la sociedad, el sistema científico tiene por obligación que esa información vuelva al conjunto social. Y una de las primeras consecuencias que tiene la transmisión de ese conocimiento es, justamente, permitir la toma de decisiones informadas y con bases rigurosas. Tal vez, uno de los campos donde esto resulta más evidente es el de la Justicia, donde el magistrado tiene que tomar decisiones que afectan la vida de la gente, y debe hacerlo con la información más actualizada posible, porque la ciencia y las tecnologías avanzan continuamente.

Por su parte, la presidente de la AMFJN, María Lilia Gómez Alonso de Díaz Cordero, consideró que los jueces vivimos dentro de la sociedad y necesitamos capacitarnos permanentemente, lo cual en nuestro país no es una obligación, pero sí es un deber de contenido ético. Por eso, nosotros nos dedicamos fundamentalmente a la capacitación en el convencimiento de que ésta otorga independencia, es decir, el juez será más independiente cuanto más se capacite.

El seminario examinó el concepto de terapias avanzadas, entre ellas la ingeniería de tejidos, las terapias celular y génica, e indagó en el estado del arte respecto a la investigación y la traslación clínica de estos tratamientos. Asimismo, se repasaron los principales modelos normativos a nivel internacional.

Más adelante, se exhibieron indicadores en torno a la situación de la Argentina en el campo de la medicina experimental, y se hizo especial énfasis en los riesgos que representan los tratamientos no homologados para la salud de los pacientes, quienes a menudo reciben asesoramiento indebido, o son aconsejados en función de intereses puramente económicos.

La primera mitad del seminario se focalizó en los aspectos científicos y la investigación. La misma, contó con las intervenciones del profesor en Medicina Interna por la Universidad de Buenos Aires e investigador del Hospital de Clínicas, Jorge Peralta, quien disertó sobre las particularidades de las terapias avanzadas, las células madre y otros parámetros biológicos.

Luego, el director de investigación y docencia en el instituto FLENI y jefe del Departamento de Neuropatología, Gustavo Sevlever; el jefe del servicio de Hematología y Trasplante Hematopoyético del Hospital Universitario Austral, Gustavo Kusminsky; y el investigador y docente de la Universidad Favaloro y del CONICET, Alberto Crottogini, analizaron los avances vinculados a células madre en la Argentina.

A continuación, Cecilia Gamba, quien integra el equipo del Banco Público de Sangre de Cordones Umbilicales del Hospital Garrahan, describió en qué consisten los tratamientos y el almacenamiento de células-madre extraídas de fetos en instituciones públicas y privadas.

La segunda parte del encuentro, que involucró las dimensiones legales y regulatorias, contó con las intervenciones de la médica y neuróloga del Hospital Ramos Mejía, Patricia Saidón, y de la doctora en Derecho y coordinadora de la Comisión Asesora en Terapias Celulares y Medicina Regenerativa (MINCYT), Fabiana Arzuaga. A lo largo del segmento, se explicaron algunas de las consideraciones jurídicas necesarias a la hora de ejercer la medicina regenerativa en el país y se comentó la flamante Comisión Interministerial en Terapias Avanzadas, formulada en colaboración de las carteras de Ciencia y de Salud.

A su turno, Arzuaga planteó el interrogante acerca de la manera en que la ciencia y la tecnología se relacionan con el Derecho y si en todos los avances o desarrollos tecnológicos es necesario regular.En ese sentido, argumentó: “Todos los productos de las biotecnologías tienen un fuerte componente utilitarista, de manera tal que aparecen tensiones y pujas entre distintos sectores que intentan acaparar mercado. Por eso, debe el Estado mediar para equilibrar los intereses en pugna. Entonces, ¿por qué regular? Porque estas tecnologías ponen en riesgo cuestiones fundamentales, como son los derechos personalísimos de los pacientes y la viabilidad económico-financiera del sistema de salud, entre otras cuestiones”.

Por último, desde la Comisión Asesora en Terapias Celulares y Medicina Regenerativa se abogó por fortalecer los vínculos entre la Ciencia y los magistrados con el propósito de mejorar la calidad de los fallos, en favor de los pacientes y de la sociedad en su conjunto.

Fuente: MINCyT