(Buenos Aires).- Los datos que arrojaron la encuesta no dejan lugar a dudas de los altos índices de VO ejercidos en nuestro país.Esta violencia se expresa tanto en el trato deshumanizado, como en el uso injustificado de medicalización e intervenciones de rutina, pero ante todo lo que nos resulta más preocupante es la vulneración reiterada de la autonomía de la mujer, al no cumplir con el deber de dar información ni pedir la autorización para realizar cualquier práctica sobre ella o e/la bebé. El equipo médico despoja a la mujer de su condición de sujeta de derechos relegándola a un plano de inferioridad e imponiendo dichas prácticas autoritariamente.

Estas prácticas, que se asumen como naturales y habituales generan un estado de sumisión al poder del “otro/a” provocando la pérdida absoluta de control y autonomía sobre el propio cuerpo y proceso.

Es así como la VO deja marcas psico-emocionales y físicas muy profundas. Se trata de experiencias traumáticas que impactan directamente en el vínculo con el/la hijo/a, la relación con el cuerpo, los procesos sexuales y reproductivos y en la calidad de vida en general (pérdida de autoestima, miedos, etc.) de la mujer.

  • Semana media del parto 
    38.8 semanas  en cesáreas programadas
    39.7 semanas en inducciones
    El cálculo habitual de las semanas de gestación tiene un margen  de más/menos dos semanas con respecto a la que será la edad gestacional real del/la bebé, este dato ratifica la alarma de la OMS sobre la “epidemia” de partos prematuros a raíz del alto índice de inducciones y cesáreas programadas, con el consecuente riesgo de patologización iatrogénica en el/la bebé.  No es casual entonces que nos encontremos con un 40% de bebés ingresados/as en los servicios de neonatología. Es un índice absolutamente  injustificable desde el punto de vista médico y  da cuenta de altos niveles de bebés prematuros/as o con problemas por partos incorrectamente intervenidos y  medicalizados, además del componente mercantilista del uso de las salas de neonatología
  • Acompañamiento (debería ser el 100%)
    Durante el TP: 25.3% NO
    Parto: 36% NO
    Posparto: 20.2% NO
    Siendo el sistema público el que reporta más casos de negativa al acompañamiento.
    La negación de Acompañamiento tiene una influencia directa e inmediata sobre la salud psiquico-física de la mujer en trabajo de parto, interfiriendo negativamente en la fisiología y salud del desarrollo del mismo. Se deja a la mujer sin “interlocutores/as” de confianza y sin testigos de lo que acontece en su parto. Justificar este accionar mediante la falta de infraestructura o asepsia del ámbito no quita la responsabilidad del efector de salud correspondiente que infringe la ley
  • Trato: 
    27.9% fue criticada
    55.6% la llamaron con sobrenombres
    29.7% recibió comentarios irónicos o descalificadores
    36.1% la hicieron sentir que corría peligro ella o su hijo/a
    47,3% NO se sintió contenida 
    Toda discriminación verbal, física o emocional es violencia en cualquier ámbito donde suceda. Teniendo en cuenta la vulnerabilidad de una mujer de parto, esta violencia se profundiza por el nivel de sumisión a la que se la somete desde el supuesto “saber” médico. Es importante aclarar que el uso de sobrenombres en el vínculo profesional de la salud- usuario/a del sistema, supone un hecho de violencia que coloca a este/a última/a en estado de subordinación. Se trata de un hecho que infantiliza a las mujeres.
  • Información sobre la evolución del trabajo de parto y su bienestar y el del/a bebé:
  • 43.9% NO fue informada
  • El derecho a recibir información adecuada, completa, verdadera y oportuna constituye el primer eslabón básico de la persona gestante en relación al efector de salud. Sin este requisito primordial, todo lo que suceda luego puede considerarse VO, aunque el trato haya sido respetuoso y la atención adecuada, si la persona gestante no tiene la posibilidad de elegir, está siendo vulnerada su autonomía y sus derechos conforme a las leyes vigentes.
  • Libertad de movimiento:
    44% NO durante el TP
    70% NO durante el parto (estándar de la OMS <30%)
    Según todas las actualizaciones médicas disponibles, la libertad de movimiento cumple un rol fundamental para el proceso de parto, siendo justamente la posición de litotomía e inmovilidad la menos beneficiosa en términos de salud.Los datos de la encuesta demuestran el alarmante índice de uso injustificado de medicalización e intervenciones, con presencia incluso de prácticas que cómo la Maniobra de Kristeller están categóricamente desaconsejadas por ser consideradas altamente peligrosas o como la rotura artificial de bolsa,  el monitoreo fetal continuo o la episiotomía para las que no existe evidencia alguna que valide su uso rutinario y por el contrario son reconocidos sus perjuicios y riesgos. Esto sin olvidar que la episiotomía de rutina constituye  una mutilación genital.  Mientras que aquellas que pueden ser consideradas beneficiosas presentan un nivel muy superior al establecido por la OMS como médicamente justificable, es decir, que estamos en presencia de uso indiscriminado de prácticas y medicalización con los riesgos que eso conlleva tanto en la salud de la persona gestante como del/la bebé.
  • Cesárea: (estándar de la OMS 12-15%)
    46% SI
    De las cuales 39% programadas, y de este numero el 54% en primerizas, influenciando negativamente en posibles embarazos y partos siguientes y su salud en general.
    Mayor índice en el sistema privado 64%
  • Colocación de oxitocina sintética (estándar OMS entre el 5-10%)
    66.6% SI. el  69% NO recibió información clara, adecuada y completa y por ende no dio su autorización
  • Colocación de vía
    78.9% SI, el 64% NO recibió información clara, adecuada y completa y por ende no dio su autorización
  • Rotura artificial de bolsa
    43.3% SI, el 70% NO recibió información clara, adecuada y completa y por ende no dio su autorización
  • Monitoreo Fetal Continuo
    46% SI, EL 51% NO recibió información clara, adecuada y completa y por ende no dio su autorización
  • Episiotomía (estándar de la OMS <15%)
    65.7% SI, de las cuales el 87% fue hecho en primíparas, el 80% NO recibió información clara, adecuada y completa y por ende no dio su autorización
  • Kristeller (estándar OMS 0%)
    34% SI,  por razones obvias el 96% NO recibió información clara, adecuada y completa y por ende no dio su autorización
    Se trata de una práctica categóricamente desaconsejada por los altos riesgos que conlleva. Se considera que no existe justificación médica para realizarla.
  • Inducción (estándar OMS <10%)
    29, 7% SI, el 56% NO recibió información clara, adecuada y completa y por ende no dio su autorización
  • Anestesia
    35.9% SI, de las cuales el 36% NO la solicitó y el 26.2% NO recibió información clara, adecuada y completa y por ende no dio su autorización
  • Prácticas sobre el/la bebé
    El 74% de las mujeres NO recibieron información clara, adecuada y completa sobre las prácticas que realizaron sobre su hijo/a, por ende tampoco dieron autorización para realizarlas. Aproximadamente el 45% de las mujeres no sabe o recuerda que prácticas fueron hechas sobre su hijo/a.
    La inmensa mayoría de los/las bebés son retirados/as del lado de su madre para realizarles prácticas de rutina sin que medie justificación médica, ni información, ni autorización por parte de ella o su acompañante. Es preocupante como muchas veces al consultar a las/os ma/padres sobre dónde está su hijo/a, no pueden dar cuenta de quién se los llevó? A dónde se los llevaron? Para qué y por cuánto tiempo?
    No se tiene en cuenta, de parte del personal médico e instituciones, la inmensa cantidad de evidencia existente sobre el riesgo de salud que ocasiona este tipo de prácticas sobre los/as bebés y la vulneración de derechos que esto implica sobre quiénes, obviamente, no tienen defensa alguna.

Estos números hablan por sí sólos, visibilizan la vulneración cotidiana y sistemática presente en los nacimientos del sector público y privado de todo el país. Es innegable que estamos frente a una abrumadora  vulneración a los Derechos Humanos y un gravísimo problema en el campo de la salud pública. Desde Las Casildas y el OVO sostenemos la responsabilidad de seguir generando y creando los aportes indispensables para hacer, entre todos/as visible lo invisible. 

Fuente: LC