(Buenos Aires).- Julia Etulain tiene 33 años, vive en Remedios de Escalada, partido de Lanus y acaba de hacer historia. Es que acaba de ganar la beca “International Rising Talents” (talentos emergentes), del programa L’Oréal-Unesco para Mujeres en la Ciencia, una distinción que alcanza por primera vez una argentina.

En otras palabras, fue distinguida como una de las 15 jóvenes investigadoras más prometedoras, que tienen el poder de cambiar al mundo. Etulain, doctora en biología e investigadora asistente del CONICET, viajó a parís, Francia, donde ayer recibió la distinción. “Vine dispuesta a vivir esta experiencia a full, dice, porque son cosas que pasan una vez en la vida, le dijo al diario La Nación. 

Su proyecto consiste en la optimización del Plasma Rico en Plaquetas (PRP) para su aplicación en medicina regenerativa. Las plaquetas son células sanguíneas. Hoy se sabe que tienen el potencial de promover la regeneración de tejidos (tendón, músculo, cartílago, hueso) a través de la liberación de varias moléculas que se denominan factores de crecimiento. 

Este proyecto fue mi idea. Se lo presenté a mi directora, le mostré los objetivos y empezamos con los experimentos en 2015. Durante nueve meses fueron todos fracasos. Casi lo abandono, hasta que me dieron el premio nacional L’Oréal-UNESCO, recuerda. Gracias a aquella primera beca local, ahora pudo ganar la internacional. Consiste en 15.000 euros para usar en investigaciones, además de darle visibilidad y abrirle numerosas puertas. 

Julia propone una técnica simple y económica que sirve para curar heridas, desde las más pequeñas hasta las complejas, como las úlceras de pacientes diabéticos o las quemaduras. Cuando el tejido no sana, puede ocasionar diversas complicaciones clínicas, incluidas la pérdida de la funcionalidad de una parte de nuestro cuerpo, la amputación de un miembro, cáncer, o infección. 

Hay varios métodos para regenerar los tejidos –como la impresión 3D y las terapias con células madre– pero son carísimos y en Argentina no se consiguen. Acá no existe una alternativa, señala Etulain. A su propuesta la define como “baratísima”. De 40 mililitros de sangre, que es un tubo, podés sacar 20 mililitros de PRP. Ese procedimiento puede salir 100 o 200 pesos, y es suficiente para regenerar una herida de una persona, detalla. 

La científica explica que el uso clínico del PRP tiene unos 15 años en Argentina. Lo utilizan muy pocos médicos, todavía no se sabe cómo lo aplican, y no hay publicaciones sobre el tema. Se trata de un método alternativo: no lo hacen en todos los hospitales públicos, no lo receta cualquier médico y no lo cubren las obras sociales. Sí es más común escuchar sobre su función en los tratamientos estéticos. El método es similar, lo que es distinto es el tejido que se trata. Porque un tejido dañado tiene ciertos procesos fisiológicos de inflamación. Es diferente a un tejido sano, como puede ser la piel envejecida, sostiene. 

A nivel ciencia, somos el primer grupo que usó PRP en medicina regenerativa, enfatiza Julia. Aunque el equipo está formado por 12 personas, ella es la única que se dedica full time a este proyecto. Quiero hacer algo más científico, oficial, que se haga en todo el país, porque ahora se hace solo en Buenos Aires. Por eso entré al Comité del PRP de la Asociación Argentina de Hemoterapia e Inmunoterapia. Es el único comité que existe en el país para uso de PRP, continúa. 

Sus investigaciones ya tuvieron una aplicación concreta. El año pasado, en el Hospital Alemán, empezaron a hacer un protocolo clínico usando PRP y Julia trabajó como asesora. Se probó en siete pacientes y el resultado fue exitoso. La idea es hacerlo en hospitales públicos, agrega esta joven que se define como “ambiciosa” en el plano profesional, aunque también sueña con tener un bebé. Reniega de “la imagen establecida de los científicos grandes y serios” y lucha contra cualquier prejuicio que la tilde de inferior por el simple hecho de ser mujer.

Fuente: Mirada Profesional