(Buenos Aires).- Uno de los objetivos de la Coordinación Salud Sexual, Sida e ITS de la Ciudad de Buenos Aires es prevenir embarazos no deseados. Por eso, el acceso a métodos anticonceptivos es prioritario. ¿Qué son los métodos de larga duración? ¿Por qué el Ministerio de Salud de la Ciudad de Buenos Aires promueve su uso? Las respuestas, en esta nota.
Salud sexual y reproductiva

Empezó como una “experiencia piloto” en algunos servicios hospitalarios, hace más de 30 años y se llamó Programa de Procreación Responsable. En ese momento, en 1987, pocos podían dimensionar las transformaciones que implicaría. Fue en esos servicios, primero en hospitales y luego en centros de salud, donde se comenzaron a distribuir métodos anticonceptivos de manera gratuita, algo que hoy puede parecer una obviedad, pero que en aquel entonces era totalmente innovador.

Este cambio, significaba la irrupción de un nuevo paradigma en el sistema sanitario de la ciudad: la salud sexual y reproductiva empezaba a ser reconocida como un derecho y, como tal, debía ser garantizado por el Estado. Varios años después, en 2000, esta nueva perspectiva se expresaría en la ley 418 que creó el Programa de Salud Sexual y Reproductiva Responsable de la Ciudad de Buenos Aires.

“La Salud Sexual y Reproductiva es el paradigma en el que se basa la Ciudad para desarrollar sus políticas públicas en este terreno", señala el doctor Fabián Portnoy, responsable de la Coordinación de Salud Sexual, Sida e ITS del Ministerio de Salud porteño. Garantizar los derechos sexuales implica que las personas puedan ejercer su sexualidad de manera saludable y libre de abusos, coerciones, violencia o discriminación. Por otra parte, enfatiza Portnoy, "los derechos reproductivos, se refieren a las capacidades procreativas y a la posibilidad de decidir tener o no hijos/as, así como la cantidad y el espaciamiento entre ellos”.

Objetivos del Programa

Entre sus principales objetivos se encuentran: prevenir embarazos no deseados, dar información y métodos anticonceptivos, promover el uso del preservativo y la participación de los varones, disminuir la morbimortalidad materna e infantil y garantizar el acceso a interrupciones legales del embarazo.

A su vez, hace hincapié en dar prioridad a la población adolescente en las políticas públicas relativas a la salud sexual y reproductiva, y garantiza la existencia de insumos, servicios y profesionales capacitados desde una perspectiva de género y de derechos.

Información para decidir

Pero para que la población pueda elegir libremente tener hijos/as o no, cuántos y en qué momento, requiere de una correcta información, de un asesoramiento respetuoso y oportuno y, por cierto, de los métodos para cuidarse.

A este respecto, la doctora Silvana Weller, coordinadora del área de Capacitación e Investigación de la Coordinación señala que “diferentes estudios realizados en la CABA muestran que existe un déficit de información que es preciso subsanar en la población en general y en los/as adolescentes en particular sobre la existencia de algunos métodos anticonceptivos, en especial la existencia de la anticoncepción de emergencia. También existe un desconocimiento sobre los servicios disponibles en el sistema público, las obras sociales y las prepagas y de su obligación de brindar métodos anticonceptivos y preservativos sin costo adicional para los/as usuarios/as”.

"Es necesario generar un cambio cualitativo y cuantitativo para revertir esta situación trabajar de modo intersectorial; para fortalecer los recursos existentes y crear nuevas estrategias. Por eso lanzamos un Plan integral e interministerial que ha facilitado la articulación entre los ministerios de Salud, Educación y Desarrollo Social, para realizar acciones conjuntas destinadas a sensibilizar y garantizar capacitaciones, insumos y acceso a los servicios de salud sexual y reproductiva”, afirma la Ministra de Salud de la CABA, doctora Ana Bou Pérez.

La campaña de comunicación “Gozá de tus derechos”, difundida en vía pública y redes sociales, tuvo como principal objetivo sensibilizar y dar a conocer la existencia de estos servicios y recursos.

El encuentro de las mujeres con los equipos de salud

Es fundamental entender que no hay un método que sea el mejor para todas las personas. Por eso, explica la doctora Weller, “la elección debe darse en el marco de un encuentro o conversación (consejería) con el equipo de salud. En este espacio se produce un intercambio entre el saber del equipo (basado en el conocimiento científico y técnico) y el de la persona que consulta, asentado en sus conocimientos previos, en experiencias propias o de personas cercanas, en conocer su cuerpo y su situación de vida particular”.

Por otro lado, subraya la especialista, la opción por un determinado método “debe considerarse, por definición, como una elección transitoria, porque a lo largo de su vida fértil, es posible que una mujer transite por diferentes métodos de acuerdo a las experiencias que va teniendo con cada uno, a los momentos vitales que atraviesa, etc”.

Qué métodos son más eficaces

La respuesta, por lo que se acaba de decir, es: los que mejor se adecuen a las características, necesidades y posibilidades de cada persona. De allí la importancia enorme del espacio de asesoramiento o consejería. Porque la eficacia real de un método depende no sólo de su eficiencia técnica, sino de la aceptación que tenga para la usuaria, que es lo que le permitirá seguir adecuadamente las indicaciones de uso del método elegido.

En el terreno “técnico”, la mayoría de los métodos tienen una altísima eficacia (del 95 al 99,9%). Sin embargo, cuando se miran las posibilidades de usarlo de manera adecuada, surgen diferencias entre los métodos que requieren acciones cotidianas o asociadas al momento de la relación sexual (pastillas, preservativos) y aquellos que, una vez colocados, “funcionan solos” (DIU, implante, inyectables).

Por ejemplo, usadas de manera perfecta, las pastillas tendrían una probabilidad de fallo del 0,3%, pero en la vida real pueden llegar a fallar hasta en el 8 % de los casos. En cambio, el DIU pasa del 0,6 usado de modo perfecto a un 0,8 en el uso real. Y el implante subdérmico, que tiene una bajísima posibilidad de fallo (usado de manera perfecta es de 0,05%), mantiene ese mismo nivel en el uso concreto.

Cuáles son los métodos que brinda el sistema de salud

Los insumos disponibles en el sistema público incluyen:
• Métodos de larga duración: DIU, Implante subdérmico (también conocido como “chip”).
• Métodos de corta duración: pastillas, inyectables mensuales y trimestrales.
• Métodos permanentes: vasectomía y ligadura tubaria.
• Preservativos.
• Anticoncepción de emergencia.
• Test de embarazo, para confirmar que la persona que va a iniciar un tratamiento anticonceptivo no está embarazada.

Métodos de larga duración

Se llaman métodos de larga duración a los que evitan un nuevo embarazo por varios años. Tanto el DIU (dispositivo intrauterino) como el implante subdérmico o “chip” tienen esta característica: el DIU dura diez años y el implante tres. Esto los hace muy prácticos para aquellas mujeres que decidan no tener hijos/as en dichos plazos. Cabe señalar que ambos métodos pueden ser retirados en el momento en que la mujer lo desee.

El implante subdérmico es un método anticonceptivo de larga duración. Se trata de una varilla flexible del tamaño de un fósforo, que se coloca bajo la piel del brazo.
El implante subdérmico es un método anticonceptivo de larga duración. Se trata de una varilla flexible del tamaño de un fósforo, que se coloca bajo la piel del brazo.

‐ El DIU es un pequeño objeto de plástico en forma de “T” con un agregado de cobre, que se coloca en el útero e impide la fecundación. Es un método muy seguro, eficaz y reversible, ya que después de extraído la mujer puede quedar embarazada. Lo tiene que colocar un/a profesional de la salud y es importante saber que se puede usar inmediatamente luego de un parto, una cesárea o un aborto. Requiere un control dentro del primer mes de colocado y luego pocos controles los años posteriores. Lo pueden usar todas las mujeres; hayan estado embarazadas o no.

Además, no requiere estudios complementarios de laboratorio ni ecográficos. Es indispensable constatar con alto nivel de certeza que la mujer no esté embarazada y que haya accedido a una consejería previa a la elección del método, en la cual haya sido informada en un lenguaje claro sobre sus características y posibles efectos adversos. Solo requiere un examen ginecológico que se realiza durante la misma práctica de colocación.

‐ Implante subdérmico, también conocido como Chip Anticonceptivo, es una varilla flexible del tamaño de un fósforo, que se coloca bajo la piel del brazo con anestesia local. Libera una hormona que evita la ovulación. Dura tres años, pero se puede quitar antes. También se puede colocar inmediatamente luego del parto, ya que la hormona que libera no afecta la producción de leche y puede ser usado aunque la mujer esté amamantando.

Al igual que el DIU lo pueden usar mujeres que hayan estado embarazadas o no y no requiere estudios complementarios de laboratorio ni ecográficos. También en este caso es indispensable confirmar que la mujer no esté embarazada y que haya accedido a una consejería en la cual le hayan informado de manera clara sobre los posibles efectos adversos del uso del implante, en particular posibles alteraciones de su ciclo menstrual.

Mitos en torno al DIU
El DIU es un método de muy alta efectividad, que prácticamente no tiene efectos adversos y que dura 10 años. No obstante, existen algunos mitos que hacen que su uso sea menos extendido de los que se podría esperar. Para desarmar estas “falsas certezas” consultamos a las doctoras Fabiana Trillo, ginecóloga, y Viviana Mazur, médica generalista, integrantes del equipo profesional de la Coordinación Salud Sexual Sida e ITS del Ministerio de salud de la Ciudad de Buenos Aires.

Hay que haber tenido un hijo para poder usarlo. Falso. Es un método que puede usar cualquier mujer, sin importar si alguna vez estuvo embarazada o tuvo uno o más partos.

Para colocártelo tenés que hacer previamente un Papanicolaou. Falso. Existe la posibilidad de tomar una muestra para Papanicolaou antes de colocar el DIU, pero también se puede hacer después, en otra consulta. Es una decisión de la mujer en el marco de la conversación con la/el profesional que la asesora.

Para colocarlo tenés que estar menstruando. Falso. Esta creencia se basa en que, como ocurre con cualquier otro método, es imprescindible saber que la mujer no esté embarazada. Y estar menstruando es una manera obvia de comprobarlo. Pero no es la única ni la más sencilla. Durante la consejería el/la profesional planteará las alternativas más convenientes.

Sólo lo puede colocar un/a ginecólogo/a. Falso. Como los y las ginecólogas, los/as especialistas en Medicina General o de Familia, están altamente capacitados para realizar esta práctica.

Molesta durante las relaciones sexuales. Falso. El DIU se ubica dentro del útero y no se siente; en la vagina sólo quedan dos hilos muy resistentes pero también delgados (de 2 cm. ) que son los que se toman con una pinza al momento de retirarlo.

Tenés que hacer muchos controles. Falso. Al poco tiempo de colocado (de 15 días a un mes) es preciso hacer un control para comprobar que no se haya movido. Luego, depende de cada caso, los controles pueden ser anuales o cada dos años.

Para más información ingresá a www.buenosaires.gob.ar/salud/programasdesalud/metodos-anticonceptivos.

Fuente: Clarín