(Quito).- La Asociación Ecuatoriana de Distribuidores e Importadores de Productos Médicos (Asedim) ha dejado claro a la Comisión del Derecho a la Salud de la Asamblea Nacional (AN) que les preocupa las inconsistencias en la forma de adquisición de los dispositivos médicos que realiza actualmente el sistema público.

Cristina Murgueitio, directora ejecutiva de Asedim, en entrevista con REDACCIÓN MÉDICA, ha explicado que el Servicio Nacional de Contratación Pública (Sercop) es la máxima autoridad en materia de compras y el que crea los mecanismos para ello. Esa institución les permite a las máximas autoridades de cada entidad (unidades grandes de salud) decidir si un dispositivo es un bien normalizado (que puede ser homologado y catalogado) o no normalizado para luego escoger la forma de compra, y eso no lo están haciendo ya que existe una “falsa concepción” de que todo debe ser adquirido por medio de subasta inversa.

Cabe aclarar que si es un bien normalizado debe ser comprado por subasta inversa y/o catálogo electrónico; si no lo es, se lo puede adquirir por menor cuantía, cotización o licitación. Además, la subasta inversa no permite que se analice a detalle la calidad y características de los dispositivos médicos, ha detallado la directora.

El proceso

Murgueitio ha explicado que los distintos mecanismos de contratación están en la plataforma del Sercop, pero los dispositivos médicos “no pueden estar allí porque tienen diversas características, especificaciones, servicio incluido y otros factores que no son evaluados, lo cual hace imposible colocarlos en un catálogo o una ficha de homologación. No son temas tan fáciles de definir”.

Por el contrario, los fármacos están en un catálogo y puede entrar en una subasta corporativa “porque tienen una formulación química establecida”, ha añadido.

De allí que al gremio le ha generado inquietud sobre lo que es normalizable y no normalizable y a decir de Asedim, “los dispositivos son productos no normalizables”.

Actualmente publican procesos de subasta inversa para compra de reactivos (de laboratorio) en cada unidad médica (grande) para un abastecimiento de 6 meses, donde te piden incluyas equipos nuevos (los reactivos funcionan con esos equipos). Pero la normativa permite a las unidades médicas comprar en licitación o cotización. Hoy no se compran de manera planificada, ha manifestado la directora ejecutiva en la Comisión de Salud.

Para Murgueitio, es importante realizar un análisis de costo-beneficio para generar una licitación plurianual con la debida planificación, lo cual generará ahorro y optimización de recursos para el sistema de salud.

Ha dejado claro que no es buena inversión equipar los establecimientos por solo 6 meses, como lo están haciendo actualmente y por lo tanto las empresas proveedoras de dispositivos médicos no pueden garantizar la entrega de equipos y amortizar el precio de sus productos.

De allí que, ha sugerido a las autoridades que los establecimientos de salud “creen una comisión técnica para analizar los requerimientos sin importar el monto de compra. El problema es que los médicos y el sistema de atención a pacientes que son los que determinan qué necesitan, piden, y los mecanismos de compra púbica les da lo más barato y se sacrifica calidad ”.

No obstante, “si lo compran a través de cotización o licitación se tendría un mejor resultado”, es decir, la comisión técnica deberá realizar el análisis, verificar lo que se requiere y se compra lo que se necesita en beneficio de los usuarios, ha argumentado la directiva.

La subasta inversa y el catálogo electrónico no permiten el análisis de calidad del producto. “Por el contrario, se basan en un precio menor sin contar con un bien de calidad. Estas inconsistencias generan riesgo de tener diagnósticos de laboratorio no certeros u erróneos”, como el caso del Convenio Marco de Catálogo Electrónico de Reactivos de Análisis Clínico, ha dicho.

Lo que dice la autoridad

A decir de Murgueitio, el mismo Sercop ha asegurado a Asedim (en oficio Nro. Sercop-CNAJ-2018-0239-OF) que es la máxima autoridad de cada entidad quien define qué es normalizable y que no, y determina el mecanismo de compra.

Entonces, la definición de qué dispositivos médicos son normalizables o no, es de la máxima autoridad de cada entidad de salud, al momento esta premisa no se la está aplicando, ha insistido. Finalmente, la representante de Asedim ha señalado que, si el país ha generado opciones de acceso a la salud, habrá que preguntarse si funcionan correctamente y efectivamente.

La idea es ir mejorando y nuestra propuesta (como asociación) es que las mejores tecnologías se mantengan o ingresen al país, en el corto plazo puede haber la percepción de costar un poco más, pero al mediano y largo plazo se está generando ahorro al sistema de salud. El argumento internacionalmente aceptado no es gastar menos, es gastar mejor en función del paciente y de los profesionales de la salud que requieren de las mejores tecnologías para poder realizar su trabajo con excelencia, ha argumentado Murgueitio.

Fuente: Redacción Médica