(México).- Entre los múltiples motivos por los que México sigue siendo un destino atractivo para las inversiones a nivel internacional, se encuentra el campo de la salud. De manera específica, nuestro país cuenta con las capacidades necesarias para potencializar el desarrollo de estudios de investigación clínica, los que de acuerdo con la Asociación Mexicana de Industrias de Investigación Farmacéutica (AMIIF), podrían representar una inversión acumulada en los próximos cinco años de aproximadamente 2,000 millones de dólares.

El fomento de la ciencia debe ser parte de las prioridades políticas de cualquier país, más, si se trata de uno como el nuestro, que hoy aspira a garantizar El Bienestar general de la población.

De acuerdo con la valoración de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) [1], la ciencia puede servir de elemento nivelador en las sociedades, pues posibilita el desarrollo de todas las personas, particularmente las más marginadas y vulnerables.

Existen múltiples evidencias, como los avances científicos en la alimentación, mismos que han ayudado a mejorar y garantizar la nutrición de la población, o el desarrollo de las vacunas, gracias a las cuales se ha logrado erradicar o controlar ciertas enfermedades como la viruela o la polio. También está el caso del VIH que, gracias a los medicamentos antirretrovirales, el diagnóstico ya no se considera una sentencia de muerte como lo era en el pasado.

La ciencia puede ayudar a reducir las brechas económicas y sociales, pero es preciso impulsar la ciencia de principio a fin para lograr el desarrollo de productos, tecnologías o aplicaciones que den soluciones innovadoras a los grandes retos que enfrentamos como humanidad.

Es necesario considerar que ninguna política pública en investigación, ciencia y tecnología, dará resultados a corto plazo, pues es necesario alcanzar la madurez de las comunidades académicas, científicas y tecnológicas, además de modificar el entendimiento de los sectores educativo, empresarial y gubernamental. Sin embargo, existen algunas áreas que actualmente por su nivel de desarrollo pueden explotarse con resultados en el corto plazo. En este sentido, la investigación clínica es un excelente ejemplo de dicha afirmación.

La investigación clínica es un proceso de evaluación experimental de un producto, sustancia, medicamento, dispositivo médico, técnica diagnóstica o terapéutica, mediante la cual se evalúa la seguridad y eficacia de cada una.

Considerando lo anterior, el pasado 15 de Agosto, la AMIIF organizó el evento “Alianza por la Investigación Clínica”, con el fin de dar a conocer la relevancia e importancia de impulsar dicha actividad en el país, pues de acuerdo con la presidenta de la organización, Ana Longoria, nuestro país es un destino competitivo para la atracción de inversiones derivadas del desarrollo de la investigación clínica.

Fuente: Canifarma