(Madrid).- La pandemia de coronavirus Covid-19 ha obligado a todos el sector sanitario a trabajar de manera conjunta para vencer a esta amenaza sin precedentes para el Sistema Nacional de Salud. La industria de la tecnología sanitaria ha tenido un papel fundamental para proveer de las herramientas necesarias a los profesionales sanitarios. Nuestro especial 'Lecciones del Covid-19 (qué ha aprendido el sector sanitario español ante la pandemia)' no estaría completo sin la reflexión de la secretaria general de la Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria (Fenin), Margarita Alfonsel.

¿Cuáles son los aciertos y errores que considera que se han cometido durante esta crisis?

A nivel de aciertos, en líneas generales, destacaría el plan de acción de Fenin para luchar contra el COVID-19. Un plan sin precedentes que ya nos ha reportado grandes resultados, tales como la apertura de un Corredor Aéreo Sanitario que, en sus dos primeras semanas de actividad, ha permitido traer a España un total de 200 toneladas de productos sanitarios- incluyendo 20,57 millones de mascarillas y 2 millones de materiales de protección, entre otros-. También destacaría la colaboración público- privada como otro acierto, ya que desde el inicio de esta crisis mantenemos líneas de colaboración y de relación con los ministerios de Sanidad, de Industria, Comercio y Turismo, Exteriores, UE y Cooperación, y Ciencia e Innovación, así como con la AEMPS. En este tipo de situaciones cooperación y coordinación resultan determinantes.

Y, por último, otro acierto ha sido el compromiso y la profesionalidad demostrada por las empresas del sector de Tecnología Sanitaria, quienes llevan semanas a pleno rendimiento, trabajando 24 horas al día, siete días a la semana.

Respecto a errores, quizá podríamos haber enfocado una estrategia diseñada con el consenso de todas las CCAA. en el seno del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, a la vista de cómo se estaba comportando el virus en países donde se había propagado antes que en nuestro país. En cualquier caso, hay que decir que nos encontramos ante una situación enormemente compleja y probablemente aún no disponemos de todos los elementos para emitir un juicio.

Ante una crisis similar futura, ¿qué medidas deberían adoptarse ya de forma preventiva en cuanto a recursos humanos, recursos materiales, y gestión/organización?

Una crisis sanitaria de alcance mundial como lamentablemente es esta, debería servirnos a todos para aprender de cara al futuro. En primer lugar, la experiencia del Covid-19 nos ha enseñado que debemos contar con una reserva estratégica de medicamentos y de productos sanitarios en España y, a nivel más global, que es preciso establecer una financiación adecuada a las necesidades de nuestro SNS.

En el escenario postcrisis, indudablemente, también deberemos trabajar en potenciar que se abran líneas de producción en España de productos estratégicos y esenciales en situaciones de crisis sanitarias. Debemos estar mejor preparados y ser menos dependientes de la producción de terceros países.

También sería interesante identificar potenciales reconversiones de empresas no competitivas que permitan incrementar el tejido productivo de productos sanitarios esenciales para una eventual epidemia o pandemia. Para ello será preciso implementar ayudas públicas y medidas concretas para apoyar a nuestra industria nacional. También de cara al futuro, deberemos lograr que los profesionales sanitarios cuenten con un entorno y unas condiciones laborales como lo que son, profesionales de excelencia.

¿Qué podría haber aportado el sector de la tecnología sanitaria que no haya podido hacer por la premura en el estallido de la crisis actual?

Hemos aportado todas nuestras capacidades y recursos para minimizar el impacto de esta terrible crisis sanitaria pero la deslocalización productiva y la dependencia del mercado asiático obviamente han condicionado la disponibilidad de productos. Con el apoyo suficiente y una visión de futuro podríamos solucionarlo.

Tenemos dos escenarios. Por un lado, que empresas fabricantes incrementen sustancialmente su actual capacidad productiva, situación que ya se ha articulado recientemente con dos empresas fabricantes de respiradores para UCIS y ventiladores que con el apoyo del Ministerio de Industria han podido aumentar su producción y cuyo ejemplo podría ampliarse a otras compañías o tipos de productos como mascarillas, concentradores de oxígeno, etc.

Y un segundo escenario, que se refiere a empresas fabricantes de productos sanitarios que puedan abrir nuevas líneas de producción de otros productos como sumatorio a su producción habitual o cambio en su cadena de producción. En este caso ya tenemos ejemplos de compañías de mascarillas quirúrgicas, en donde solo dos empresas en nuestro territorio fabricaban mascarillas y ahora contamos con cuatro empresas más en tan solo unas semanas, todas ellas ya activas en nuestro ámbito empresarial que están reconvirtiendo o ampliando su actividad con estas nuevas líneas de producción.

Esperemos que cuando finalice esta crisis sanitaria se den las condiciones de certidumbre y estabilidad necesarias para consolidar este escenario.