(Tokio).- Takeda ha anunciado los resultados económicos correspondientes al ejercicio cerrado el 31 de marzo de 2020 (ejercicio 2019). En total, la compañía ha registrado unos ingresos de 28,36 mil millones de euros, un 57 por ciento más en el primer año completo tras la adquisición de Shire.

En el ejercicio 2019 se ha declarado un beneficio de explotación muy superior al valor orientativo inicial, con un resultado de 862 millones de euros. El beneficio básico de explotación aumentó un 110 por ciento interanual hasta los 8,29 millones de euros.

Takeda elevó su objetivo de sinergia de costes a 2.300 millones de dólares y está en camino de cumplir sus objetivos de pagar rápidamente la deuda y seguir desprendiéndose de activos no esenciales.

Por su parte, el flujo de efectivo libre ha aumentado en un 156 por ciento, lo que permite a Takeda mantener su asentada política de dividendos de 1,55 euros por acción. Por último, el beneficio neto documentado asciende hasta los 379,2 millones de euros en el ejercicio 2019.

Christophe Weber, presidente y consejero delegado de Takeda, ha señalado que “nuestra transformación en una de las 10 principales compañías biofarmacéuticas del mundo se ha acelerado este año y nos ha ayudado a declarar de nuevo unos resultados excelentes. Estamos operando plenamente como una única Takeda, con un crecimiento impulsado por nuestras cinco principales áreas terapéuticas y una distribución geográfica en sintonía con las oportunidades globales”.

Takeda frente al coronavirus

Además, Takeda está trabajando para afrontar los retos del brote de Covid-19. Por ello, la compañía inició una alianza mundial con la industria, "compartiendo nuestras capacidades mundiales de I+D en terapias derivadas del plasma y obtención y fabricación de plasma para colaborar con otras empresas mundiales y regionales de plasma", ha añadido Weber.

El objetivo de esta alianza es "acelerar el desarrollo de CoVig-19, un tratamiento potencial derivado del plasma para los pacientes con riesgo de complicaciones graves del virus. Está previsto que los ensayos clínicos empiecen en verano y, si tienen éxito, CoVIg-19 podría ser una de las primeras opciones terapéuticas aprobadas”.