(Buenos Aires).- El Dr. Luciano Mengatto investiga en el desarrollo de soluciones formadoras de geles en respuesta a cambios de temperatura y en su caracterización y aplicación a la liberación de drogas oncológicas. Se desempeña en el INTEC (CONICET-UNL) de la ciudad de Santa Fe.

En qué consiste tu actividad científica?
Desde el inicio de la misma, he estado trabajando en investigación en tecnología para la salud. Durante mis estudios universitarios de grado me dediqué a la puesta a punto de métodos rápidos para estudios de susceptibilidad micobacteriana. Luego, en la etapa de postgrado, lo hice en el tema de tesis relacionado con la administración de fármacos por vía transdérmica, para continuar, durante el posdoctorado y actual desempeño, como investigador en el diseño de sistemas poliméricos para liberación controlada de drogas mediante formación in situ de geles. Puntualmente, trabajo en la preparación y caracterización de soluciones formadoras de geles en respuesta a cambios de temperatura y su aplicación en la liberación de drogas oncológicas.

Qué es un gel? ¿Por qué se estudian los “in situ”?
Se puede decir que es una red formada por el entrecruzamiento de moléculas de polímeros. En tanto, un hidrogel es uno que absorbe, en general, grandes cantidades de agua y se expande (se hincha). Desde hace unos años, se estudian geles que se forman in situ, es decir, en un determinado lugar para liberar un medicamento, el que puede cumplir una función para tratamiento local o ingresar al torrente sanguíneo y tener una acción sistémica. Para obtener los geles in situ se utilizan distintos mecanismos que inician la transición desde la solución al estado gel, y uno de esos mecanismos es un cambio de temperatura. Por ejemplo, desde la temperatura ambiente a la temperatura corporal de 37° C. El sistema con el que trabajo es, justamente, una solución que forma un gel en respuesta a cambios de temperatura.

Estudiás la incorporación de drogas oncológicas en geles para que se liberen en el cuerpo humano?
Sí, así es. Se trata de un trabajo que incluye las partes teórica y experimental y que se lleva a cabo de manera interdisciplinaria. En los laboratorios del Grupo Química Fina en el INTEC realizamos toda la parte “in vitro” que comprende diseño, preparación y caracterización de los sistemas. Una vez que se seleccionaron las condiciones óptimas para preparar el sistema, el mismo se caracteriza: estudiamos su forma/estructura, vemos si la droga interactúa, o no, con el polímero; cómo se libera en condiciones que se asemejan al ambiente fisiológico, etc. Luego pasamos a la etapa “in vivo” que se realiza con animales de laboratorio a través de una colaboración con un grupo de investigación del Instituto de Genética Experimental de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNR, con quienes venimos trabajando desde hace algunos años y tenemos proyectos en conjunto.

Son drogas para tratar cualquier tipo de cáncer?
Los fármacos que utilizamos en nuestros estudios son para tratamiento de cáncer de mama, ovario, pulmón, entre otros. En los experimentos que se realizan en animales, se utiliza una línea celular de cáncer de mama.

El mercado farmacéutico actual, ¿ofrece tratamientos oncológicos que utilicen geles?
En Argentina, para el fármaco con el que trabajamos, entiendo que no. Los productos comerciales son soluciones inyectables endovenosas. En otros países, hay sistemas similares en fases de estudio más avanzadas.

Cuál es la ventaja de que las drogas se liberen de esa manera?
Los pacientes oncológicos están expuestos a tratamientos tales como quimioterapia o radiación que, frecuentemente, producen efectos secundarios significativos. El objetivo de la quimioterapia depende del tipo de cáncer y de cuánto haya avanzado la enfermedad, y puede ser: destruir todo el tumor y evitar que vuelva a aparecer, o retrasar el crecimiento y expansión en lo que se denomina “quimioterapia paliativa”. Los sistemas de liberación controlada como el que estudiamos son capaces de mantener la concentración del fármaco dentro del rango terapéutico (entre los niveles de ineficacia y de toxicidad) a partir de una única dosis, así como de liberarlo de una forma continua y localizada durante un tiempo determinado. La mejora en la calidad de los tratamientos antitumorales, ya sea por su eficacia terapéutica y/o por su falta de toxicidad, implicaría una mejor calidad de vida del paciente oncológico, y hacia eso se apunta con este tipo de investigaciones.

Hasta ahora, ¿qué resultados has obtenido?
Hemos obtenido muy buenos resultados con el sistema de liberación monodroga, es decir, aquel que libera un fármaco para el tratamiento del tumor. En los experimentos in vivo se miden diferentes variables: efecto antitumoral, el efecto de la terapia sobre la supervivencia de los ratones, evolución del peso de los animales y, además, se monitorean otras características de morbilidad/toxicidad. En nuestro caso, hemos obtenido muy buenos resultados en la disminución del volumen del tumor y no se observaron efectos tóxicos. Ahora queremos avanzar en la preparación de un sistema multidroga para ver si podemos mejorar los alentadores resultados obtenidos hasta el momento. En otras palabras, lo que se busca es diseñar un sistema de liberación controlada de drogas oncológicas, caracterizado y evaluado en un modelo experimental animal, que presente tecnológica y funcionalmente mejoras con respecto a los sistemas terapéuticos actuales. Creemos también que este sistema podría ser aplicado a la liberación de otros agentes terapéuticos.

Tus resultados, ¿podrían interesar a empresas farmacéuticas estatales y privadas?
Sí. No obstante, escalar los procesos de preparación de estos sistemas desde la escala laboratorio a la industrial puede no ser fácil. En el trabajo diario de laboratorio siempre se piensa en avanzar en la producción de conocimiento y, en ese caso, no se tiene tanto en cuenta el escalado. En cambio, cuando se trabaja directamente pensando en un desarrollo tecnológico, sí se tienen en cuenta en la escala laboratorio otras variables que afectan el proceso necesario para alcanzar la producción industrial.

Fuente: CONICET