(Buenos Aires).- Acaba de inaugurar la ampliación de su planta en Garín, que cuenta con un banco de antígenos para garantizar la entrega de sus vacunas estrella ante una emergencia; parte de una inversión de u$s 14 millones.

Biogénesis Bagó es una de las joyas biotecnológicas que ostenta la Argentina en el mundo y que tras dos años de crecimiento en su negocios, acelera su expansión en Asia y Medio Oriente.

Esteban Turic, CEO de la empresa especializada en productos para la sanidad y productividad animal, detalla con orgullo la importancia de la instalación que acaban de inaugurar, una reserva estratégica de antígenos y vacunas contra la fiebre aftosa única en Latinoamérica. El número uno de la compañía detalló en diálogo con el diario El Cronista cómo continúa el plan de expansión de Biogénesis Bagó en Asia y Medio Oriente; y cómo sus planes son a largo plazo sin especulaciones de cambios de gobierno o situaciones coyunturales pero sin dejar escapar tampoco, oportunidades de negocio.

¿Qué relevancia tiene la obra que acaba de inaugurarse?
Esta obra trasciende a Biogénesis Bagó, se trata de una protección para el status sanitario de la Argentina. Por eso nos acompañaron todos los principales actores involucrados: el Senasa, el ministerio de Industria, el intendente de Escobar porque formamos parte del polo biotecnológico más grande de Argentina (junto a Mabxience y Sinergium), y algunas asociaciones de productores como Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) y la Sociedad Rural (SRA). Aunque el país hoy practica vacunación, es muy relevante contar con una reserva estratégica de antígenos y vacunas contra la fiebre aftosa que es única en Latinoamérica porque se trata de una enfermedad infecciosa que afecta la salud de los animales y el comercio de carnes, tan importante hoy.

Cada vez que hubo un episodio de fiebre aftosa hay pérdidas productivas, pérdidas de mercados que aunque sean temporales pueden ser muy extensas y eso afecta al sector productivo. Por eso las decisiones que se toman en torno de esta enfermedad, decisiones que adopta el país, son en consenso con todos los involucrados.

Los accionistas de Biogénesis Bagó son segunda y tercera generación de industriales involucrados que conocen bien la relevancia y sienten que los avances de la compañía son parte de los valores que tienen en sus empresas. La inauguración se da en paralelo al complejo momento que atraviesa el sector de la carne

Somos realistas con la coyuntura pero vemos también que nadie pone resistencia al diálogo. Es muy rescatable que desde el sector productivo, el industrial y gubernamental hay predisposición para juntarse y hasta festejar cuando hay anuncios buenos para el país. Sobre todo cuando se trata de políticas a largo plazo.

¿Esta inversión está enfocada a atender el mercado doméstico?
La Argentina tiene una industria nacional que es capaz de producir vacunas excelentes, en este caso para la fiebre aftosa, y de dar respuesta al mercado local y a otros países. Nosotros solo con esta vacuna exportamos a 10 países (en general exportamos a 30). Hay 8 países más que están en proceso de registro de la vacuna para comprarla y tenemos producción en Argentina, en China y estamos evaluando otro mercado grande en el que ya estamos trabajando fuertemente. Ya hay un reconocimiento de la empresa en esos destinos lejanos, es valorada.

¿Las condiciones económicas son favorables en este momento para una inversión así?
Es una obra que está proyectada hace mucho tiempo y llevó más de un año de ejecución, que no se demoró tanto más a pesar de la pandemia. Va de la mano con el compromiso que tenemos de dar servicio de banco, que requiere mucha experiencia y calidad en los productos que se elaboran para conservarlos de manera ultraconcentrada. El antígeno requiere un desarrollo tecnológico adicional, lo concentramos 200 veces más que para una vacuna de rutina. Además, se trabaja con partículas virales y hay que ser perfectos en el cuidado.Las empresas de biotecnología tienen miradas de largo plazo. No podemos evaluar las condiciones para hacer negocios por un año o dos, o por una gestión política. No hay ocasiones oportunistas, son miradas a largo plazo y estrategias muy pensadas.

Biogénesis tiene mas de 80 años de existencia, está en Garín hace 35 años. Nuestros planes estratégicos son a 4 o 5 años y no estamos pensando cuándo vienen el cambio de gobierno para armar el nuevo plan. Lo armamos, lo ponemos en ejecución y se va actualizando y renovando con planes nuevos.

Por supuesto en un país con estabilidad económica, social, educativa y sanitaria es mucho más estimulante hacer todo esto. Como también es que lo reconozcan. A veces se mira mucho para afuera sin reconocer estas joyas biotecnológicas que hay acá, que no son ni más ni menos que fruto de empresarios que miran a largo plazo, reinvierten y priorizan hacer cosas en este país. Son empresarios abiertos y estimulan a que haya cooperación científica, industrial, tecnológica, con el sector publico y privado. Eso es lo que redunda en éxito. La Argentina es un país destacado en la industria farmacéutica, reconocido por la calidad y por la generación de conocimiento.

¿El banco de antígenos se puede usar para el coronavirus?
Sería muy temerario si dijera que sí porque es una vacuna nueva y tenemos que ver su evolución para evaluar si podemos ser banco de esa vacuna. Una cosa es tener stock de vacunas y otra es tener en mi depósito la posibilidad de formular una vacuna en 7 días de la que hago regularmente y de la que no hago regularmente. Tener un banco tiene el beneficio de que ante una eventualidad se puede fabricar una vacuna que no se tiene en stock.

Hubiera estado buenísimo que el mundo hubiese estado preparado con un banco como el que tenemos pero para responder a esta pandemia. Nuestro banco está preparado para 60 millones de dosis. Para tener referencia, el mercado mundial de aftosa es de 3.000 millones de dosis por año. América latina son 500 millones de dosis.

¿Cuánto pesa el mercado doméstico para Biogenesis Bagó?
Un 30%. Hacemos grandes exportaciones a Latinoamérica y a Asia. Vendemos a Corea del Sur y Vietnam en las campañas oficiales de vacunación. Allá están más aplicados a cerdos.

¿Son competitivas las vacunas argentinas en esos mercados tan grandes?
Son competitivos pero la verdad es que tiene mucho que ver la calidad de producto que ofrecemos y la regularidad en el abastecimiento. Son dos valores que se pagan y nos hace un proveedor confiable valorado. También la posibilidad de hacerle frente a una emergencia es un plus. Muchas veces nos contratan y ante una emergencia nos duplican el pedido, y cumplimos.

Por eso el precio, aunque estemos lejos y haya costos de logística altos, pasan a un segundo plazo. Igualmente también trabajamos en el tema logístico. Exportamos a Asia el año pasado 50 millones de dosis de vacunas vía aérea. Eso fueron exportaciones por u$s 25 millones en productos biotecnológicos. Trabajamos sistemas de conservación y transporte con unos pallets especiales que se producen en Argentina -los desarrolló la industria pesquera-. También tenemos proveedores que tienen que tener capacidad de respuesta.

¿Proveedores locales o pesa la importación?
Hay un componente de importado en las vacunas y el packaging. En estos años hemos ido desarrollando proveedores locales para muchas cosas. Los pallets al principio eran importados pero adecuamos los que había y ahora usamos los nacionales. Por eso generamos más desarrollo para la industria argentina. El año pasado fue una gran prueba en ese sentido. Con la pandemia tuvimos que incrementar todos los stocks de seguridad de lo que hacemos regularmente por si había una necesidad extraordinaria. Fue por un tema de posible demanda pero también por supuesto para aprovechar un tema de negocio.

También flexibilizamos los tiempos de pago y le permitimos y sugerimos a los clientes que se 'stockeen' porque a veces podíamos elaborar la vacuna pero no garantizar el flete aéreo, por ejemplo. El 2020 fue un desafío grande pero afortunadamente salió bien. Cumplimos con la demanda de los clientes y no nos fallaron los proveedores.

¿Cómo cierra el balance este año?
Venimos de dos años de crecimiento. Trabajamos fuera de la Argentina también y eso nos ayuda mucho. Tenemos 7 filiales en América Latina, en Asia y en Medio Oriente. Tenemos mucha actividad internacional.

¿Cómo los afecta los vaivenes del tipo de cambio?
Como tenemos distribuido el negocio entre el mercado local y exportaciones termina estabilizando mejor las crisis cambiarias. Igual, el tipo de cambio es una variable que no solo miramos por Argentina. El año pasado hubo una devaluación importante en Brasil que también consideramos.

¿Y la inflación?
Empuja los salarios y los costos de energía que son parte de los fijos altos que tenemos. Me gustaría trabajar con otras variables porque cuando sabes que la inflación está por debajo de un dígito no es un tema por el que uno se tiene que estar preocupando mensualmente. Si la inflación está por encima hay que ir mirándolo. Los mismo que el tipo de cambio, porque cuando se está comprando y vendiendo hay que estar muy encima de los plazos para no quedar descalzado.

¿La energía es el mayor de sus costos?
Somos una industria que opera 7x3x365. Paramos la planta una vez cada 3 a 7 años, es decir prácticamente nunca. Estamos hablando de una planta con bioseguridad, no podemos ahorrar en equipo de aire que está en funcionamiento siempre aunque fabrique 1 millón de dosis o dos dosis.

¿La carga tributaria es tan alta como en otras industrias?
No tenemos impuestos específicos como en otras industrias, nuestra base imponible es la clásica. Pero sí somos grandes contribuyentes por nuestra facturación, tanto municipal como nacional. También a veces recibimos incentivos, amortización acelerada, estamos pendientes de qué herramienta nos brinda el gobierno para aprovecharlas y aplicarlas a más desarrollo e inversión.

Aplicamos en Economía del conocimiento, la Ley de biotecnología para proyectos específicos de desarrollo de producto o para inversiones. Para una parte de esta ampliación del banco de antígenos, de hecho, aplicamos a una herramienta que era de amortización acelerada.

¿Hay incentivos entonces?
No es un país con los incentivos que tienen otros como los del primer mundo, que están en una situación completamente distinta. Nos falta evolución para eso. Si bien las herramientas de crédito están disponibles, tampoco hay financiación como en China o incluso en Brasil. Tenemos líneas de créditos pero todo el tema inflacionario hace que se tenga que estar mucho mas encima de esos instrumentos.

¿Qué proyección hace para este año?
Vamos a cerrar un año con el crecimiento que veníamos proyectando, probablemente incluso lo pasemos. Estamos en un sector industrial que está vinculado con la producción de alimentos que no se frenó, es una necesidad esencial y la producción creció. Tenemos una demanda que se mantiene. Continuamos con nuestro plan de negocios tanto a nivel local como internacional. No es que nos tiramos a esperar que pase este momento porque nadie sabe cuando se termina. Seguimos avanzando con los planes y proyectos que teníamos, con el desarrollo de nuevos territorios y nuevos productos, en un sector que es productor de alimentos.

¿Cómo se financió la ampliación de la planta?
Es reinversión de utilidades, parte de un plan muy ambicioso de reinversión. Estamos con otras obras de ampliación de capacidades en el área de Investigacion y desarrollo en el de producción de vacunas también. Afortunadamente tenemos accionistas que apuestan a esto. Nos dejan invertir para crecer. Estar permite que durante tantos años cumplamos con los compromisos siempre y termina siendo un sello de garantía.

¿Cuáles son los planes de exportación?
Estamos con planes en Asia y Medio Oriente, donde nuestra visibilidad y la capacidad de hacer negocios con muchas empresas y culturas que se consideran complejas nos benefician. Que una empresa nacional se asocie con otra en China y desarrollen un proyecto exitoso con otro clima y adversidades a las que no estamos acostumbrados es un plus. Para todo hay que ir, estar, ser flexibles, tener vocación para encontrar oportunidades siempre defendiendo los intereses propios. Ya no somos una empresa regional sino internacional.

Fuente: Apertura