(Córdoba).- En Córdoba, la demanda de terapia intensiva tuvo un leve aumento en la última semana, según los relevamientos realizados por diversas instituciones. Este incremento se está dando a expensas de los pacientes con patologías que no son Covid.

Por un lado, el sondeo semanal que realiza la Asociación de Clínicas, Sanatorios y Hospitales Privados (Aclisa) detectó un incremento del tres por ciento en siete días. El relevamiento, que tiene el viernes como fecha de corte, encontró un 77 por ciento de ocupación de camas críticas en el sector privado. Siete de cada 10 pacientes presentaron un diagnóstico que no era Sars-Cov-2. A su vez, el último relevamiento de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (Sati) detectó un 85 por ciento (sumando el sector público), cuando la encuesta anterior (del 9 de julio) había encontrado un 81 por ciento de unidades de terapia llenas en Córdoba. Cabe aclarar que la Provincia sólo registra la ocupación de camas críticas Covid, que al viernes pasado se ubicaba en el 32 por ciento.

Referentes de sociedades científicas aseguran que están regresando los pacientes con enfermedades crónicas que no se pudieron atender durante el segundo pico de Covid-19 (mayo y junio). Llaman “demanda retenida” a los pacientes que regresan ahora, tanto para una cirugía como para un control. Y admiten que pueden registrarse demoras en los turnos, especialmente para cirugía ambulatoria.

Por que se internan 

Daniela Olmos, presidenta de la Sati –filial Córdoba–, confirmó que hoy las terapias registran una mayor demanda de todo aquello que no se pudo realizar durante el pico de la pandemia, pero que este aumento es menor en comparación con finales del año pasado, cuando comenzaron a bajar los casos y a regresar la demanda contenida. La intensivista informó que, en la mayoría de las instituciones, los equipos de salud se organizaron para dar respuesta a todas las patologías, al tiempo que destacó que las enfermedades abdominales y cardíacas ocupan la mayoría de las camas de terapia no Covid. Entre las primeras, se encuentran las pancreatitis, las hemorragias digestivas y las obstrucciones intestinales. En las segundas, los infartos, los accidentes cerebrovasculares. También son comunes los politraumatismos (por accidentes o por violencia doméstica) y la intoxicación por monóxido de carbono, dependiendo de la institución.

Representantes de otras sociedades científicas explicaron que ahora están regresando los pacientes que no pudieron atenderse antes. Y que la mayoría llega con enfermedades avanzadas, ya que no se controlaron o discontinuaron los tratamientos.

Tumores más avanzados 

Marcelo de la Colina, presidente de la Asociación de Oncólogos Clínicos de Córdoba, informó que muchos pacientes discontinuaron sus tratamientos el año pasado por diversos motivos. En un principio, el mensaje “quedate en casa” hizo que muchos interrumpieran sus visitas al médico. Luego fue temor y también algunos límites del sistema sanitario. Más adelante, durante los picos de internaciones, los centros de salud destinaron la mayoría de sus recursos a la pandemia.

Algunos pacientes que veíamos por primera vez llegaban con un estadio de enfermedad más avanzado que lo habitual. Con algunos síntomas. Eso da cuenta de una demora, no sólo en la consulta, sino también en las cirugías. El retraso en el tratamiento puede disminuir seriamente las posibilidades de curación, advirtió el especialista. De la Colina explicó: Uno puede posponer una semana o 30 días una cirugía para una patología oncológica. Pero, si espera cinco o seis meses, esa tardanza puede hacer que un tumor haga metástasis o crezca tanto que se pierdan las posibilidades de cura.

El oncólogo agregó que la mayoría de los centros de salud hizo esfuerzos para volver a contactarse con los pacientes y lograr que retornaran a las consultas. Buscamos a las personas para programar las cirugías en los tiempos que corresponden. Pero dependemos de la situación del momento. Lamentablemente, en algunos casos, quizás por un rebrote, se suspenden las internaciones y las camas de terapia se destinan a la pandemia. Y eso que habíamos programado para una fecha se vuelve a postergar, indicó.

Impacto en el corazón 

Alberto Lorenzatti, expresidente de la Federación Argentina de Cardiología, explicó –a fines del año pasado– que los centros de salud comenzaron a recibir la demanda contenida de pacientes que no pudieron acceder al sistema durante la pandemia. Notamos más movimiento en los consultorios, con gente que empezó a volver de a poco en los controles después de haber quedado rezagada el año pasado. Pero en mayo y en junio, eso se frenó. La pandemia está dejando sus huellas –expresó–. Por un lado, en los pacientes que dejaron de controlarse y regresaron con enfermedades más avanzadas, reduciendo las chances de sobrevida y cura. Además, trajo aparejado un cambio de hábitos que puede repercutir en un aumento de patologías cardiometabólicas, como hipertensión, diabetes y obesidad.

Una investigación publicada en la revista Global Heart sistematizó las respuestas anónimas de 4.216 pacientes que ya venían siendo tratados por alguna de estas enfermedades crónicas. El estudio, que se realizó en 13 países de América latina, encontró una reducción drástica de la actividad física (el 61 por ciento reconoció que practicaba menos ejercicio que antes de la pandemia) y un aumento de consumo de cigarrillo (el 14,4 por ciento reconoció que fumaba) y de alcohol (el 43 por ciento reconoció que bebía diariamente). El estudio también detectó dificultades para conseguir medicación (17 por ciento) y barreras en el acceso a la salud (31 por ciento), informó Lorenzatti, quien formó parte del estudio.

El especialista reconoció que puede registrarse una demora en la asignación de turnos, tanto para cirugía como para consultas porque hay menos recursos sanitarios para atender enfermedades crónicas o prevalentes. En cambio, esos mismos agentes fueron redireccionados para atender la pandemia.

Otras patologías

Andrés Espinosa, presidente de la Sociedad de Medicina Interna de Córdoba, coincidió en que durante la pandemia muchos servicios fueron reasignados para darle respuesta al aluvión de consultas por Covid-19. Entonces los profesionales de la salud que estaban destinados a atender el resto de las patologías fueron derivados para dar respuesta a la emergencia. Y esto implicó que muchos pacientes con enfermedades crónicas abandonaran controles o tratamientos porque no encontraban respuesta en los lugares en los que estaban habituados.

La atención en consultorios externos disminuyó para reforzar las guardias. Y, en la mayoría de los países, los servicios de atención de algunas problemáticas (como discapacidad, salud mental o urgencias odontológicas) se vieron drásticamente interrumpidos, según el último “Informe de la evaluación rápida de la prestación de servicios para enfermedades no transmisibles durante la pandemia de Covid-19″, de la Organización Mundial de la Salud.

Fuente: La Voz