(Madrid).- Siete de cada diez cánceres de próstata, provocados por una tumoración maligna de la glándula prostática, no son diagnosticados a tiempo debido a que no presenta síntomas. Por ello, los especialistas advierten de la necesidad de hacerse estudios a partir de los 40 años, aunque este cáncer surge, habitualmente, después de cumplir los 50 años de edad.

Estos estudios incluyen una exploración digital rectal que confirma la forma, el tamaño y la consistencia de la próstata, permitiendo al especialista determinar si el paciente tiene algún indicio de malformación. También puede hacerse a través del estudio de sangre del antígeno prostático, que consiste en cifras parametradas en nanogramos por mililitro; en pacientes de 40 años, lo habitual es que sea de un nanogramo por mililitro. Tras el primer estudio, el especialista podrá conocer si será de utilidad para hacer un seguimiento al paciente cada seis o doce meses.

Cuando el facultativo sospecha la presencia del cáncer, se realiza una biopsia prostática para determinar el tipo de tumor y esclarecer si el paciente puede someterse a una cirugía radical o radio terapia total para combatir su enfermedad. En el caso de no ser apto para el tratamiento, se realiza una terapia hormonal de una duración media de 18 al 24 meses.

Los especialistas recomiendan a la población masculina hacerse revisiones de manera temprana para ayudar a su diagnóstico precoz y comenzar el tratamiento adecuado.

Posibles factores de riesgo

"Los aspectos genéticos y la alimentación pueden verse involucrados en el desarrollo de este tipo de cáncer", señala Jesús Torres Aguilar, director del Servicio de Urología del Hospital Juárez de México, aunque, hasta el momento, no hay ningún factor de riesgo conocido. Sin embargo, algunos estudios han revelado que en los países con mayor consumo de carbohidratos y grasas se incrementa la tendencia de presentar el cáncer de próstata.

Fuente: Redacción Médica