(Massachusetts).- Un estudio dirigido por investigadores del Hospital General de Massachusetts (MGH), en colaboración con la Universidad de Antioquia , el Instituto de Investigación Ocular Schepens de Massachusetts y el Instituto de Alzheimer Banner (EE.UU.), proporciona información sobre por qué algunas personas pueden ser más resistentes a la enfermedad de Alzheimer que otros. Los hallazgos pueden conducir a estrategias para retrasar o prevenir la afección.

Algunas personas que portan mutaciones en genes que se sabe que causan la enfermedad de Alzheimer de inicio temprano no muestran signos de la afección hasta una edad muy avanzada, mucho más tarde de lo esperado. El estudio de estos individuos puede revelar nueva información sobre variantes genéticas que reducen el riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer y otras formas de demencia.

En un estudio que se publica hoy en «Nature Medicine», el equipo de Yakeel T. Quiroz describe a uno de esos pacientes, de una gran familia de más de 6.000 miembros vivos de Colombia, que no desarrolló problemas cognitivos leves hasta los setenta años, casi tres décadas después de la edad típica de inicio.

El estudio de estos individuos puede revelar nueva información sobre variantes genéticas que reducen el riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer y otras formas de demencia.
Al igual que sus familiares que mostraron signos de demencia cuando cumplieron 40 años, la paciente portaba la mutación E280A en un gen llamado Presenilin 1 (PSEN1), que se ha demostrado que causa la enfermedad de Alzheimer de inicio temprano.

Asimismo, tenía dos copias de una variación genética llamada ChristChurch, llamada así por la ciudad de Nueva Zelanda donde se encontró por primera vez en el gen APOE3 (APOE3ch).

El equipo no pudo identificar a ningún otro miembro de la familia que tuviera dos copias de esta variación y que también portara la mutación PSEN1 E280A. En un análisis de 117 miembros afines, el 6% tenía una copia de la mutación APOE3ch, incluidos cuatro portadores de mutación PSEN1 E280A que mostraron signos de deterioro cognitivo leve a la edad promedio de 45 años.

Además, las pruebas de imagen revelaron solo neurodegeneración menor en el cerebro de la paciente. Sorprendentemente, la paciente tenía niveles cerebrales inusualmente altos de depósitos beta amiloides, un sello distintivo de la enfermedad de Alzheimer; sin embargo, la cantidad de ovillos de tau, otro sello distintivo de la enfermedad, era relativamente limitada.

Los investigadores sospechan que se portador de dos copias de la variante APOE3ch puede posponer el inicio clínico de la enfermedad de Alzheimer al limitar la patología tau y la neurodegeneración. «Este único caso abre una nueva puerta para los tratamientos de la enfermedad de Alzheimer, que se basa más en la resistencia a la patología de Alzheimer que en la causa de la enfermedad. Es decir, no necesariamente se enfoca en la reducción de la patología, como se ha hecho tradicionalmente en el campo, sino que promueve un mecanismo de resistencia», señala Quiroz.

APOE3 es una forma del gen APOE, el principal gen de susceptibilidad para la enfermedad de Alzheimer de aparición tardía. El gen APOE proporciona instrucciones para producir una proteína llamada apolipoproteína E, que participa en el metabolismo de las grasas en el cuerpo.

La modulación artificial de la unión de APOE a HSPG podría tener beneficios potenciales para el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer, incluso en el contexto de altos niveles de patología amiloidea
Los experimentos revelaron que la variante APOE3ch puede reducir la capacidad de la apolipoproteína E para unirse a ciertos azúcares llamados proteoglicanos de sulfato de heparán (HSPG), que se han implicado en procesos que involucran proteínas beta y tau amiloides.

«Este hallazgo sugiere que la modulación artificial de la unión de APOE a HSPG podría tener beneficios potenciales para el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer, incluso en el contexto de altos niveles de patología amiloidea», subraya el coautor Joseph F. Arboleda-Velasquez.

«Este estudio subraya la importancia de APOE en el desarrollo, tratamiento y prevención del alzhéimer», destaca Eric M. Reiman, director ejecutivo del Banner Alzheimer's Institute y coautor principal del estudio. «Esperamos que nuestros hallazgos sirvan para el descubrimiento de fármacos y terapias genéticas relacionadas con APOE, de modo que podamos testarlos en estudios de tratamiento y prevención lo antes posible»

Fuente: ABC