(Buenos Aires).- La enfermedad de Alzheimer es un trastorno progresivo producido por un deterioro en las células del cerebro, que se van consumiendo o degenerando hasta desaparecer. Se trata de la causa más común de la demencia y tiene como consecuencia la disminución continua de las habilidades del pensamiento y del comportamiento, alterando la capacidad de una persona para funcionar de manera independiente.

Aunque las causas de esta enfermedad aún no se han determinado con exactitud, según el Dr. Jorge Cesaro, Coordinador de Centros Médicos de OSPEDYC, en la mayoría de las personas se origina a partir de una combinación de factores genéticos, ambientales y del estilo de vida que afectan el cerebro a lo largo del tiempo. También existen otros factores que pueden incidir, tales como la edad, el Síndrome de Down, la Deficiencia Cognitiva Leve, patrones de sueño deficientes y un traumatismo craneal sufrido en el pasado.

Los primeros signos

El principal síntoma de la enfermedad de Alzheimer es la pérdida de la memoria. Según el Dr. Cesaro, existen algunos signos precoces que pueden dar cuenta de esta patología. Algunos de ellos pueden ser: la dificultad para recordar eventos, turnos o conversaciones recientes, la pérdida frecuente de posesiones y los problemas para encontrar las palabras adecuadas a la hora de identificar objetos, expresar pensamientos o participar en conversaciones. A medida que la enfermedad avanza, las alteraciones de la memoria empeoran y se manifiestan otros síntomas.

Siguiendo al profesional médico de OSPEDYC, los cambios cerebrales que se relacionan con esta enfermedad provocan crecientes complicaciones en la memoria, el pensamiento y el razonamiento, la planificación y realización de actividades familiares y también produce cambios en la personalidad y en la conducta.

A medida que la enfermedad de Alzheimer avanza hacia las últimas etapas, los cambios en el cerebro comienzan a afectar las funciones físicas y los pacientes pueden presentar dificultades para tragar, mantener el equilibrio y retener los esfínteres. Asimismo, estos efectos pueden aumentar la vulnerabilidad frente a otros problemas de salud”, explica el Dr. Cesaro.

Por otro lado, el profesional explica que aún no existe un tratamiento para la cura de esta enfermedad, pero hay medicamentos disponibles que pueden mejorar temporalmente los síntomas o retardar la tasa de disminución de las capacidades en las personas que la padecen.

¿Cuáles son los hábitos que podemos adoptar para reducir el riesgo de padecerla?

Si bien la enfermedad de Alzheimer no es un trastorno que se pueda prevenir, existen ciertos factores vinculados con el estilo de vida que se pueden modificar para disminuir el riesgo. En este sentido, el Dr. Jorge Cesaro, Coordinador de Centros Médicos de OSPEDYC, recomienda adoptar los siguientes hábitos saludables:

  • Realizar actividad física periódicamente, ya que el ejercicio nos permite desarrollar la capacidad de resolver conflictos, planificar, poder realizar varias tareas a la vez y aumentar el volumen de la estructura cerebral, clave para la memoria.
  • Consumir una dieta saludable, ésta debe ser rica en proteínas, aceites saludables y alimentos bajos en grasas saturadas.
  • Controlar la presión arterial alta, la diabetes y el colesterol alto.
  • Dejar de fumar.
  • Seguir aprendiendo y desafiar al cerebro: es importante hacer actividades que nos obliguen a pensar, ya sea armar un rompecabezas, construir algo para la casa o jugar a algún juego de mesa.
  • Mantenerse sociable: se ha mostrado que las personas que tienen una vida social activa también tienen cerebros más activos y sanos. En un contexto de aislamiento se recomienda mantener el contacto con nuestros afectos a través de videollamadas, redes sociales y otras tecnologías de la comunicación.

Fuente: Moscú Agencia