(Buenos Aires).- El SARS-CoV-2 no da tregua en ningún país del mundo. Tampoco diferencia por segmento etario ni socioeconómico. A más de un año del comienzo de la pandemia que atemoriza al mundo y que no da respiro con sus nuevas variantes, la situación sigue siendo trágica, pese al avance acelerado y el esfuerzo incuestionable de la ciencia.

A algunos países, las vacunas no llegan o no son suficientes. Los hospitales y el personal de salud están desbordados y agotados. En los países ricos, el plan de vacunación avanza, pero al mismo tiempo las poblaciones se han relajado y la falta de medidas preventivas fue la oportunidad que encontró el virus para expandirse. La realidad es que el coronavirus ha demostrado su presencia y, con el paso del tiempo y lejos de hacerse perder el respeto, se sigue imponiendo en nuestras vidas, forzándonos a tomar conciencia y absolutos recaudos.

Mientras los laboratorios siguen estudiando la efectividad de las vacunas y sus posibles efectos adversos, los científicos indagan nuevas alternativas para frenar la pandemia y aniquilar al virus. La inoculación sin dudas reduce significativamente la gravedad de la enfermedad, evitando las hospitalizaciones y muertes de los pacientes que se infectan. En tanto, la ciencia busca nuevos caminos para terminar con la propagación de este virus que nos ha cambiado no sólo la manera de vivir sino también de percibir la vida misma.

Este es el caso de un grupo de científicos de la Universidad de Texas A&M, en Estados Unidos, que descubrió que el calor, es decir, las altas temperaturas, neutraliza al virus en menos de un segundo. Sin embargo, y si bien los resultados son alentadores, aún se trata de pruebas experimentales.

En el experimento, calentaron a 72 grados Celsius la sección de un tubo de acero inoxidable, a través del cual pasaba la solución con el virus durante medio segundo y llegaron al resultado de que el calor puede reducir la cantidad del virus en 100.000 veces, lo que resultaría suficiente para neutralizarlo y prevenir su propagación. Con Bienestar habló al respecto con el infectólogo Hugo Pizzi, que advirtió que hay que ser cautos al respecto, ya que sólo se trata de un avance, de los primeros pasos de la investigación.

Las conclusiones del experimento, encabezado por Arum Han, profesor del Departamento de Ingeniería Eléctrica e Informática de esa universidad, fueron publicados en Phys.org. Allí, se informa que los científicos diseñaron un sistema experimental que podría frenar el avance de la pandemia. Además, revelaron que los científicos prevén construir un chip de microfluidos para tratar los virus con altas temperaturas.

Al respecto, Han -coautor del estudio- sostuvo: Tenía curiosidad por saber cuán altas son las temperaturas que podemos aplicar en un período tan corto y ver si podíamos inactivar por calor al coronavirus en muy poco tiempo. Y el impacto es enorme.

Fuente: TN Noticias