(Montevideo).- Uruguay será el primer país de América Latina que vacune contra el COVID-19 a partir de los 12 años. Los más de 120.000 adolescentes que ya se agendaron para que les sean administradas las dosis recibirán en el correr de los días su fecha y hora. Y a partir del miércoles empezará la vacunación en sí.

El Ministerio de Salud estableció que la vacunación entre los menores de 18 años sea por orden de edad y no por orden de inscripción: los de 17 años serán los primeros y se avanzará en sentido decreciente hasta los 12 años. Al respecto, explicó el subsecretario de Salud, José Luis Satdjian, puede ocurrir que un chico de 13 años se haya anotado el jueves, pero que su cita para recibir la dosis sea posterior a la de un adolescente de 16 años que se haya agendado el viernes.

Con la incorporación de los adolescentes a la campaña de vacunación, el gobierno busca dos objetivos: aumentar el porcentaje de la población uruguaya inmunizada y proteger a los liceales para un regreso más seguro (y duradero) a las clases presenciales.

La vuelta a las aulas en la educación media está prevista para después de las vacaciones de invierno. Parte de esta postergación, había adelantado el ministro de Educación, Pablo da Silveira, responde a esa necesidad de inocular previamente a los adolescentes.

Aquellos que reciban la primera dosis el miércoles, por ejemplo, tendrán su segunda dosis el 5 de julio (todavía en período de receso educativo). No solo eso: la vacuna del laboratorio Pfizer, que es la aprobada para el uso en adolescentes y que será la administrada a esa población en Uruguay, ha demostrado altas cifras de eficacia una semana después de la primera dosis.

La catedrática en Pediatría Catalina Pírez dijo que es positivo que se vacune a los adolescentes siempre y cuando eso no implique dejar atrás a la población más adulta que es la que padece más riesgos. Pírez, quien preside la Comisión Honoraria para la Lucha Antituberculosa (encargada de la operativa diaria de la inmunización contra el coronavirus), considera, a título personal, que lo correcto hubiera sido llegar primero a la población objetivo: los 2,8 millones de adultos.

Hasta la noche de ayer, cuando el país rozaba la administración de 3 millones de dosis, cerca del 72% de la población adulta había recibido al menos una dosis contra el COVID-19. Eso equivale (contando a los niños y adolescentes) a menos del 55% de la población del país. Si se suman aquellos que ya tienen su fecha para la primera dosis o bien los que están en lista de espera (entre ellos los más de 120.000 menores de 18 años), Uruguay roza el 65%.

Dicho de otro modo: si Uruguay vacunara a todos los que ya tienen fecha para sus dosis y a aquellos que están en lista de espera, incluyendo los adolescentes registrados, no se alcanzaría todavía el famoso 70%, ese número teórico que se acercaría al concepto de inmunidad colectiva. Aunque se estaría cerca.

Ante un escenario que puede ser desafiante, surge una buena noticia: en esta etapa se han alcanzado, con vacunatorios itinerantes, más de 285 pueblos y zonas alejadas, gracias al trabajo de las direcciones departamentales de Salud, que fueron las que organizaron y programaron los lugares, en conjunto con las intendencias departamentales, las alcaldías locales y los prestadores de salud, dijo el subsecretario Satdjian.

El jerarca afirmó que para su cartera es muy importante acercar la vacunación a los lugares que tienen mayores dificultades de acceso, y agregó: Progresivamente se va a ir avanzando en las zonas donde aún falte vacunar: hay puntos a mejorar y se trabaja para continuar con la velocidad de vacunación que posiciona a Uruguay dentro de los primeros lugares en avance del plan de vacunación a nivel mundial.

La experiencia del “Pueblo a Pueblo”, como se dio en llamar esta campaña de llegada con las vacunas a los sitios más recónditos del territorio uruguayo, podría servir de modelo para el acercamiento de las dosis a quienes viven en barrios más apartados de los vacunatorios, quienes no pueden trasladarse o quienes no saben agendarse, porque implica el uso de telefonía o internet.

Según Satdjian, actualmente está en buenos niveles de adhesión, y se va a seguir incentivando a que las personas que aún no se inscribieron para recibir la vacuna contra el COVID-19 lo hagan y así avanzar rápidamente hacia el objetivo que planteado.

En Europa varios países apuestan a vacunar a partir de los 12 años durante el receso del verano boreal. La Agencia Europea del Medicamento (EMA) habilitó la semana pasada la vacuna de Pfizer para la población de entre 12 y 15 años (ya estaba autorizada para los mayores de 16). Tras ello, la ministra de Sanidad española, Carolina Darias, anunció en TVE que la propuesta es administrarle las dosis a esa población dos semanas previo al reinicio de cursos. Italia ya empezó la vacunación a partir de los 12 años, Alemania lo hará el lunes y Francia el martes 15 de junio.

Según el diario español El País, en Europa empieza a discutirse si tiene sentido avanzar en la vacunación de los menores de 18 años cuando las dosis no están llegando a las poblaciones de más riesgo de los países en vías de desarrollo. Al respecto, la pediatra uruguaya Pírez dijo que más allá de las miradas técnicas, las decisiones son políticas y que, para el caso local, hay que entender que Uruguay está en una situación límite con más de 60 muertos por día en los últimos días.

Fuente: El País