(Madrid).- Casi la mitad (47%) de la población mundial tiene acceso limitado o nulo a pruebas y servicios clave que son esenciales para diagnosticar enfermedades comunes, como diabetes, hipertensión, VIH y tuberculosis, o pruebas básicas para las mujeres embarazadas como hepatitis B y sífilis, según un estudio que se publica en The Lancet.

Sin acceso a diagnósticos precisos, de alta calidad y asequibles, muchas personas serán expuestas a tratamientos incorrectos , o se expondrán a tratamientos innecesarios o incluso dañinos. El análisis fue dirigido por The Lancet Commission on Diagnostics, un informe que reúne a 25 expertos de 16 países cuyo fin es transformar el acceso global a los diagnósticos. Como se señala en el documento, una de las primeras lecciones de la pandemia de Covid-19 fue la importancia crucial de un diagnóstico oportuno y preciso.

Los problemas iniciales en el desarrollo de pruebas obstaculizaron la comprensión y la respuesta al brote, lo que produjo una rápida aparición de pruebas poco fiables e inexactas.

En los países de ingresos altos, la capacidad de utilizar los laboratorios de salud pública existentes, y en algunos casos los del sector privado, fue fundamental para aumentar la capacidad de realización de pruebas, pero muchos países de ingresos bajos y medianos sin acceso a esta infraestructura se vieron en desventaja y no pudieron tener a las pruebas necesarias.

En gran parte del mundo, los pacientes son tratados por enfermedades sin acceso a servicios y pruebas de diagnóstico. Este es el equivalente a practicar la medicina a ciegas. Esto no solo es potencialmente dañino para los pacientes, sino que también es un desperdicio significativo de los escasos recursos médicos declara Kenneth Fleming, presidente de la Comisión y profesor de la Universidad de Oxford (Reino Unido).

La brecha es mayor en la atención primaria, donde solo alrededor del 19% de la población de los países de ingresos bajos y medianos bajos tiene acceso a las pruebas de diagnóstico más simples (distintas del VIH o la malaria). La clave para cerrar la brecha de diagnóstico es la disponibilidad de personal capacitado, y la Comisión estima un déficit global de hasta 1 millón de personal dedicado a esas labores de diagnóstico. «Sin una fuerza laboral capacitada que pueda utilizar su educación y experiencia al máximo, los países no podrán dar un acceso a diagnósticos que sean apropiados para cada nivel de atención y lograr la Cobertura Universal de Salud», adevierte Michael Wilson, co- Presidente de la Comisión.

Los últimos 15 años han sido testigos de extraordinarias innovaciones en tecnología e informática para transformar los diagnósticos, pero la Comisión advierte que estos beneficios no se comparten de manera equitativa.

El mercado mundial de diagnósticos e imágenes de diagnóstico in vitro está valorado en 843.000 millones de dólares. Solo cuatro empresas de Estados Unidos y Europa representan la mitad del suministro mundial de diagnósticos in vitro, mientras que cuatro empresas de Estados Unidos, Europa y Japón representan las tres cuartas partes del suministro mundial de equipos de imagen.

La pandemia de C0vid-19 ha sido un claro ejemplo de los riesgos que implica depender de una pequeña cantidad de proveedores médicos. Ampliar la producción de diagnósticos mediante la ubicación de más investigación, desarrollo y producción en países de ingresos bajos y medianos es una prioridad clave, añade Susan Horton, copresidenta adjunta de la Comisión, Universidad de Waterloo (Canadá).

Otras recomendaciones de la Comisión incluyen mejorar los marcos regulatorios para supervisar la calidad y seguridad de los diagnósticos y democratizar los diagnósticos (aumentando la disponibilidad de pruebas en el lugar de atención, auto muestreo).

Fuente: ABC Salud