(Madrid).- La hora a la que nos vamos a dormir puede resultar fundamental con nuestra salud cardiovascular. Irse a dormir entre las 22:00 y las 23:00 se asocia con un menor riesgo de desarrollar una enfermedad cardíaca en comparación con hacerlo temprano o más tarde. ¿La causa? Nuestro reloj interno

«El cuerpo tiene un reloj interno de 24 horas, llamado ritmo circadiano, que ayuda a regular el funcionamiento físico y mental», explica el autor del estudio, David Plans, de la Universidad de Exeter (Reino Unido), que no obstante reconoce que aunque no se puede concluir la relación causa-efecto de nuestro estudio, «los resultados sugieren que es más probable que acostarse más temprano o tarde altere el reloj corporal, con consecuencias adversas para la salud cardiovascular».

Existen muchos estudios que han investigado el vínculo entre la duración del sueño y las enfermedades cardiovasculares, pero la relación entre el horario del sueño y las enfermedades cardíacas está poco explorada. Este trabajo examinó la relación entre el inicio del sueño medido objetivamente, en lugar de autoinformado, en una gran muestra de adultos.

La asociación con un mayor riesgo cardiovascular fue más fuerte en las mujeres, y solo el inicio del sueño antes de las 22:00 horas siguió siendo significativo para los hombres
El estudio incluyó a 88.026 personas del Biobanco del Reino Unido reclutadas entre 2006 y 2010. La edad promedio fue de 61 años (rango 43 a 79 años) y el 58% eran mujeres. Los datos sobre el inicio del sueño y la hora de despertarse se recopilaron durante siete días utilizando un acelerómetro de muñeca.

Los participantes completaron evaluaciones y cuestionarios demográficos, de estilo de vida, de salud y físicos. Posteriormente se les monitroizó para un nuevo diagnóstico de enfermedad cardiovascular, que se definió como ataque cardíaco, insuficiencia cardíaca, enfermedad cardíaca isquémica crónica, accidente cerebrovascular y ataque isquémico transitorio.

Durante un seguimiento promedio de 5,7 años, 3.172 participantes (3.6%) desarrollaron enfermedad cardiovascular. La incidencia fue mayor en los que se acostaban o antes o después de las 22.00 o 23.00.

Los investigadores analizaron la asociación entre el inicio del sueño y los eventos cardiovasculares después de ajustar una serie de factores: edad, sexo, duración del sueño, irregularidad del sueño (definida como tiempos variados para irse a dormir y despertarse), cronotipo autoinformado (madrugador o noctámbulo), tabaquismo, índice de masa corporal, diabetes, presión arterial, colesterol en sangre y nivel socioeconómico.

Así vieron que, en comparación con las personas que se acostaban en este periodo, diez y 11 de la noche, las que lo hacían antes o después presentaban un riesgo de entre un 12% y un 25% más elevado de enfermedad cardiovascular.

La asociación fue más fuerte en las mujeres, y solo el inicio del sueño antes de las 22:00 horas siguió siendo significativo para los hombres.

El horario para dormir y la higiene básica del sueño podrían ser un objetivo de salud pública de bajo costo para reducir el riesgo de enfermedad cardíaca
«Nuestro estudio indica que el momento óptimo para irse a dormir es en un punto específico del ciclo de 24 horas del cuerpo y las desviaciones pueden ser perjudiciales para la salud. El momento más con mas riesgo fue después de la medianoche, posiblemente porque puede reducir la probabilidad de ver la luz de la mañana, lo que restablece el reloj biológico».

Plans considera que las razones de la asociación más fuerte observada entre el inicio del sueño y la enfermedad cardiovascular en las mujeres no están claras. «Puede ser que haya una diferencia en la forma en que el sistema endocrino responde a una interrupción en el ritmo circadiano».

Para el experto, aunque los hallazgos no muestran causalidad, «la hora de dormir se ha convertido en un factor de riesgo cardíaco potencial, independientemente de otros factores de riesgo y características del sueño. Si nuestros hallazgos se confirman en otros estudios, el horario para dormir y la higiene básica del sueño podrían ser un objetivo de salud pública de bajo coste para reducir el riesgo de enfermedad cardíaca».

Fuente: ABC Salud