(Buenos Aires).- El cáncer de cuello uterino (CCU) es la 4ta causa de cáncer en la mujer a nivel mundial luego del cáncer de mama, el colorrectal y el de pulmón. A nivel mundial, afecta anualmente a más de medio millón de mujeres y ha causado más de 300.000 muertes en 2018.

El 84% de los casos de cáncer cérvicouterino ocurren en países de bajos o medianos ingresos, y en Argentina cada año surgen 5.000 casos nuevos. Este tipo de cáncer afecta a personas con útero y se diagnostica más frecuentemente entre los 35 y los 44 años y rara vez se desarrolla en menores de 20 años.
 
El cuello uterino es la parte más baja y estrecha que sirve de entrada al útero, que conecta la parte inferior del útero con la vagina. En el caso del cáncer de cuello uterino hay una estrecha relación con la infección por del virus del papiloma humano (VPH), que aparece en el 90% de los casos.
 
El VPH es una de las infecciones de transmisión sexual (ITS) más prevalentes y prevenibles, 8 de cada 10 mujeres estarán en contacto con dicha infección viral en algún momento de su vida destacó la Dra. Ma Alejandra Martínez, Miembro de la Sociedad Argentina de Ginecología Infanto Juvenil (SAGIJ).
 
Existen diferentes tipos de VPH y se los clasifica en alto y bajo riesgo, respecto de su asociación con el cáncer de cuello de útero. Aquellos de alto riesgo -más comúnmente conocidos como responsables del mismo- son el 16 y el 18, y por ello es a los que apuntan las vacunas incluidas en el calendario nacional.

La ventaja que presenta este tipo de carcinoma es que tiene una evolución lenta, lo que da tiempo a una detección precoz. Por otro lado, que una persona haya contraído un VPH de alto riesgo no quiere decir que desarrollará el cáncer ya que en la mayoría de los casos la propia inmunidad neutralizará y autolimitará la infección.

Por otro lado, existen factores de riesgo para adquirir la infección por el VPH y desarrollar el cáncer cérvicouterino como el tabaquismo: la coinfección con el VIH (virus de la inmunodeficiencia humana) o cualquier otra afección que debilite el sistema inmunitario (es decir, que limite la capacidad del cuerpo para combatir las infecciones), el inicio precoz de las relaciones sexuales, presentar múltiples parejas sexuales y la falta de uso del preservativo que es la medida más eficaz de prevención de las ITS.

En su etapa inicial, el cáncer de cuello de útero en general no produce síntomas, sin embargo, en estadios avanzados puede ocasionar sangrado o flujo vaginal anormal. Es importante realizar una consulta ginecológica ante estos hallazgos ya que existen otras afecciones que también los pueden causar.

Existen diversas estrategias de prevención del cáncer cérvicouterino en la población general, siendo la vacunación y los programas de screening, incluídos en el control ginecológico anual, las principales.

  • Las vacunas contra el VPH protegen contra la infección viral, pero no son un tratamiento para aquellas personas que ya lo contrajeron. Existen actualmente tres tipos de vacunas: la bivalente (protege contra VPH 16 y 18), la cuadrivalente (protege contra VPH 6,11, 16 y 18) y la nonavalente (6, 11, 16, 18, 31, 33, 45, 52 y58). Se aplican a partir de los 11 años a varones y mujeres en 2 dosis separadas con un intervalo de 6 meses en menores de 15 años y de tres dosis para mayores de 15 años. Se puede aplicar hasta los 26 años a diferencia de otras que amplían el rango etario. Es importante tener en cuenta que cuanto antes se vacunen las niñas/os y adolescentes, mejor inmunidad van a generar. Actualmente, la vacuna cuadrivalente se encuentra incluida dentro del Calendario Nacional de Vacunación, es gratuita y obligatoria.
  • Los programas de detección y prevención utilizan diferentes herramientas. Las más conocidas son el papanicolau y la colposcopía. El primero, más conocido con la abreviación pap, consiste en tomar una muestra del flujo genital con el fin de obtener células cérvico vaginales para detectar anomalías en las mismas. El segundo, la colposcopía, se realiza mediante la observación del cuello del útero con un microscopio de gran aumento para detectar la presencia de lesiones.

“Existe, también, el test de VPH que detecta a partir de una muestra tomada con un hisopo del cuello uterino o del flujo vaginal la presencia de los tipos de VPH de alto riesgo que, como mencionamos anteriormente, son los más propensos a evolucionar a lesiones precancerosas de alto grado y al carcinoma propiamente dicho” mencionó la Dra. Ma Clara Di Nunzio, Miembro de la Sociedad Argentina de Ginecología Infanto Juvenil (SAGIJ).
 
Las recomendaciones del Programa Nacional de prevención del Cáncer de Cuello Uterino indican realizar el primer PAP a partir de los 3 años de haber comenzado a tener relaciones sexuales. El mismo debe repetirse anualmente y luego de dos resultados negativos, se puede realizar cada 3 años. El test de VPH se recomienda a partir de los 30 años y de dar negativo, se repite cada 5 años.

El preservativo, si bien no protege contra el 100% del riesgo de adquirir la infección por HPV, es el método actualmente más eficaz con el que contamos para prevenir el CCU y otras ITS. La falta de protección ocurre debido a que el condón, aún en condiciones ideales de uso, no cubre todas las áreas potencialmente expuestas al virus. A su vez, pueden existir lesiones por VPH en otras regiones del cuerpo como la orofaringe (garganta) que también pueden evolucionar a un carcinoma, por lo que su uso es vital durante el sexo oral y el campo de látex para personas con vulva.

El cáncer de cuello uterino es prevenible, hablando en casa con los adolescentes para evitar conductas sexuales de riesgo y promover el autocuidado, con la educación sexual integral en las escuelas, con las vacunas y con la visita anual al ginecólogo y los programas de detección.
 
Asesoraron

  • Dra. Ma Alejandra Martínez (MN 84616), Médica tocoginecóloga certificada en ginecología infantojuvenil, Miembro de la Sociedad Argentina de Ginecología Infanto Juvenil (SAGIJ).
  • Dra. Ma Clara Di Nunzio (MN 108719), Médica tocoginecóloga certificada en ginecología infantojuvenil, Miembro de la Sociedad Argentina de Ginecología Infanto Juvenil (SAGIJ).

Más información: www.sagij.org.ar

Fuente: Verbum PR