(Buenos Aires).- La artritis reumatoidea es una enfermedad inflamatoria crónica autoinmune de causa desconocida que afecta principalmente las articulaciones, aunque puede comprometer otros órganos de nuestro cuerpo. Los síntomas se van instalando de a poco. La rigidez por la mañana, el dolor y la hinchazón articular (manos, pies, rodillas, tobillos y codos) dominan el cuadro; algunos presentan además debilidad generalizada, fatiga y con menor frecuencia fiebre. La rigidez mejora con el movimiento y la actividad física, y empeora con el reposo prolongado.[1]

Se estima que en la Argentina afecta a unas 400.000 personas, y la estadística a nivel mundial calcula un impacto de entre el 0,5% y 1% de la población (más de 20 millones). Puede afectar a cualquier persona de cualquier sexo, aunque es más frecuente en las mujeres y, si bien es más común entre las personas de mayor edad, puede afectar también a niños y jóvenes.1

Según datos obtenidos en la última campaña nacional de detección gratuita que llevó a cabo la Sociedad Argentina de Reumatología (SAR) en 2021, un 92% de los pacientes detectados no contaba previamente con diagnóstico de la enfermedad. Del total de casos, un 70% corresponde a pacientes mujeres y un 30% a hombres. El relevamiento, a cargo de la Unidad de Investigación de la SAR, indicó a su vez que el 30% de los diagnosticados no contaba con cobertura médica. 

La progresión de la enfermedad limita a quienes la padecen, impactando notablemente en su calidad de vida. La rutina de los pacientes se ve afectada cuando la enfermedad se desarrolla y no se trata oportunamente: muchos deben faltar al trabajo, reorganizar sus responsabilidades o pedir ayuda a otros para llevar a adelante sus actividades diarias. “Es una enfermedad que, si no es tratada a tiempo, puede derivar en lesión articular e impacto en la calidad de vida de los pacientes. Por eso es fundamental que la gente consulte, que vaya al especialista, que pueda alcanzar un diagnóstico” expresó la Dra. María Celina de la Vega, presidente de la Sociedad Argentina de Reumatología, MN 89.104

El dolor y la inflamación articular que padecen los pacientes con artritis dificulta sus actividades laborales, sociales y recreativas. Esto impacta notablemente en toda la familia, no solo por los cambios que implican las limitaciones motoras; sino también por los aspectos psicológicos asociados y el trabajo conjunto que supone una enfermedad crónica explicó la Dra. Anastasia Secco, integrante Comisión Directiva SAR y del Grupo de Estudio de AR, MN102795. Por todo esto es fundamental la consulta temprana con el reumatólogo, para un diagnóstico precoz y rápido inicio del tratamiento. Esto ha demostrado prevenir el daño y la discapacidad física; y preservar la salud psicosocial del paciente.

En la campaña de detección, muchos de los pacientes aseguraron no estar recibiendo ningún tipo de tratamiento.  Entre las razones reportadas, indicaron que se debió a la pandemia (39%); al acceso económico (22%); a causas personales (22%); y a la falta de consulta con un médico reumatólogo (17%).

En la actualidad, en nuestro país, se encuentra disponible un gran abanico de opciones terapéuticas aprobadas tales como: medicamentos modificadores de la enfermedad, biológicos y tratamientos orales inhibidores de JAK, con un buen margen de seguridad y eficacia clínica. Nuestro principal objetivo cuando empezamos a tratar a un paciente con artritis reumatoidea es que pueda llegar a la remisión sostenida o baja actividad de la enfermedad. Esto es esencial para que el paciente pueda realizar sus actividades diarias sin sentirse limitado. Si bien el avance en los tratamientos de los últimos años nos permite hablar de un aumento progresivo de las tasas de remisión, nada de esto se logra si no detectamos y diagnosticamos tempranamente. Con un diagnóstico temprano y con el tratamiento adecuado, se puede detener el avance de la enfermedad y lograr que los pacientes tengan una calidad de vida adecuada aclaró la Dra. María Celina de la Vega.

El acceso a los tratamientos es muy importante. Y acá lo fundamental es el tiempo en que uno accede, es decir, un acceso temprano. El paciente debe llegar rápido a ese tratamiento que le permita lograr una remisión de la enfermedad indicó la doctora. El Estado y los pagadores tienen un rol clave en términos de acceso. En nuestro país, por ejemplo, está vigente la Ley de Discapacidad que garantiza a los pacientes con artritis reumatoidea en estado activo la cobertura de tratamientos.

De la Vega destacó a su vez que es muy importante que los pacientes tengan voz propia en la toma de decisiones con el médico. Es fundamental que todos conozcan cómo opera la enfermedad que se encuentran transitando, que conozcan las opciones terapéuticas y que puedan entender cómo estar mejor. Como médicos seguimos trabajando en lo que llamamos un paciente entrenado, para que pueda conocer su enfermedad. Cuanto más conozcan, tendrán una mayor adherencia al tratamiento. Desde la Sociedad, a través del Comité para Pacientes, llevamos a cabo talleres durante todo el año, muchos de ellos en forma virtual, facilitando la participación desde varios lugares del país concluyó la Dra. Anastasia Secco.

Referencias 

  1. Artritis Reumatoidea – Sociedad Argentina de Reumatología. Disponible en:  http://www.reumaquiensos.org.ar/enfermedades/artritis-reumatoidea/

Fuente: Paradigma Pel