(Ginebra).- Hasta un 70 por ciento de todos los medicamentos que están en el mercado son duplicados de otros productos o no son esenciales, y los más recientes son casi siempre más caros que los existentes.

Consciente de que la ineficacia de las intervenciones y procesos normativos de gestión del gasto es un factor que dificulta el acceso a los medicamentos y eleva los copagos, la OMS, en su búsqueda de la ‘salud para todos’ ha vuelto a instar a sus estados miembro a financiar medicamentos y vacunas de manera selectiva. No es la única recomendación incluida en el informe ‘La escasez mundial de medicamentos y vacunas y el acceso a los mismos’, que esta semana se tratará en la 71ª Asamblea Mundial de la Salud, y que también insiste en la necesidad de establecer un “modelo de fijación de precios justos” y un “seguimiento sistemático” de los datos sobre los precios y la disponibilidad de los medicamentos.

Sobre el primero de estos retos, la Secretaría asegura haber empezado ya a reunir datos probatorios con vistas a un modelo de “fijación de precios justos” que los países puedan adaptar a su propio contexto, que resulte asequible para los sistemas de salud y los pacientes y al mismo tiempo ofrezca incentivos de mercado suficientes para que la industria invierta en innovación y en la producción de medicamentos. “En este contexto, ‘justicia’ supone una relación incentivos-beneficios que sea positiva para todas las partes interesadas, en particular los compradores y cuantos intervienen en los procesos de I+D y de fabricación de medicamentos”, apunta el informe.

En relación a la necesidad de llevar a cabo una monitorización más continua dentro del sector farmacéutico, la Secretaría de la OMS, en cooperación con los Estados Miembros y otros asociados, tiene pensado establecer mecanismos de seguimiento de los gastos directos que afrontan los pacientes para sufragar productos médicos. Dicho mecanismo podría complementarse con otros más, si la Asamblea acepta el calendario de acciones recomendado por la OMS, y que abarcaría, en principio, hasta 2022. De llevarse a cabo año, estas medidas podrían paliar, en buena medida, el que la OMS cree que es uno de los grandes lastres en el debate mundial de los precios, el acceso y la disponibilidad de medicamentos y vacunas: la “falta de voluntad política” de los estados.

Acciones hasta 2022

Tras la publicación, en octubre de 2017, de una reseña orientativa sobre la respuesta a las iniciativas de la industria para incrementar el acceso a medicamentos y otras tecnologías sanitarias, la OMS ha puesto en práctica una versión revisada de un instrumento de evaluación de la transparencia y la rendición de cuentas de los sistemas farmacéuticos. Su publicación, prevista para el mes de junio de 2018, supondría el inicio de este abanico de medidas. Siguiendo a su publicación, para 2019 se habrán desarrollado y difundido buenas prácticas sobre selección basada en datos científicos y evaluación de tecnología sanitaria, un trabajo que la OMS tiene previsto culminar cuatro años más tarde, con la elaboración en 2022 de un informe sobre programas de colaboración bilateral y regional en este terreno.

En 2020 se habrán elaborado y difundido listas de medicamentos en riesgos de escasez e información sobre mecanismos para prevenir desabastecimientos. Asimismo, tanto en este año como en 2022 se procederá a actualizar el Programa de Precalificación de Medicamentos de la OMS con el fin de incluir las novedades más relevantes. Por último, este año también se habrá facilitado orientación a los Estados Miembros en materia de promoción y seguimiento de la transparencia en los precios de los medicamentos y la aplicación de políticas de fijación de precios y reembolsos.

En 2021 se habrán desarrollado prácticas óptimas y se habrán ejecutado programas de creación de capacidad en los países para el uso más apropiado, en la práctica clínica nacional, de medicamentos y productos médicos nuevos y existentes. Asimismo, se habrá elaborado un informe sobre los progresos relativos a las actividades nacionales y regionales de creación de capacidad en la esfera normativa, en países en desarrollo, destinadas a mejorar el acceso a fármacos.

Por último, además de elaborarse un informe sobre programas de colaboración bilateral y regional en materia de HTA, en 2022 se evaluarán las iniciativas nacionales y regionales destinadas a promover buenas prácticas que permitan mejorar la eficacia de la cadena de adquisición y suministro, en particular en lo relativo a las adquisiciones conjuntas.

Fuente: El Global