(Buenos Aires).- El cáncer de cuello de útero es una enfermedad en la que se forman células malignas en el canal que conecta al útero con la vagina. Es una causa muy común de mortalidad en mujeres a nivel mundial, que en el año 2018 provocó más de 311.365 muertes y representó el 6,6% de todos los casos de cáncer diagnosticados en el mundo en mujeres.

La incidencia y la mortalidad por cáncer de cuello uterino es notablemente mayor en poblaciones vulnerables y en regiones menos desarrolladas de hecho, el 85% de las defunciones por esta enfermedad se registran en países de ingresos bajos y medios. Esto se debe a la falta de controles ginecológicos, que podrían evitar este tipo de cáncer a través de medidas relacionadas a la prevención de Virus Papiloma Humano. 9 de cada 10 casos se da en países subdesarrollados.

En Argentina, de acuerdo a estadísticas del Ministerio de Salud y Desarrollo Social, se diagnostican cada año aproximadamente 4000 nuevos casos de cáncer cervicouterino, y mueren aproximadamente 2231 mujeres a causa del mismo. Se trata del tercer tipo de cáncer más común en mujeres, siendo los tipos más frecuentes en este país:

  1. Cáncer de mama (31,8% de los casos de cáncer en mujeres)
  2. Cáncer de colon (10,6% de los casos de cáncer en mujeres)
  3. Cáncer de cuello de útero (6,6%) y Cáncer de pulmón (6,6%)

Prevención del cáncer y factores de riesgo

Algunos de los factores que aumentan la probabilidad de padecer cáncer de cuello uterino son:

  • VPH: La infección con Virus de Papiloma Humano es el factor de riesgo más importante para cáncer de cuello de útero
  • Sistema inmune debilitado

El 99% de los casos de cáncer cervicouterino son causados por el Virus de Papiloma Humano (VPH). Si bien existen numerosos tipos de VPH, sólo dos de ellos (tipo 16 y 18) son los responsables del 70% de todos los casos de cáncer de cuello uterino. El contagio de este virus se produce por contacto genital, más a menudo por relaciones sexuales, por lo cual es fundamental la protección y la prevención.

Prevención, detección y tratamiento temprano, la clave.

Una de las mejores formas de prevenir el cáncer de cuello de útero es evitando el contagio del VPH, por eso la vacunación contra el VPH es tan importante. Los controles ginecológicos anuales para la detección son fundamentales, ya que en caso de existir contagio de VPH y encontrarse lesiones precancerosas, con el tratamiento temprano de las mismas se puede prevenir la mayoría de los cánceres del cuello de útero.

Actualmente existen tres métodos de detección principales:

  • Citología convencional (Papanicolaou) y en medio líquido (LBC)
  • Inspección visual con ácido acético (IVA)
  • Detección de la presencia de tipos de VPH de alto riesgo (como 16 y 18)

Siempre es recomendable consultar con su médico sobre los métodos y la frecuencia más adecuados para realizar los controles en cada caso.

Sobre los biomarcadores

Un biomarcador es una molécula o proteína encontrada en tejidos o fluidos corporales, algunos de los cuales pueden ser utilizados para predecir la respuesta potencial del cuerpo a un tratamiento específico, como es el caso del biomarcador PD-L1 y un agente anti-PD1 como pembrolizumab.

La importancia de la validación de biomarcadores es cada vez más crucial para identificar a los pacientes que pueden beneficiarse más con tratamientos específicos.

Nuevas alternativas al tratamiento de Cáncer de Cuello Uterino

Llega a nuestro país la primera inmunoterapia para una indicación ginecológica, el último avance en tratamientos del cáncer.

Hasta el momento, la primera alternativa de tratamiento para las pacientes con cáncer de cérvix es la quimioterapia. Sin embargo, recientemente ha llegado al país el primer y único tratamiento anti-PD1 aprobado cáncer cervical metastásico o recurrente, una nueva alternativa terapéutica para pacientes en segunda línea, que fallaron a la primera línea y hasta ahora no tenían más opciones, excepto terapias paliativas.

La inmunoterapia es un tipo de tratamiento que reactiva el sistema inmune del paciente permitiendo que sus propias células ataque al tumor. En el estudio Keynote-1589, se midió la eficacia de un anti-PD1 en 98 pacientes con cáncer cervical metastásico o recurrente previamente tratados con quimioterapia. En este estudio en particular se midió la proteína PD-L1 en las células cancerígenas y en las células del sistema inmune (escala combinada) y se determinó que aquellas pacientes positivas al biomarcador tienen mayores probabilidades de beneficiarse con esta inmunoterapia.

Identificar a los pacientes que presentan una mayor expresión de la proteína ayuda a personalizar el tratamiento del cáncer, ofreciendo la terapia a la población que tendrá las tendría mayores probabilidades de responder a la misma y posibilitando por lo tanto, una mejor asignación de los recursos de tratamiento.

De las pacientes del estudio, el 79% tenían tumores que expresaron a PD-L1 con una escala combinada positiva (CPS) mayor o igual a 1 y recibieron al menos una línea de quimioterapia para la enfermedad metastásica o recurrente. El resultado de la tasa de respuesta objetiva fue de 14.3%, y 9 de cada 10 pacientes mantiene la respuesta en un tiempo mayor a 6 meses.

Recientemente, la ANMAT autorizó el uso del tratamiento con inmunoterapia para cáncer de cuello uterino recurrente o metastásico con progresión de la enfermedad durante o después de la quimioterapia, y cuyos tumores expresen PD-L1 (CPS ≥1) 10.

Esta nueva indicación se suma a las aprobadas previamente:

  • Melanoma irresecalbe o metastásico
  • Cáncer de Pulmón de células no pequeñas}
  • Cáncer de cabeza y cuello
  • Cáncer de vejiga
  • Cáncer Gastro-Intestinal
  • Linfoma Hodgkin Clásico
  • Linfoma B mediastinico primario de células grandes
  • Cánceres ligados a inestabilidad microsatelital.

Sobre pembrolizumab

Pembrolizumab es un anticuerpo monoclonal humanizado que bloquea la interacción entre PD-1 y sus ligandos, PD-L1 y PD-L2. La interacción de PD-1 con sus ligandos PD-L1 o PD-L2 inhibe la respuesta inmune, incluida la respuesta antitumoral. Pembrolizumab al unirse al PD-1, bloquea su interacción con PD-L1 y PD-L2 y de esa manera se mantiene activa la respuesta inmune, potenciando su actividad antitumoral.

Pembrolizumab de MSD es la primera molécula anti-PD1 en cubrir una necesidad insatisfecha en el tratamiento de pacientes con cáncer de cérvix recurrente o metastásico que expresan PD-L1 mayor o igual a 1.

Fuente: PMFarma