(Madrid).- Para diagnosticar el virus del Zika existe una prueba conocida como ELISA que detecta en la sangre los anticuerpos IgM, que el sistema inmunológico humano desarrolla para luchar contra la infección. Hasta ahora en EE.UU. esta prueba conocida como ELISA ZIKV Detect 2.0 IgM Capture solo se podía utilizar en casos de emergencia, y lo tenía que facultar un organismo –Emergency Use Authorization (EUA)– que pertenece a la Agencia Americana del Medicamento (FDA).

Ahora, la FDA ha autorizado la comercialización de este test para que se pueda emplear de forma rutinaria en las consultas médicas, tras revisar datos procedentes de estudios clínicos, que incluían 807 ejemplos de test y una variedad de pruebas analíticas que demostraron que esta prueba es segura y efectiva para identificar anticuerpos IgM contra el virus del Zika en la sangre.

Esta prueba diagnóstica se podrá utilizar en individuos que muestran algún síntoma de estar infectados por el virus del Zika o que cumplan los criterios epidemiológicos de los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades (CCPEEU o CDC, en sus siglas en inglés), como haber residido o viajado a alguna de las regiones con casos de zika declarados.

Según los resultados de este tipo de ELISA, los médicos podrán determinar el tratamiento a seguir en función también de la sintomatología del paciente, su historial médico y otras pruebas médicas.

Los anticuerpos IgM indican una respuesta inmune temprana. Sus niveles son variables en el curso de la infección y pueden detectarse hacia el cuarto día de la aparición de los primeros síntomas del zika (generalmente fiebre, erupciones, conjuntivitis, dolor muscular y de las articulaciones y cefalea) y persistir unas 12 semanas después de la infección. Por ese motivo, si las muestras sanguíneas se recogieron antes del cuarto día tras la aparición de los síntomas puede dar falsos negativos. La FDA también señala que ELISA ZIKV Detect 2.0 IgM Capture no está autorizada para analizar la sangre o el plasma de donantes.

El virus del Zika se trasmite a través de la picadura del mosquito Aedes, al mantener relaciones sexuales sin protección con alguien infectado, por trasfusiones sanguíneas o trasplantes de órganos, y en el embarazo: de madre a hijo. Su infección suele ser leve, pero en ocasiones el afectado puede desarrollar alteraciones neurológicas y el síndrome Guillain-Barre. Cuando la infección ocurre en una mujer embarazada las consecuencias pueden ser muy graves, ya que pasa al feto, que puede nacer con microcefalia: la cabeza apenas se desarrolla y el bebé nace con una cabeza extremadamente pequeña.

Fuente: Webconsultas