(Londres).- Una amenaza contra la salud de humanos, animales y cultivos ha ido creciendo silenciosa a lo largo de las últimas décadas. Cada una de las grandes familias de hongos -Cryptococcus, Pneumocystis, Aspergillus y Candida- causa cientos de miles de muertes al año, hasta un total de 1,6 millones en todo el mundo, según cifras del Fondo de Acción Global para las Infecciones Fúngicas (GAFFI). Casi tantas como la tuberculosis, la infección bacteriana más letal en la actualidad. Y la aparición de nuevas cepas, resistentes a uno o varios fármacos antifúngicos, complica aún más el futuro de la lucha contra estas enfermedades.

La dimensión del problema ha sido poco reconocida y subestimada, pero el riesgo que supone para la salud humana y para la seguridad alimentaria es grave e inmediato, afirma Matthew Fisher, profesor de Salud Pública en el Imperial College de Londres y primer autor de un estudio sobre la creciente presencia de hongos multirresistentes en pacientes y cultivos, aparecida en una edición especial de la revista Nature. La amenaza que supone la resistencia a los antimicrobianos está demostrada en las bacterias, pero se ha descuidado en gran medida en los hongos.

Es el caso de Candida auris, un superhongo descubierto en 2009 y que ya ha causado víctimas en cuatro continentes. Y España ha sido uno de los países más afectados: más de la mitad de los casos registrados en Europa han ocurrido en nuestro país. El mayor brote en España ocurrió entre 2016 y 2017 en el Hospital Universitari i Politècnic La Fe de Valencia: más de 40 pacientes desarrollaron infecciones en un periodo de sólo 10 meses. Un año después los médicos del centro valenciano analizaban el episodio en un artículo científico publicado en la revista especializada Mycoses.
 
En él describen un hongo que ataca a pacientes que ya sufrían dolencias graves y que presenta una importante resistencia a los antibióticos; dos elementos que explican su elevada tasa de mortalidad (41% en los primeros 30 días). Se estima que existen alrededor de 1,5 millones de especies de hongos, aunque la mayoría aún no han sido catalogadas por los científicos. Sólo unos pocos cientos tienen la capacidad de sobrevivir en el cuerpo humano. Al situar nuestro cuerpo a 37 grados la evolución nos ha protegido de la mayoría de ellas. El resto, en condiciones normales, son bloqueadas por nuestro sistema inmunológico. «Muchos hongos, como algunas especies del género Candida, forman parte de nuestra microbiota natural, en la piel o en las mucosas del tracto intestinal», explica Óscar Zaragoza, investigador del Instituto de Salud Carlos III y autor del libro Los hongos microscópicos: ¿amigos o enemigos?, (Ed. Las Cataratas).

La enfermedad de los enfermos
Pero cuando nuestras defensas bajan tienen oportunidad de replicarse, diseminarse por el organismo e invadir nuestros órganos». Las infecciones fúngicas son, en cierta manera, las enfermedades de los enfermos. Por eso es habitual que los brotes ocurran en centros médicos. «La mayoría son oportunistas, afectan a pacientes que ya tienen algún factor de riesgo, principalmente defectos en el sistema inmune, señala el investigador.

Además las micosis y las infecciones bacterianas pueden manifestarse con síntomas similares, lo que hace que sean difíciles diagnosticar, una circunstancia que lleva a algunos autores a sospechar que su incidencia en todo el mundo es aun mayor de lo que se supone.
 
Fuente: El Mundo