(Buenos Aires).- Desde la Asociación Civil de Telemedicina de la República Argentina (ACTRA) entienden que las Tecnologías de la Información y la Comunicación están cambiando nuestro modo de vida, y que ahora llegó el momento de pensar en cómo aprovecharlas para mejorar los servicios de medicina. La comunicación instantánea a través de imágenes, sonido y texto permiten realizar una gran cantidad de consultas sin necesidad de traslados a los consultorios.

También, permite brindar capacitaciones a los profesionales y educación en salud al público en general.

Sus miembros son: ASE; CEMIC; Emergencias, Fleni, Grupo Oroño; Hospital Alemán; Hospital Británico; Hospital Italiano; Hospital Privado de Córdoba; Hospital Austral; ICBA; Leben Salud; Grupo Omint; OSDE; Rossi; Sanatorio Mater Dei; SanCor Salud; Stamboulian; URG; Vital; Obra Social YPF y Zaldivar.

Consenso Salud entrevistó al Dr. Gabriel Barbagallo, Presidente de ACTRA y Gerente de Relaciones Institucionales y RSE de OSDE, quien explicó los inicios de la entidad y detalló las fortalezas que provee la telemedicina a la hora de la atención en salud. Además, remarcó que la práctica no reemplaza a nadie y ayuda a llegar antes al llamado del paciente.

Cómo surge ACTRA?
Nació formalmente en el año 2017, pero se empezó a construir algunos años antes. ACTRA se crea por la necesidad de las instituciones que la fundaron de tener un espacio de discusión y difusión para llegar a las autoridades de manera institucional y para trabajar en la regulación y en las pautas generales de la actividad.

Qué entidades pueden ingresar a ACTRA?
Lo primero que hay que aclarar es que tienen que ser entidades de salud, no pueden pertenecer a cualquier actividad, ya que el estatuto no lo permite. Los que conforman ACTRA son tanto financiadores como prestadores y dentro de cada una de ellas hay una interesante variedad porque hay obras sociales, prepagas, sanatorios, hospitales de comunidad, empresas de emergencias, centros de diagnóstico, etc. Tenemos una interesante representatividad. OSDE, por ejemplo, salió con un primer proyecto que fue la unidad de asistencia remota, luego OMINT surgió con el tema de la videoconsulta y el Hospital Italiano desarrolló la historia clínica digital.

Cómo está Argentina con respecto a otros países de la región en cuanto a la aplicación de las nuevas tecnologías a las prácticas en salud?
Nosotros venimos un poco atrasados con respecto a la región. La sociedad uruguaya ya tiene más tiempo que la nuestra, ellos vienen trabajando hace mucho. En Brasil la telesalud es un tema interestatal de intercambio de información, en Perú es más relacionado a lo público, y en Colombia a lo privado. En Argentina no teníamos nada relacionado a la temática y creo que es un puntapié interesante el que estamos dando.

En qué casos específicos ustedes abogan por el uso de la telemedicina?
En Telesalud donde ACTRA es miembro y también están las entidades de salud pública. Ya salió la primera guía de recomendación para el uso correcto de la telemedicina, se trata de una disposición del organismo y creo que es un avance importante. No dice lo que hay que hacer y lo que no, sino que son sólo recomendaciones. Yo creo que en esto se debe trabajar en legislación comparada, se debe tomar lo que el resto del mundo está haciendo y tratar de buscar lo que más se aplique a nuestro país. Hay que resaltar que no se discute la asistencia a sitios remotos, ni los monitoreos de grupos vulnerables, sino que lo que está en duda son las videoconsultas. Ese es el punto de discusión, porque piensan que es una precarización del trabajo médico, cuando en realidad muchos de los que conformamos ACTRA somos médicos. Esta es una actividad realizada por los profesionales de la salud, la tecnología no los reemplaza. Esto debe ser remunerado y obviamente tiene que tener normas éticas, pero no se puede culpar a esta tecnología como precarización de la actividad médica.

Hay algún tipo de regulación al respecto?
Sólo tenemos las recomendaciones de la disposición de la Secretaría de Gobierno de Salud. Todo lo que es nuevo muchas veces genera resistencia. Yo digo que hay que tener en cuenta todos los aspectos, el tecnológico es el más sencillo de resolver, lo cultural es lo que genera mayor resistencia. Lo que quiero remarcar es que la telemedicina es mucho más que el whatsapp y la teleconsulta. Gran parte de la generación de nuestros hijos va a superar los 100 años y además muchas enfermedades son crónicas, lo que hace que muchos pacientes van a estar solos, porque cada vez hay menos nacimientos en relación a la sobrevida. Entonces, debemos generar sistemas de tele-asistencia para que esa persona no esté sola y eso también es telemedicina. Cuando alguien presencia un ateneo, pero lo hace vía streaming, desde la casa, eso también es telemedicina.

Cómo toman esta práctica los pacientes?
En los pacientes hay una franca diferencia en cuanto al aspecto generacional. Los más jóvenes te lo piden y los más grandes son los que tienen mayor resistencia. Si se hace un correcto uso se va a tener una buena respuesta de parte del usuario. En OSDE la respuesta es muy satisfactoria. El secreto es hacer el triage, es decir, cuando alguien llama calificar si esa persona es pasible de ser inicialmente asistido en forma remota o requiere que inmediatamente se le envíe un médico. Si se hace correctamente la satisfacción es alta.

Qué postura hay por parte de los médicos?
Nosotros hemos tenido charlas con algunas entidades médicas. Ellos nos expresaron su preocupación y la principal duda, como ya comenté, es la videoconsulta. Nosotros lo que decimos es que esa práctica está realizada por médicos, segundo que debe ser remunerada, tercero que no precariza porque es trabajo profesional y es una forma de llegar antes. Con la telemedicina se llega antes y además se accede a lugares que de otra manera no se puede. Ahora, si el paciente requiere un contacto personal o instrumental no hay manera de resolverlo si no es en el cara a cara. Entonces el proceso empieza con la videoconsulta pero termina con una conducta presencial. No es que la está reemplazando, sino que es una forma de comenzar la atención en el momento que el paciente llama para que le den atención. Hemos tenido casos de gente que ha hecho teleasistencia en sitios remotos y cuando se hizo la derivación se ganó tiempo. Hay muchas cosas qué discutir como, por ejemplo, la jurisdiccionalidad y los resguardos de mala praxis, que ya las compañías de seguros lo están teniendo en cuenta. Es verdad que hay mucho por resolver y ACTRA se formó para resolver estos conflictos. Lo que no se puede evitar es la llegada de la tecnología, porque mientras nosotros estamos discutiendo la aplicación de la telemedicina el mundo ya practica la robótica, la realidad aumentada, y la nanotecnología. Yo me recibí de médico en el año 1982 y el ritmo de obsolescencia era mucho más lento que ahora, pero si hoy no nos mantenemos actualizadas quedamos afuera.

Qué devolución hacen los profesionales que practican la telemedicina?
-Los que lo aplican quedan muy satisfechos. Yo creo que vamos a ir en ese camino. El ejercicio de todas las profesiones se van adaptando al momento que viven. Lo importante es que todos trabajemos de manera conjunta y sentarnos el Estado, las organizaciones, los profesionales y los usuarios y definir cuál es la manera de trabajar esto. Es clave resguardar el trabajo de los médicos. Vuelvo a recalcar que ninguna de las entidades de ACTRA creó sus herramientas de telemedicina para reemplazar el trabajo médico.

Realizaron una primera jornada sobre telemedicina, ¿Qué balance hace de este encuentro?
Hemos superado las expectativas y es por eso que nos dejó la vara un poco alta. Estuvimos viendo los informes y hemos tenido público de Centroamérica conectado por streaming, lo cual es una herramienta que va de la mano de la telemedicina. Los formatos de los congresos del futuro van a ser todos de esta manera. Eso ayuda a disminuir costos y que la gente no se tenga que trasladar.

La idea es hacer las jornadas periódicamente?
Queremos hacer una por año, en principio. Pero nunca se sabe y ya estamos empezando a diagramar la del año que viene.

El proyecto de creación de una Agencia de Evaluación de Tecnologías de Salud sigue sin ser aprobado ¿ustedes están de acuerdo con el proyecto?
Por supuesto, no sólo por la telemedicina. Creo que la Agencia no regulará la telemedicina porque no es un producto o medicamento, veo más factible que esta actividad la regule la ANMAT.

Qué necesita un profesional para hacer telemedicina?
Hay que tener mucho resguardo de la privacidad del paciente. Tiene que haber un sistema que te permite encriptar la información y sea seguro. Luego que la tecnología sea confiable y funcione correctamente. Toda práctica que use tecnología tiene que tener en cuenta que puede haber contingencias.

En OSDE en qué contexto se aplica?
Lo primero que hicimos en OSDE fue la asistencia a sitios remotos que era asistir a las empresas en situaciones de vulnerabilidad, ya sea en montaña, en altura o en el desierto. Lo venimos aplicando desde el 2016. Ya estamos asistiendo a barcos con conexión satelital y a empresas hidroeléctricas. La videoconsulta la empezamos a hacer un tiempo después. Lo que puedo decirte es que de todas las personas que se les ha ofrecido la práctica aceptaban nada más que el 30%. Pero de ese porcentaje el 80% se resolvió y el 90% lo consideraron muy buena o excelente. Estamos en una curva de aprendizaje y aceptación. No todo se puede hacer por vía virtual y el límite lo tiene que saber poner el profesional, además de que él tiene que registrar todo lo que hace como se registra cualquier historia clínica.

Cuáles son las fortalezas de la práctica de la telemedicina?
Creo que son, sin duda, el acceso, la calidad y la agilidad de respuesta.

Cómo imagina un escenario futuro?
Me imagino que en Argentina será una discusión que se dará entre los distintos sectores. Y creo que no sólo será un tema de los médicos, sino también de odontólogos y bioquímicos, entre otros. El camino empezó e imagino que resolviéndolo con todos los profesionales de la salud y superando los temores lograremos encontrar un equilibrio y entender que es una herramienta más de acceso, que no viene a reemplazar a nadie.

Cómo se siente presidiendo la entidad?
Me siento muy conforme y acompañado en mis dos roles. Primero me siento acompañado por la empresa donde trabajo que decidió avanzar en esto y también por mis compañeros de gestión de ACTRA, porque me parece que estamos intentando buscar respuestas a este dilema. Incluso vemos que muchas sociedades científicas se acercan para invitarnos a participar de sus congresos. Creo que ellos de alguna manera se tienen que involucrar dictando las guías de atención por telemedicina de cada especialidad. A mí me interesa que se sumen los conocimientos.

Fuente: Consenso Salud