(Buenos Aires).- En los últimos días de diciembre, cuando se conocieron los primeros reportes sobre una nueva variante del coronavirus que puso en estado de alerta el sistema de salud del Reino Unido y llevó a establecer restricciones estrictas en varios países del mundo (entre ellos, el nuestro) a viajeros provenientes de ese país, los investigadores del Proyecto Argentino Interinstitucional de Genómica de SARS-CoV-2 (PAIS) se pusieron manos a la obra para desarrollar una estrategia que permitiera hacer monitoreo en tiempo real.

¿Estábamos todos seguros de que habíamos hecho los controles que había que hacer en el aeropuerto? ¿De que a toda persona que había llegado del exterior se le había pedido que hiciera la cuarentena, aunque contara con una PCR negativa (podía estar en período de incubación)? La respuesta a estas preguntas era "no", entonces perfectamente podía haber ingresado la nueva variante al país. Muy rápido, en medio de las fiestas, completamos una prueba de concepto para mostrar que podíamos hacer una vigilancia más rápida, cuenta Mariana Viegas, líder del Proyecto Argentino Interinstitucional de Genómica del SARS-CoV-2 (PAIS), del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación.

Dado que los marcadores de las variantes detectadas en el Reino Unido y en Sudáfrica, que son las que generan mayor preocupación, están principalmente en una sola región de la famosa proteína Spike (S), la llamada RBD, donde el virus se une al receptor celular, vieron que haciendo una secuenciación muy corta de un fragmento pequeño de esa proteína podían determinar si el virus detectado pertenece o no a las variantes de interés. "Es más rápido y podemos ir monitoreando todo el tiempo", destaca Viegas.

El ensayo inicial lo hicieron en las 71 muestras positivas que habían llegado al Laboratorio de Virología del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez entre el 14 y el 18 de diciembre, entre las que analizaron 39. En ninguna detectaron las variantes. Una prueba posterior en 144 muestras recolectadas en de CABA, Gran Buenos Aires (GBA) y Santa Fe hasta el 26 de diciembre tampoco detectó ninguno de los cambios marcadores de la proteína S de la variante detectada en el Reino Unido. Sí se observó la presencia de la mutación S_E484K en una muestra proveniente del GBA, que es una de las tres mutaciones de la variante de Sudáfrica, y también se encuentra como única mutación del gen S en otra detectada en Río de Janeiro.

Aunque el hallazgo es interesante, se requiere secuenciar el genoma completo del SARS-CoV-2 para determinar si el virus encontrado en GBA comparte un origen común con la variante de Río de Janeiro, agrega Veigas. Pero estamos en condiciones de detectarlas en tiempo real, por lo que proponemos que se aplique esta metodología en todo el país, en los centros que están en condiciones de hacerlo.

Mutantes

Desde que se desató la pandemia, se documentaron muchas variaciones del coronavirus. Lo que genera preocupación entre las autoridades sanitarias de todo el mundo son los indicios de que la nueva mutación, llamada B.1.1.7, aunque en otros aspectos se comporta de forma similar a las versiones conocidas hasta ahora, sería entre un 50 y un 70% más transmisible.

Para el virólogo del INTA Juan Pablo Jaworski, el hecho de que sea más contagiosa es incluso peor que el que sea más letal. La contagiosidad hace crecer exponencialmente las muertes, mientras que la letalidad lo hace linealmente. Basta con comparar el saldo del SARS-CoV- 2 con el del SARS-CoV- 1 (que originó un brote en 2003). El 1 era mucho más letal, pero la contagiosidad era más baja y no llegó a las 10.000 muertes.

Fuente: La Nación