(Madrid).- La compañía farmacéutica japonesa Shionogi ha iniciado ensayos en humanos de un tratamiento oral contra el coronavirus, según ha informado The Wall Street Journal.

En concreto, el fabricante de medicamentos con sede en Osaka, está diseñando una pastilla para pacientes de COVID-19 que debe tomarse una vez al día para combatir la enfermedad. Los ensayos,—que han comenzado este mes y es probable que se alarguen hasta 2022— están centrados en analizar la efectividad del fármaco así como sus posibles efectos secundarios en personas.

Nuestro objetivo es un compuesto oral muy seguro, como Tamiflu o como Xofluza (medicamentos indicados para la gripe), explica al diario estadounidense Isao Teshirogi, director ejecutivo de la compañía. Según el ejecutivo, la pastilla para el COVID-19 de Shionogi busca neutralizar el virus 5 días después de ser ingerida por el paciente.

La empresa japonesa confía en inscribir de 50 a 100 sujetos sanos en su ensayo en Japón. Asimismo, la compañía espera llevar a cabo un ensayo mayor a finales de año para comparar el fármaco con un placebo en pacientes infectados por el SARS-CoV-2.

Shionogi se suma así a Pfizer y Merck en el desarrollo de tratamientos orales para combatir el COVID-19. En marzo Pfizer comenzó los ensayos clínicos de su pastilla frente a la enfermedad que podría llegar al mercado a finales de este año, de a cuerdo a las declaraciones de su propio CEO, Albert Bourla.

Según Bourla, la píldora antiviral se tomaría en las primeras fases del COVID-19 y supondría un "cambio de juego" en el transcurso de la enfermedad. Se espera que este fármaco oral, aún experimental, sea eficaz contra múltiples variantes del virus y se utilice para tratar a los pacientes con COVID-19 al inicio de la enfermedad —mucho antes de que requieran cuidados críticos—.

Los tratamientos diseñados por Pfizer y Shionogi combaten la infección al inhibir la enzima proteasa que el virus necesita para replicarse dentro de las células humanas. Los inhibidores de proteasa se usan de manera generalizada frente a otros virus, como el VIH, causante del SIDA.

Por su parte, la farmacéutica estadounidense Merck aseguró en marzo que el molnupiravir, el fármaco antivírico experimental que está desarrollando contra la enfermedad causada por el SARS-CoV-2, generó una reducción más rápida del virus en su estudio de fase II, entre los participantes con COVID-19 en etapas tempranas. Los tratamientos orales de estas compañías vienen a llenar uno de los grandes vacíos existentes hoy en la lucha contra la pandemia: la falta de tratamientos específicos contra la enfermedad.

Las vacunas son exitosas frente al nuevo coronavirus (incluyendo las variantes más contagiosas como Delta) al reducir el riesgo de enfermedades graves. A pesar de ello, los expertos advierten de que un tratamiento sigue siendo necesario para combatir la pandemia.

Las alternativas terapéuticas para poder tratar a las personas que ya se han infectado cobran además mayor importancia frente a los casos de personas que no han querido vacunarse o no hayan podido recibir sus dosis. También frente a futuras amenazas de coronavirus.

Por el momento, los tratamientos frente al SARS-CoV-2 más exitosos, como el medicamento antiviral remdesivir, deben administrarse en hospitales y requieren largas infusiones intravenosas. Además parecen funcionar peor contra las variantes y ninguno ha llegado a erigirse como un logro definitivo.

El éxito de estos tratamientos orales contra el COVID-19 supondría la comodidad de recetar una pastilla que tomar cómodamente en casa por los pacientes cuando los síntomas de la infección aún son leves.

Según ha evidenciado a The Wall Street Journal, el CEO de Shionogi, si el medicamento resulta prometedor, la compañía espera asociarse con una empresa farmacéutica internacional para comercializarlo en todo el mundo.

Fuente: Business Insider