(Buenos Aires).- La situación del dengue en Argentina ha alcanzado niveles preocupantes durante el año 2024, con una epidemia que ha marcado un nuevo récord en términos de contagios y muertes.

Según los últimos datos proporcionados por el Ministerio de Salud de la Nación, la cantidad de casos notificados de dengue en lo que va del año asciende a 102.898, lo que representa aproximadamente el 86% de los 120.007 casos registrados desde julio de 2023 hasta marzo 2024 (Boletín epidemiológico nacional N 695 SE 10 | 2024)

Además, es alarmante el aumento en el número de muertes relacionadas con el dengue. En el transcurso de este período, se han registrado 79 muertes en total, de las cuales 69 ocurrieron durante el año 2024. Estas cifras reflejan una situación crítica en términos de salud pública y ponen de manifiesto la urgente necesidad de tomar medidas efectivas para combatir la propagación del dengue en el país.

El aumento en el número de casos y muertes no solo tiene un impacto directo en la salud de la población, sino que también conlleva importantes consecuencias económicas y sociales. Los costos directos son asociados con el tratamiento médico, la hospitalización y la atención de los pacientes con dengue y representan una carga significativa para el sistema de salud. Además, existen costos indirectos como la pérdida de productividad debido a la enfermedad con impacto negativo sobre la economía y consecuencias nefastas en el bienestar de la población. A continuación se datallan los diversos impactos:

Costos de atención médica: El tratamiento y la atención médica de los pacientes con dengue representan una carga significativa para los sistemas de salud. Esto incluye los costos asociados con la hospitalización, medicamentos y consultas médicas. Es más de 70% del gasto total para los casos de pacientes hospitalizados.(Economic impact of dengue fever in Latin America and the Caribbean: a systematic review)

Pérdida de productividad: El dengue puede causar una pérdida significativa de productividad debido a la incapacidad de trabajar mientras se está enfermo, así como también debido a la carga de cuidado para los familiares enfermos. Estos costos representan el 80% del total para los pacientes ambulatorios. (Economic impact of dengue fever in Latin America and the Caribbean: a systematic review)

Impacto en el turismo y la economía: Los brotes de dengue pueden disuadir a los turistas de visitar ciertas áreas afectadas, lo que tiene un impacto negativo en la economía local y nacional. Además, las campañas de control de vectores y la respuesta a los brotes pueden requerir una inversión considerable de recursos económicos.

Otros costos indirectos: Existen otros costos indirectos como la reducción de la productividad laboral, el ausentismo escolar y la pérdida de ingresos para las familias afectadas.

Impacto social: El dengue puede afectar desproporcionadamente a las comunidades más vulnerables, exacerbando las desigualdades sociales y de salud. Las personas de bajos ingresos que viven en áreas con infraestructura deficiente y acceso limitado a servicios de salud pueden estar en mayor riesgo de contraer la enfermedad y sufrir sus consecuencias.

En América Latina, donde el dengue es endémico en muchas regiones, el impacto económico y social puede ser especialmente grave. La carga de la enfermedad puede variar según factores como la densidad de población, el acceso a servicios de salud y la eficacia de las medidas de control de vectores.

Para abordar el impacto del dengue, es fundamental implementar estrategias integrales de prevención y control que incluyan la vigilancia epidemiológica, la eliminación de criaderos de mosquitos, la educación pública y el fortalecimiento de los sistemas de salud. Además, es importante promover la investigación y el desarrollo de vacunas y tratamientos efectivos contra el dengue para reducir su carga en la región.

La vacunación

Una estrategia clave para combatir esta enfermedad es el desarrollo de vacunas efectivas. Actualmente, existen dos vacunas autorizadas para la prevención del dengue:

  • CYD-TDV (Dengvaxia): Desarrollada por el laboratorio Sanofi Pasteur, esta vacuna es conocida comercialmente como Dengvaxia. Es una vacuna tetravalente que contiene virus vivos atenuados de los cuatro serotipos del virus del dengue (DEN-1, DEN-2, DEN-3 y DEN-4). Fue la primera vacuna contra el dengue en recibir autorización para su uso en varios países del mundo. Es recomendada para mayores de 9 años y que hayan tenido la enfermedad previamente.
  • TAK-003 (Qdenga): Fabricada por el laboratorio Takeda, esta vacuna es también tetravalente y contiene virus vivos atenuados de los cuatro serotipos del virus del dengue. Al igual que la CYD-TDV, ha recibido autorización para su uso en diversos países. Es recomendada a partir de los 4 años. Son dos dosis, y el costo es de $70.000 en marzo cada dosis. Algunas obras sociales y prepagas cubren parte del costo.

A comienzo del mes de marzo, el vocero presidencial Manuel Adorni afirmó que aunque la vacuna contra el dengue fue autorizada por ANMAT durante la gestión anterior, aún no está validada como estrategia para evitar la propagación de la enfermedad y por eso no se incluirá en el Calendario Nacional de Vacunación (CNV)”, hecho que la haría gratuita y accesible en todo el país.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha avalado la efectividad de la vacuna en la reducción de casos graves y hospitalizaciones debido a la infección (reducción del 84% de las hospitalizaciones y del 61% los casos de dengue sintomático). Sin embargo, hasta la fecha, no ha proporcionado directivas o recomendaciones claras sobre su aplicación a la población en general. En su lugar, ha recomendado considerar su uso en grupos prioritarios, especialmente en áreas endémicas y entornos con una alta tasa de transmisión del virus.

Con los últimos datos ¿Deben las autoridades argentinas rever su posición?

Por Ariel Mario Goldman - Economía de la Salud 

Fuente: Economía y Salud