(Buenos Aires).- De los 10 mil casos de tuberculosis que se diagnostican por año en todo el país, la mitad corresponde a personas que viven en la provincia de Buenos Aires, y el 80 por ciento reside en los grandes conglomerados urbanos, una característica propia de esta enfermedad infecciosa en todo el mundo.

Por eso, Argentina adhirió a la estrategia de control de la tuberculosis en grandes ciudades de Latinoamérica y el Caribe propuesta por las organizaciones Mundial y Panamericana de la Salud. Como la mayor concentración poblacional del país se encuentra en el Conurbano, Buenos Aires es la primera provincia que se suma a esta iniciativa internacional.

En concreto, el ministerio de Salud bonaerense comenzó a trabajar con los equipos locales de distritos con alta densidad poblacional y en forma interministerial, con Justicia y Educación, para prevenir y evitar contagios en unidades penitenciarias y escuelas, porque es justamente en contextos de encierro como las unidades penitenciarias y ámbitos cerrados en los que se comparten muchas horas, como los establecimientos educativos, donde existen mayores chances de transmisión de esta enfermedad, que afecta especialmente los pulmones y que puede ser mortal.

“Desde el Programa de Tuberculosis (TB) asesoramos en la búsqueda activa en los barrios e instituciones de personas que presentan tos por más de 15 días, que es el síntoma característico de la enfermedad”, enfatizó Raquel Sarobe, coordinadora del programa. Por lo general, cuando una persona con TB llega al hospital, el cuadro suele estar muy avanzado y “durante todo el tiempo que esa persona pasó sin diagnóstico y, por lo tanto, sin tratamiento, pudo haber contagiado”, explicó Sarobe durante una jornada en Florencio Varela, en el marco de las actividades locales por el Día de la Tuberculosis que se conmemora mañana, 24 de marzo.

El ministerio de Salud provincial provee la medicación gratuita a toda la población diagnosticada que reside en distritos bonaerenses y, además, produce parte de los antibióticos que se usan para el tratamiento en el Laboratorio Central de Salud Pública Tomás Perón.

Afortunadamente, la TB tiene cura desde el siglo pasado, con el inicio de la era antibiótica. Sin embargo, los casos persisten, en gran medida porque afecta a población altamente vulnerable y también porque muchos abandonan el tratamiento, hecho que los vuelve luego, resistentes a la medicación.

Aunque muchos suponen que la tuberculosis es una enfermedad que murió con los poetas del romanticismo, en el siglo XIX, al día de hoy sigue siendo un problema de salud pública. Según la OMS, en 2016, fue la causa de 23.300 muertes, un 27 por ciento de ellas coinfectadas con VIH.

TRABAJO EN ESCUELAS

La transmisión de la tuberculosis se da por aire, a través de las gotas que una persona enferma que no está en tratamiento elimina al toser, estornudar o hablar. Pero una vez que comienza a tomar la medicación, deja de contagiar.

“Para que la transmisión se produzca debe haber un contacto cercano y diario con alguien que tiene TB, en un ambiente cerrado y poco ventilado”, explica Sarobe, y aclara que las personas con problemas inmunes, malnutridos y con enfermedades crónicas son más vulnerables. Por lo tanto, insiste en que es clave trabajar en contextos de encierro, hacinamiento o espacios a los que concurren muchas personas durante varias horas.

En ese sentido, explicó que desde la cartera sanitaria provincial, se elaboró un material informativo para instituciones educativas: “allí queda claro que cuando una persona presenta tos por más de 15 días, pierde peso y está cansada es clave que se sospeche un posible caso de TB, y que se le recomiende consultar al servicio de salud”, detalló la especialista. Destacó, a su vez, que el tratamiento no solo beneficia a la persona afectada, sino también a quienes la rodean.

Desde el programa del ministerio de Salud de la Provincia insistieron en que no hay que circunscribir el control de la TB al ámbito hospitalario: “Es determinante que exista un compromiso comunitario local, que se sumen otros actores de la comunidad e instituciones, como las escuelas, los centros barriales, las ONGs para lograr, por fin, la meta propuesta por OMS: llegar al fin de la tuberculosis para 2035”.

Cómo se previene la tuberculosis

  • Aplicar la vacuna BCG en niñxs recién nacidxs previene las formas graves de la enfermedad en menores de 5 años
  • Ventilar frecuentemente los ambientes y dejar entrar la luz natural. El bacilo de Koch, origen de la enfermedad, puede vivir durante semanas o meses en la sombra y en el polvo, pero bajo la luz solar muere a las pocas horas
  • Al toser o estornudar, cubrir la boca y nariz con el pliego del codo
  • Mantener una alimentación saludable y variada
  • Fomentar que las personas con síntomas (tos persistente, sudoración nocturna) concurran a los servicios de salud para confirmar si tienen la enfermedad y que inicien el tratamiento
  • Tomar la medicación durante todo el tiempo que indique el médico. Suspenderla provoca que reaparezca la enfermedad y la posibilidad de contagiar y genera las condiciones de resistencia a los antibióticos, es decir, que al retomar la medicación deje de hacer efecto
  • Acompañar a las personas con TB a cumplir el tratamiento con antibióticos y controlar la salud de sus familiares convivientes

Fuente: Consenso Salud