(Chicago).-  Cada año, muchos de los grandes avances en el abordaje del cáncer se presentan en la reunión de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO, por sus siglas en inglés). La edición 2019 no ha sido una excepción, y de entre los numerosos resultados de estudios que se han presentado en el centro de congresos McCormick, de Chicago, destacan los avances en cáncer de páncreas, mama y pulmón, gracias sobre todo, a los avances en inmunoterapia y terapias dirigidas.

Nuevas opciones en páncreas

Uno de los rasgos característicos del cáncer de páncreas es que tiene muy mal pronóstico, con una tasa de supervivencia que en ningún país del mundo supera el 10 por ciento a los cinco años. La nueva edición de ASCO ha traído, sin embargo, resultados esperanzadores para aquellos que lo padecen.

El fármaco Lynparza (olaparib), de AstraZeneca, ha demostrado mejoras en pacientes con la mutación BRCA, llegando a duplicar el tiempo en que estos no experimentaron progresión en la enfermedad. La importancia de estos datos es sustancial, sobre todo teniendo en cuenta que actualmente la supervivencia media es de aproximadamente un año. El ensayo POLO, en Fase III, refleja que dos años después de administrar Lynparza a pacientes con cáncer que no habían progresado tras completar la quimioterapia inicial basada en platino, el 22,1 por ciento de las personas no tuvieron progresión de la enfermedad en comparación con el 9,6 por ciento de los tratados con placebo.

La inmunoterapia se consolida en mama

La adición de Kisqali (ribociclib), de Novartis, a la terapia endocrina, mejora la supervivencia libre de progresión en mujeres premenopáusicas con cáncer de mama avanzado HR o HER2. En Chicago se presentaron los últimos datos del estudio MONALEESA-7, en Fase III, que mostraron que tras 42 meses de seguimiento, la tasa de supervivencia fue del 70 por ciento para mujeres que tomaron la terapia combinada, en comparación con el 46 por ciento de las que únicamente recibieron terapia endocrina.

El cáncer de mama triple negativo es uno de los más agresivos, aunque progresivamente aumentan los tratamientos para abordarlo. Una muestra de ello se encuentra en los resultados de IMpassion, que ha revelado buenos resultados al aplicar inmunoterapia en primera línea en tumores con expresión de PD-L1, mejorando notablemente el pronóstico en estas pacientes.

De cara al futuro, se están analizando estudios respecto al primer antibody drug conjugate, fármaco con mecanismo similar al caballo de Troya y que podría ofrecer nuevas oportunidades a las pacientes. Además, se está trabajando para saber en qué casos de HER2 negativo, se necesita quimioterapia, para evitarla en las pacientes que sea posible.

A pesar de estas novedades, Javier Cortés, director de la Unidad de Cáncer de Mama del IOB Institute of Oncology, anuncia: Lo mejor de este año en ASCO está por llegar y lo sabremos en ESMO y en el simposium de cáncer de mama en San Antonio.

Siguen los avances en pulmón

Una de las especialidades que cuenta con un mayor número de afectados y de avances es el cáncer de pulmón. Durante la edición 2019 de ASCO, el Grupo Español de Cáncer de Pulmón (GECP), liderado por Mariano Provencio, confirmó los beneficios de la inmunoterapia en pacientes con tumores sólidos avanzados y VIH (es uno de los primeros estudios en este ámbito). Además, el ensayo internacional Nadim ha profundizado sobre las perspectivas de mejora en la supervivencia con la administración de quimio-inmunoterapia antes de la cirugía en estadios precoces de cáncer de pulmón.

Para concluir, el presidente de la Sociedad Europea de Oncología (ESMO) y director del Hospital Vall d’Hebron Instituto de Oncología, Josep Tabernero, apunta que uno de los principales retos de la inmunoterapia en pulmón es que hay una proporción todavía pequeña de pacientes que pueden beneficiarse de ella. Se trata de los denominados como ‘tumores calientes’, es decir, aquellos en los que el sistema inmune ha reconocido el tumor y lo ha bloqueado por varios mecanismos. Lo que hacen estos fármacos que tenemos es despertar el sistema inmune que ya había reconocido al tumor como algo a eliminar, pero nos queda el 75 por ciento restante en los que el sistema no ha reconocido que las células son malignas y se tienen que eliminar, lo que se llama tumores fríos, señala Tabernero.

Fuente: El Global