(Buenos Aires).- Hoy año después con el campeonato mundial del aislamiento y las restricciones luciendo en nuestras vitrinas, el país parece haber aprendido menos de lo esperado. En lo institucional FABA tuvo que adecuarse a todas las medidas restrictivas planteadas desde el estado nacional, que no sólo afectaban nuestras vidas familiares, sino también desarmaban todas las estructuras administrativas existentes para reemplazarlas por un término hasta entonces casi desconocido y que hoy forma parte de nuestra realidad cotidiana, el “home office”. Transformamos nuestra cocina en oficina y el living en sala de reuniones virtuales.

Aprendimos que Zoom no es solo un accesorio de las cámaras fotográficas, y por fin, que es mucho mejor tener el micrófono cerrado para escuchar, casi una enseñanza oriental que nos llegó “de prepo”; ahora sabemos que escuchar antes de hablar tiene innumerables beneficios, sobre todo el de empoderar la palabra del otro muchas veces más sabia que la nuestra.

En nuestros laboratorios padecimos la baja de trabajo más importante de la historia, algunos por cuestiones de edad o patologías preexistentes de alto riesgo tuvieron que cerrar las puertas de sus laboratorios. Las prioridades cambiaron y apuntamos desde las tres instituciones FABA, Fundación y EMSA a acompañar a todos los bioquímicos federados, asistiendo dentro de nuestras posibilidades a los colegas con diferentes medidas.

Todas las acciones tomadas en forma permanente desde el comienzo de las restricciones fueron en pos de que el profesional federado sufriera lo menos posible el inevitable efecto de la pandemia. Esta situación, totalmente inesperada y de impacto global, sirvió para demostrar la real importancia de nuestras instituciones. En forma individual hubiera sido muy difícil para el pequeño y mediano laboratorio subsistir o no tener consecuencias lamentables para su estructura laboral.

La unidad y el fortalecimiento institucional nos permitieron actuar como un sostén de nuestros federados y preservar sus condiciones de trabajo.

Nuevas herramientas diagnósticas

También desde FABA propiciamos la incorporación de nuevas herramientas diagnósticas y a través de EMSA le dimos accesibilidad a todos los laboratorios permitiendo nuevas fuentes de ingreso a valores mucho más bajos que los del mercado, el test rápido de antígenos Panbio COVID-19 y el NEOKIT PLUS COVID-19 son ejemplo de ello.

De pronto toda la población empezó a hablar de PCR con una naturalidad hasta el momento inexistente, y nos transformamos los profesionales bioquímicos sin lugar a dudas en los principales y más sólidos comunicadores del valor de todas las técnicas diagnósticas y de seguimiento del COVID -19.

Ningún profesional de la salud recibió y recibe tantas consultas diarias sobre COVID 19 como los profesionales bioquímicos.

El brillo y la trascendencia adquiridos en este año por nuestra profesión no tienen antecedentes y vimos con gran orgullo como nuestros colegas eran convocados por los medios de comunicación a informar a la población sobre todo lo relacionado con diagnóstico de laboratorio para COVID -19.

Comienza ahora una nueva etapa con dos componentes fundamentales: primero la vacunación, ciertamente con una campaña lenta e ineficiente, pero en la cual aportaremos con la medición de anticuerpos los datos de la respuesta inmune generada por cada una; y por otro lado la segunda ola de contagios masivos que se avecina en épocas de bajas temperaturas y condiciones climáticas ideales para la propagación viral, a la que ofreceremos ahora un gran número de laboratorios, actualmente casis 300, en condiciones de tomar hisopados.

Un año de pandemia, cifras mundiales y nacionales más que preocupantes, idas y vueltas de medidas sanitarias pocas veces realmente eficaces, una campaña de vacunación que no cumple con las expectativas, ni con las necesidades de la población, así como casi siempre en un contexto de alta improvisación y dentro de un sistema “atado con alambre”, los bioquímicos somos el sostén diagnóstico y uno de los pocos sectores con capacidad real de respuesta.

Ahora ya nos conocen, saben que somos los que damos el diagnóstico serio y profesional, los que diremos si la vacunación es o no efectiva, los que ayudaremos a empezar los tratamientos a tiempo, todo esto debe llenarnos de orgullo.

Desde FABA a un año del comienzo de la pandemia, sólo tenemos palabras de reconocimiento y admiración para todos nuestros federados y para el personal de la Institución que siempre estuvieron en la primera línea, poniendo a nuestra profesión en el lugar que indudablemente se merece.

Por Claudio H. Cova, Presidente de la Federación Bioquímica de la provincia de Buenos Aires

Fuente: FABA Informa