(Madrid).- Un año más la industria farmacéutica afronta el reto de la transparencia y este año lo hace dando un paso más, con la publicación, por primera vez, de todas las colaboraciones de forma individualizada.

Así, según datos facilitados por Farmaindustria, las compañías asentadas en España invirtieron un total de 564 millones de euros en transferencias de valor a organizaciones y profesionales sanitarios. En concreto, las compañías invirtieron aproximadamente 251 millones de euros en contratos con organizaciones y profesionales sanitarios para desarrollar proyectos de investigación en el ámbito biomédico. Adicionalmente, contribuyó con 115 millones de euros en ayudas a profesionales sanitarios para que pudieran acudir a reuniones y congresos científicos- profesionales, mientras que las organizaciones sanitarias responsables de este tipo de encuentros contaron con un apoyo de 90,5 millones de euros. A los citados ámbitos de investigación y de formación se suman otros dos conceptos: la prestación de servicios profesionales, ya sean individuales o de organizaciones, por valor de 79,5 millones de euros, y las donaciones, que sólo pueden hacerse a organizaciones sanitarias y que ascendieron a 28 millones de euros.

La publicación de estos datos es consecuencia de la iniciativa de transparencia de la industria farmacéutica en Europa, incorporada en 2014 al Código de Buenas Prácticas de la Industria Farmacéutica en España, y que se tradujo en la publicación a partir de 2016 de las transferencias de valor derivadas de las colaboraciones entre industria y organizaciones y profesionales sanitarios en el año anterior. En estos últimos días de junio, las compañías han publicado en sus webs los datos de 2017.

Pocas variaciones

Salvo en el capítulo referido a I+D, donde se ha registrado un incremento del 29 por ciento derivado del mayor esfuerzo de las compañías en este ámbito en España y de la creciente complejidad y costes de los nuevos ensayos clínicos, el resto de partidas se mantienen estables, en líneas generales, respecto a los datos del año anterior.

Los 115 millones con los que la industria farmacéutica apoya la formación científica y clínica de los profesionales, supone una cifra ligeramente superior a los 112 de 2016. Estas inversiones contribuyen, tal y como aseguran desde la patronal de la industria innovadora, “a que los sanitarios españoles mantengan el más alto nivel en conocimiento, especialmente importante en el campo de la salud, por el rápido avance en la investigación biomédica y los nuevos tratamientos”. Desde la industria recuerdan que la inscripción media a un congreso científico de ámbito nacional es de 600-700 euros, cantidad que puede incrementarse, llegando incluso a rondar los 1.000 euros, en los encuentros internacionales.

Asimismo, el sector apoyó a organizaciones sanitarias para la celebración de estas actividades con 90,5 millones de euros, lo que supone un incremento del 11,7 por ciento respecto al año anterior. Por otro lado, los pagos a profesionales y organizaciones por prestación de servicios sumaron 79,5 millones de euros en 2017, una cifra muy similar a la del año anterior (79 millones). Esta cantidad se corresponde con las contraprestaciones por labores de asesoramiento, consultoría y ponencias en congresos.

Por último, la industria farmacéutica hizo donaciones y dio subvenciones a organizaciones sanitarias que prestan servicios de asistencia sanitaria social o humanitaria por valor de 28 millones de euros. Estas aportaciones, tal y como remarcan desde Farmaindustria, que responden a peticiones de las propias organizaciones, son siempre desinteresadas, ya que, en virtud del Código de Buenas Prácticas, no pueden constituir un incentivo para “la recomendación, prescripción, compra, suministro, venta o administración de medicamentos”. Estas ayudas, puntualizan, pueden ser desde aportaciones dinerarias para proyectos de investigación hasta donaciones de medicamentos a instituciones humanitarias.

España, pionera

Hasta la publicación del año pasado seguían coexistiendo en el caso de ayudas a formación y prestación de servicios datos agregados e individualizados (en función del consentimiento de los profesionales), pero en la presente publicación, todas las colaboraciones se han hecho públicas de forma individualizada para alcanzar la máxima transparencia. Esta posibilidad, incorporada al Código de Buenas Prácticas en 2016, vino dada por un informe de la Agencia Española de Protección de Datos en el que concluye que prevalece el interés general sobre el individual para la publicación de esta información y sostiene que para hacerlo hay que informar a los profesionales en los contratos o documentos en los que formalicen su colaboración con el laboratorio. Así, todo profesional es informado y es libre de aceptar o no tal colaboración.

En todo caso, la publicación individualizada, tal y como señalan desde la patronal, ha venido precedida por el progresivo incremento del porcentaje de consentimientos. Así, esta individualización fue del 20 por ciento en los datos de 2015 y del 35 por ciento en los de 2016, lo que muestra el creciente conocimiento y refrendo de los profesionales de la iniciativa. Al alcanzar este año el 100%, España se convierte en el primer país de los que tienen modelo de autorregulación que publica todos los datos individualizados.

Para el presidente de Farmaindustria, Jesús Acebillo, “no hay duda de la necesidad de colaboración entre la industria farmacéutica, el sistema sanitario y las organizaciones y profesionales sanitarios; es crucial para la I+D de nuevos fármacos, para la formación continuada de los profesionales y para la calidad de la prestación sanitaria, y por lo tanto para los pacientes”. En este sentido, el presidente de la patronal asegura que “la apuesta por la transparencia nos ayuda dar a conocer esta valiosa colaboración y nos presenta ante la sociedad como un sector moderno, abierto y consecuente, que no será perfecto, pero que tiene la voluntad clara de hacer las cosas mejor”.