(Washington).- Los precios de los medicamentos recetados en Estados Unidos protagonizan la primera caída en 45 años. Los datos facilitados por el Gobierno apuntan a una disminución del 1 por ciento en 2018. Aunque esta reducción corresponde únicamente a las recetas de farmacias minoristas, y no a los fármacos administrados en hospitales o consultas médicas, lo cierto es que esta noticia llega en un momento clave del debate político para su regulación.

Precisamente hace unos días la Cámara de Representantes daba su visto bueno al proyecto de ley promovido por su presidenta, Nancy Pelosi; una legislación que, de ser aprobada por el Senado, permitiría que el gobierno estadounidense pueda negociar precios de la parte B de Medicare. No obstante, aunque esta normativa ha conseguido el apoyo de 230 representantes frente a 192, todo apunta a que no podrá avanzar más allá, puesto que el Senado tiene mayoría republicana y ya se ha mostrado totalmente contraria a que esta legislación prospere.

Tras su aprobación por parte de la Cámara de Representantes, Pelosi aseguraba que esta legislación “cumple con la promesa realizada por el presidente Donald Trump al pueblo estadounidense”, refiriéndose a las declaraciones realizadas en 2016 por el mandatario en las que aseguraba que su gobierno “negociaría el precio de los medicamentos”. De hecho, en más de una ocasión Trump ha lanzado —sobre todo a través de Twitter— mensajes contra las compañías farmacéuticas por adoptar “precios abusivos”.

La Oficina de Presupuesto del Congreso estima que la legislación promovida por Pelosi supondría un ahorro de 456.000 millones de dólares en una década, aunque desde otras instituciones, como la patronal de la industria farmacéutica de EE.UU. (PhRMA, por sus siglas en inglés), aseguran que la medida tendría un coste importante, pues evitaría que la innovación llegase al mercado.

Oposición de republicanos e industria

Junto a la industria, los republicanos también se han opuesto firmemente a este proyecto de Ley. Los de la Cámara de Representantes lo criticaron duramente al ser, dicen, una ley “partidista” y advirtieron que esta medida “estimularía la pérdida de innovación médica que salva vidas”. Desde la PhRMA estimaron que la ‘ley Pelosi’ provocaría, de entrada, que 56 medicamentos innovadores no lleguen a los pacientes del país. “Con la votación de hoy, la Cámara priorizó la política a expensas de la innovación, los empleos estadounidenses y la esperanza de los pacientes”, dijo el presidente y CEO de PhRMA, Stephen Ubl.

Propuesta republicana

Mientras tanto, en el Senado se está trabajando ya en una ley de precios que cuenta con el respaldo del presidente Trump y que, entre otras propuestas, incluye limitar los aumentos de precios de los medicamentos a la tasa de inflación o realizar cambios en Medicare para agregar un desembolso —copago— máximo para los beneficiarios.

Con todo, las compañías farmacéuticas han querido aprovechar este contexto político para poner en valor su papel dentro del tejido investigador del país. Así, la PhRMA recuerda el peso que las farmacéuticas tienen en la investigación y el desarrollo de nuevos medicamentos. “Las inversiones en I+D a largo plazo realizadas por la industria biofarmacéutica se traducen en 7.000 medicamentos en investigación a nivel global”, ha recordado Andrew Powaleny, director de Public Affairs de la PhRMA.

Powaleny analiza la aportación en términos de investigación tanto de las compañías como del gobierno estadounidense. Así, alude a un informe publicado por el Instituto Nacional de Salud (NIH) que asegura que las contribuciones directas del ejecutivo a un producto terapéutico final son “limitadas y difíciles de determinar”. El estudio examinó todos los fármacos aprobados por la FDA que superan 500 millones de dólares en ventas al año. Así, determinó que ninguno de estos fármacos fue desarrollado por completo por el NIH, y solo cuatro se desarrollaron utilizando investigaciones financiadas por el gobierno que dieron como resultado el uso o los derechos de propiedad de tecnologías patentadas utilizadas en el desarrollo de medicamentos.

Por otro lado, el director de Public Affairs de la patronal asegura que “de los medicamentos más transformadores de los últimos 25 años, el sector privado fue responsable del 58 por ciento de los hitos de descubrimiento, el 73 por ciento de los desarrollos y el 81 por ciento de los hitos de fabricación”.

El coste de innovar

Así, desde la PhRMA recuerdan que el desarrollo de un medicamento tiene un coste medio de 2.600 millones de dólares y que tan sólo el 12 por ciento de las moléculas que inician ensayos clínicos llegan a obtener la aprobación de la agencia del medicamento (FDA). Las compañías del país invierten, especifica la patronal, 97.000 millones de dólares al año en investigación, que comparan con los 32.600 millones del NIH. De este presupuesto público, puntualizan, “solo una pequeña parte se centra directamente en la investigación de nuevos medicamentos”.

Por todo ello, consideran urgente “que protejamos el tejido biofarmacéutico para permitir la innovación continua, la ciencia traslacional y la fabricación de nuevos medicamentos”. Algo que se ve “amenazado”, dicen, por la propuesta de precios lanzada por Pelosi. Si Estados Unidos es líder mundial en innovación, finalizan, es gracias al mantenimiento de este ecosistema.

Fuente: El Global