(Londres).- La resistencia a los medicamentos contra virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) se aproxima al 10 por ciento en las personas que viven con el virus y van a comenzar o reiniciar la terapia antirretroviral de primera línea.

Así se desprende un estudio dirigido por los investigadores de University College London (UCL) y la Organización Mundial de la Salud.

La investigación encontró que la resistencia, particularmente a uno de los principales tipos de fármacos de primera línea, los inhibidores de la transcriptasa inversa no análogo de los nucleósidos (ITINN), está aumentando en los países de ingresos bajos y medianos especialmente en el África subsahariana, América Latina y Asia.

“Todos estos fármacos tienen muy baja barrera genética y, a cuenta de que se han utilizado mucho en el tercer mundo de una forma poco controlada, muchos pacientes han desarrollado resistencias”, explica a GM María Jesús Pérez Elías, jefa de Sección de la Unidad de VIH del Hospital Ramón y Cajal.

“Los pacientes que tienen estas resistencias las están trasmitiendo. Entonces hay mucho fracaso virológico que no está controlado”, continúa la especialista.

Peores cifras en el sur

Los autores de este trabajo detectaron que la resistencia a los medicamentos era más alta en el sur de África, donde el 11,1 por ciento de las personas que comenzaban la terapia de primera línea tenían un virus con mutaciones resistentes a ITINN, en comparación con el 10,01 por ciento en África Oriental, un 7,2 por ciento en África Occidental/Central y un 9,4 en América latina.

En África “cuando inician tratamiento no miran si eres resistente, no miran la carga viral y luego, cuando fracasa el tratamiento, tampoco miran la resistencia ni la carga viral. Los expertos están alertando sobre esta situación ya que en estos países que se está trabajando con la enfermedad de esta manera están creciendo las resistencias a esta familia y, claro, estos fármacos van a dejar de ser útiles en primera línea”, añade Pérez Elías.

Y aunque en España los ITINN no se utilizan como fármacos de primera línea, esta circunstancia “es importante para todos los países, porque todos tenemos unos niveles de inmigración muy altos y hay que considerar que cuando un paciente venga de esas áreas tiene muchísimo más riesgo de tener cepas resistentes”, puntualiza la infectóloga.

La experta asegura que esta situación es una amenaza global porque no se dan las condiciones adecuadas del uso del fármaco ni las técnicas de monitorización adecuadas.

“La mayor parte de los casos en el fondo están en África, pero todo lo que sucede en África al final lo acabamos importando de una manera u otra. Entonces hay que resaltar la importancia de esto para que la Organización Mundial de la Salud cambie y mejore la monitorización y se impida que esos fármacos (ITINN) sean los que se usen de primera línea”, concluye Pérez Elías.

Si no se toman medidas, la resistencia a los ITINN será superior al 10 por ciento en las personas que inician la terapia provocará 890.000 muertes más por sida y 450.000 infecciones más solo en el África subsahariana antes de 2030, a medida que la mayoría de las personas en las que la terapia no surte efecto tengan virus fármaco-resistentes, según han indicado las investigaciones previas.

Las directrices de la OMS sobre la resistencia a los medicamentos contra el VIH antes del tratamiento recomiendan que los países cambien a un tratamiento de primera línea más sólido cuando los niveles alcancen el 10 por ciento.

El Plan de acción mundial quinquenal hace un llamamiento a todos los países y socios para unir esfuerzos para prevenir, controlar y responder a la resistencia a los medicamentos contra el VIH y para proteger el progreso continuo hacia el objetivo de desarrollo sostenible de acabar con la epidemia de sida para el año 2030.

Fuente: Gaceta Médica