(Madrid).- El cáncer tiene una cara que es puramente médica y otra que actualmente no es tan visible. Hablamos de los problemas económicos, los problemas sociales y los problemas emocionales. Así lo denunciaba Ignacio Muñoz, presidente de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC).

“Si cuantificas el peso de una parte y de la otra parece que la cara invisible tiene más coste. ¿Por qué? Porque se pierden empresas, se pierden trabajadores y los pacientes, al no tener dinero para llegar a final de mes, generan menos tributación”, argumentó. “Mi visión es que en este problema social no se está haciendo bien el marketing”, añadió.

Tal y como describió el presidente de la AECC, la misión es intentar mitigar el daño y curar a los pacientes que se pueden curar. Por ello han llevado a cabo una encuesta de satisfacción en 14 servicios. “El 80 por ciento de los pacientes adoran Google para buscar información sobre su enfermedad pero solo el 44 por ciento saben de que trata el cáncer. A penas un 29 por ciento tiene fuentes de información complementarias y solo el 65 de los médicos explica a los pacientes que tienen derecho a una segunda opinión”, apuntaba Muñoz.

Asimismo, según la encuesta, el 58 por ciento de los pacientes aseguran estar preparados para tomar decisiones sobre el abordaje de su enfermedad. Por su parte, el 87 por ciento de los pacientes frente al 66 por ciento están satisfechos con la intervención psicológica que tienen. A su vez, el 30 por ciento de los paciente podrían recibir apoyo psicológico pero solo el 21 por ciento de los oncólogos y el 31 por ciento de las enfermeras ofrecen la posibilidad de este apoyo.

Como buen dato, el cien por cien de los oncólogos médicos y enfermeros consideran importante que se recojan las necesidades sociales en la historia clínica del paciente.

Tras estos resultados, las recomendaciones de la AECC es que “debemos hablar con los pacientes sobre las opciones de tratamiento, debemos hablar de los ensayos clínicos, disponer de fuentes de información para los paciente y coordinador mejor las pruebas médicas para que se hagan todas el mismo día, así como mejorar el soporte psicológico”.

Medición de resultados

Para mejorar la atención al paciente oncológico hay que medir continuamente los resultados en salud y el grado de satisfacción de los mismos.

Michael Keng, MD, en la Sociedad Americana de Oncología (ASCO), explicó a que los pacientes les falta conocimiento. “No saben si les dan el tratamiento adecuado con lo cual no pueden valorar si la atención recibida es buena o mala. Desde que en los años 90 se empezara a medir la calidad de la atención a los pacientes nos dimos cuenta de que los resultados pueden ser muy ambiguos”, destaca el especialista. Según indice, muchas encuestas no ayudan a comprender el grado de satisfacción de los pacientes. “Es el caso de las clínicas de Estados Unidos donde se utilizan varias fuentes de datos. Hay que definir los estándares de calidad y los valores asistenciales, sino no vamos a poder mejorar”, afirmó Keng

Una continua monitorización, formación adecuada a todo el personal y hacer públicos los estándares de calidad son algunas de las recomendaciones que ofrece el experto. “Creo que este ha sido el enfoque del Ministerio de Sanidad español de los últimos años”, añadió.

Bartomeu Massuti, jefe de Oncología del Hospital General de Alicante, habló sobre la necesitad de encontrar instrumentos de medición. “Para la evaluación en cáncer es cada vez más necesaria una herramienta de medición. ¿Cuáles son los retos? Desarrollar los instrumentos. Tenemos que incidir en que queremos medir, cuál es nuestra población de interés”, destacó el oncólogo.

Asimismo, Massuti insiste en concretar la medición y decidir el ‘momento de’ ya que hay que medir antes de la actuación.

“Es importante que si pedimos al los pacientes que completen un cuestionario tenemos que tener en cuenta la longitud del mismo y que se van a perder datos, la frecuencia de los cuestionarios o si lo rellena en casa o en el hospital”, continuó.

“Es fundamental integrar estos datos en la historia clínica electrónica”, subrayó. Por eso reivindica que el cuestionario EQ5D debería estar ya integrado y automatizarlo. “Con él empezamos este camino en el que hay que lograr un equilibrio y mejorar la calidad de vida del paciente”.

Prescribir información

Por su parte, Antonio Calles, del Hospital Universitario General Gregorio Marañón, incidió en que hay que dar poder a los pacientes.

“El 47 por ciento de los pacientes no tiene información. El médico igual tiene que dejar de prescribir fármacos y empezar a a prescribir información”, pero puntualiza que tiene que ser información de calidad porque “a veces la información genera ansiedad y hay que saber manejar ese estrés”, insiste.

Fuente: