(Madrid).- Durante el XIV Curso Teórico-práctico sobre la Utilidad Clínica de los Marcadores Tumorales una de las principales conclusiones extraídas por parte de los expertos es que la aplicación práctica de los marcadores tumorales es aún inferior a las posibilidades que ofrecen.

Así, dicha actividad formativa ha hecho hincapié en que si bien el uso de los marcadores tumorales es creciente en la atención oncológica y, por lo tanto, representa una parte cada vez más importante del trabajo de los profesionales del laboratorio clínico, todavía no aportan todo lo que deberían.El motivo es que la medición de los marcadores tumorales supone un esfuerzo importante para los laboratorios a nivel técnico y también exige que se refuerce la colaboración con la clínica en el diagnóstico de los tumores malignos.

En este sentido, este curso, en el que ha colaborado la Sociedad Española de Medicina de Laboratorio, tiene como objetivo analizar el presente y el futuro de esta técnica y las posibilidades que abre para el tratamiento del cáncer, entre éstas, una mayor eficacia en el diagnóstico y el tratamiento.

Retos de los marcadores tumorales

Para ello, se han mostrado algunos ejemplos del uso de marcadores tumorales que se ha llevado a cabo en Hospital Clínic de Barcelona y que han permitido importantes ahorros económicos. Tal y como ha defendido Rafael Molina, jefe de la Unidad de Oncobiología del Servicio de Bioquímica y Genética Molecular del Hospital Clínic de Barcelona, y responsable del curso, “obtener la máxima eficacia implica trabajar en estrecha relación con los clínicos y decidir qué pruebas tienen un valor claro y cuales no aportan información y pueden ser eliminadas”.

Rafael Molina ha insistido en que el principal problema de los marcadores tumorales es que el uso de los biomarcadores aún no está lo bastante extendido. Asimismo, ha marcado tres objetivos a conseguir en esta línea, que pasan por la búsqueda de nuevos marcadores que permitan mejorar el diagnóstico o el pronóstico de la enfermedad; la búsqueda de parámetros predictivos de respuesta que permitan fijar el tratamiento idóneo; y, por último, el uso combinado de biomarcadores, junto con técnicas de imagen, que permitan realizar un diagnóstico más eficaz y temprano.

Igualmente ha querido recordar que el valor de los marcadores es fundamental en el diagnóstico precoz de algunos tumores, como el cáncer de tiroides o el carcinoma hepatocelular. “La aplicación en otros tumores, como el cáncer de próstata, es más controvertida, pero cada vez hay más estudios que demuestran que su empleo aumenta la supervivencia”. Por otra parte, la aparición de nuevas investigaciones para incorporar los marcadores tumorales en el diagnóstico temprano del cáncer de pulmón o de ovario.

Fuente: El Médico Interactivo