(Buenos Aires).- Según los últimos informes realizados por el ICBA Instituto Cardiovascular junto con otras instituciones médicas, relacionados a la notable baja en la atención, demuestran qué las otras enfermedades no se detuvieron durante la cuarentena.

A partir del mes de Marzo, en Argentina se declararon las medidas de aislamiento social preventivo y obligatorio con el fin de poder evitar más contagios y aplanar la curva del avance de la enfermedad viral de COVID-19.
Transcurridos más de tres meses, si bien la mortalidad causada por COVID-19 mantiene una baja incidencia, ya empiezan a observarse daños colaterales en otras condiciones médicas, tales como las enfermedades cardiovasculares.

Los estudios realizados demuestran que durante la cuarentena dichas enfermedades podrían acelerarse de modo alarmante.

Desde el ICBA, los médicos Fernando Botto (MN 79.189), miembro del área de investigación y el Dr. Juan Pablo Costabel , jefe de la Unidad Coronaria e Internación, se preguntaron si observarían o no un aumento de la incidencia de infartos agudos de miocardio (IAM), desencadenados por, primero la infección viral aguda que conlleva un fuerte estado inflamatorio, que a su vez promueve roturas de ateromas y trombosis; segundo, el estrés agudo y emociones intensas por el miedo a la enfermedad por problemas laborales o económicos que favorecen la secreción de catecolaminas, aumentando la presión arterial y la frecuencia cardíaca y también favoreciendo la trombosis, y/o tercero por la falta de controles médicos y descuido de los factores de riesgo, favorecidos por la vida en el encierro.

Según el análisis por parte de los cardiólogos, existe una reducción de las consultas a la Sala de Emergencias y de las internaciones por infarto agudo de miocardio (IAM).

Una encuesta realizada por ADECRA y CEDIM, incluyendo 31 hospitales y clínicas del sector privado, durante la pandemia hubo una reducción de las consultas a las salas de emergencias del 71%, con una reducción de las internaciones desde la guardia por dolor de pecho y síndromes coronarios agudos.

Los datos de la Argentina van en el mismo sentido que los de otros países del mundo tales como, Italia, España, Austria, EEUU, Perú, en los cuales distintos reportes mostraron reducciones de las internaciones por IAM entre el 25 y el 59%.
Para el Dr. Costabel, “la evidencia de la reducción de consultas a la sala de emergencias e internaciones por el IAM es contundente, y se ha observado en países con y sin desborde del sistema sanitario. Sin embargo, los profesionales concluyen en base a esta evidencia que la incidencia del IAM es menor durante la pandemia”

La mortalidad reportada en Argentina por el registro de la Iniciativa Stent-Save a Life que incluyó 588 pacientes con IAM, fue 10,9% durante la pandemia versus el 5,4% en 2019, es decir, se duplicó. Las causas probables son por la llegada tardía al hospital y por un número significativamente mayor de IAM´s que se presentaron en shock (4,2% en 2019 versus 9,3% en 2020), seguramente por las demoras descriptas.

Estimaciones realizadas en el mes de abril desde el ICBA señalaron que descuidar el control de los factores de riesgo durante la pandemia, favorecido por la “cuarentena” y la falta de controles médicos, podría aumentar entre 3.500 y 10.500 los nuevos casos de enfermedad cardiovascular prevenible. Con respecto a la cifra de fallecimientos evitables, podría aumentar entre 6.000 y 9.000 casos antes de fin de año.

Es evidente que, a medida que avanza la pandemia de COVID-19, se empiezan a reportar las complicaciones cardiovasculares cuyas estadísticas crecen y confirman hipótesis de su potencial daño colateral que puede, sin duda superar al propio COVID-19, en términos de salud.

Para combatirlo es necesario que el sistema de salud y los pacientes tomen conductas activas y no abandonen los cuidados de sus condiciones cardiovasculares ni el tratamiento durante el período que dure el aislamiento.

Fuente: ICBA