(Madrid).- En el marco del Día Mundial para la Prevención del Suicidio, Luis Fernando López, psicólogo general sanitario; psicoterapeuta; investigador de conductas autolesivas y suicidas en entornos digitales; y coordinador técnico del programa 'Hablemos de Suicidio', del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid (COP), en conversación con Redacción Médica, señala que la ideación suicida, según datos de la Fundación Ayuda a niños y adolescentes en riesgo (Anar), aumentó en un 244 por ciento en la población adolescente durante en el confinamiento.

El informe, emitido por la Fundación Anar durante el confinamiento del año 2020, con datos recogidos por atención telefónica y chat, muestra que la autolesión también se incrementó en una cifra similar, que la ideación suicida, en el mismo grupo de población.

En este contexto, el experto señala que entre las principales causas que agudizaron la psicopatología durante la pandemia fueron el aislamiento provocado por el confinamiento lo que “generó incertidumbre, frustración por no poder gestionar recursos emocionales, no sólo en el aspecto familiar, sino que también en el aspecto social, y sobre todo el no poder ser atendidos en los problemas de salud mental o en algunas patologías que pudiesen venir previas y que la la situación de emergencia sanitaria no permitió continuar de un modo adecuado.

En cuanto a los problemas en consultas, tras el periodo de confinamiento, desescalada y vacuna, Fernando López argumenta que “ha habido un mayor incremento de problemas de trastornos de ansiedad y posibles trastornos depresivos. También ha habido un incremento de trastornos obsesivos compulsivos relacionados con rituales de limpieza. A su vez, hemos observado la presencia de ideaciones suicidas de diferentes niveles y un aumento significativo de autolesiones con una función de regulación emocional sin intencionalidad suicida”, agrega.

Perfil del paciente con psicopatología

En este hilo, Fernando López explica que el perfil del paciente, donde se aprecia más fuertemente la psicopatología, “es un adolescente entre 14 y 17 años, escolarizado. Con una base emocional en carencia y sin herramientas para poder hacer una buena regulación de sus emociones sin un modo adaptativo”.

Respecto al tratamiento preventivo en la salud mental, el psicólogo afirma que “el dotar a nuestros adolescentes de educación y formación en educación emocional es importante porque le estamos dando herramientas y recursos apropiados para que ellos puedan hacer una buena gestión de sus emociones, de su dolor, de su sufrimiento de las situaciones vitales que le son complejas de resolver”.

“Esto les da autonomía en la gestión de sus emociones, sin tener que recurrir a conductas peligrosas o incluso a desarrollar posibles trastornos mentales derivadas de una mala gestión de sus recursos emocionales”, sentencia el experto.

Fuente: Redacción Médica