(Buenos Aires).- El 16 de octubre se celebra el Día Mundial de la Alimentación, fecha que promueve la concientización y la acción a favor de quienes padecen hambre y de la necesidad de garantizar dietas saludables. En ese sentido, una de las problemáticas que afecta a la población mundial son las enfermedades de transmisión alimentaria (ETA), causadas por la contaminación de los alimentos en cualquiera de sus etapas de producción, suministro y consumo.

La contaminación puede ser ambiental, como la polución del agua, el suelo o el aire, así como el almacenamiento o la manipulación incorrecta, la conservación a temperaturas inadecuadas o su cocción insuficiente.

El consumo de alimentos contaminados por bacterias, virus, parásitos o sustancias químicas puede causar una amplia gama de enfermedades en los seres humanos. La diarrea es solo un ejemplo entre las más de 200 enfermedades, y en la mayoría de los casos se manifiestan problemas gastrointestinales, pero también pueden producirse síntomas neurológicos, ginecológicos e inmunológicos.

La Organización Mundial de la Salud estima que uno de cada diez habitantes del mundo enferma cada año por ingerir alimentos contaminados y 420.000 mueren por esta causa. Del total de la población afectada por estas enfermedades los niños menores de 5 años representan el 40%, siendo el grupo etario más impactado. La mayor parte de los fallecimientos en este grupo son causados por enfermedades diarreicas, pero también incluye consecuencias severas como insuficiencia renal y hepática, trastornos cerebrales y neurológicos, artritis reactiva y cáncer.

Para resguardar la salud resulta fundamental asegurar la calidad e inocuidad de los alimentos que se consumen. La inocuidad de los alimentos es la ausencia de un potencial peligro para los consumidores, y para que esto suceda es necesario garantizar un conjunto de medidas preventivas que aseguren dicha condición. Si bien durante la cadena productiva, de almacenamiento y distribución pueden provocarse contaminaciones en los alimentos, una buena parte de las enfermedades transmitidas por estos se debe a que han sido preparados o manipulados de forma incorrecta en el hogar, en establecimientos para comer o en los mercados.

Por este motivo, Florencia Sosa, licenciada en Tecnología Industrial de los Alimentos y responsable técnica de la unidad de Nutrición Humana de BASF, brinda cinco claves para garantizar la inocuidad de los alimentos en el hogar: 

  1. Mantener la limpieza: lavarse las manos antes de preparar alimentos y a menudo durante la preparación. Además, limpiar y desinfectar todas las superficies y equipos usados en la preparación de alimentos. En el caso de contar con mascotas, proteger los alimentos y las áreas de cocina, así como de los insectos.
  2. Separar los alimentos crudos de los cocidos: siempre hay que separar los alimentos crudos de los cocidos y de los listos para comer. Usar equipos y utensilios diferentes, como cuchillas o tablas de cortar, para manipular carne, pollo y pescado y otros alimentos crudos. Al momento de guardarlos, conservar los alimentos en recipientes separados para evitar el contacto entre crudos y cocidos.
  3. Cocinar completamente los alimentos: especialmente carnes, pollo, huevos y pescado. Hervir los alimentos como sopas y guisos para asegurarse que alcanzaron los 70°C, se recomienda el uso de termómetro. Para carnes rojas y pollos cuidar que los jugos sean claros y no rosados. En el caso de la comida cocinada, recalentar completamente.
  4. Mantener los alimentos a temperaturas seguras: no dejar alimentos cocidos a temperatura ambiente por más de 2 horas. Refrigerar lo más pronto posible los alimentos cocidos y los perecibles (bajo los 5°C). Mantener la comida caliente por encima de los 60°C. No guardar comida mucho tiempo en el refrigerador.
  5. Usar materias primas seguras: usar agua tratada y materias primas seguras. Seleccionar alimentos sanos y frescos. Para su inocuidad, elegir alimentos ya procesados, tales como leche pasteurizada. Lavar y desinfectar las frutas y las verduras, especialmente si se comen crudas. No utilizar alimentos después de la fecha de vencimiento.

Fuente: Alurralde Jasper