(Madrid).- Hacer un diagnóstico a través de una simple muestra de saliva y dejar atrás el incómodo -y a veces, doloroso- pinchazo para extraer sangre, sería una opción muy bienvenida por los pacientes. Bajo tal premisa, varias investigaciones buscan lograr que la saliva se transforme en una vía efectiva para determinar la presencia de diversas enfermedades.

Se ha visto que la saliva contiene muchas de las mismas células y moléculas contenidas en la sangre, que permiten detectar alteraciones que delatan el desarrollo de una patología. De hecho, es en parte por esta razón que ya se utiliza como medio para analizar el ADN de una persona.

El problema, por ahora, es que "una muestra de saliva tiene, en comparación con la sangre, una menor concentración de diferentes sustancias, como azúcares, proteínas y lípidos, además de un mayor contenido acuoso", precisa Ronald Pérez, académico e investigador de la Escuela de Tecnología Médica de la Universidad Andrés Bello.

Eso implica que, con la tecnología actual, la resolución sea menor y, por tanto, dificulta llegar al diagnóstico.

A eso se suma que la saliva suele estar más contaminada "por células y bacterias de la flora bucal. Por eso se está trabajando en metodologías de análisis y extracción que permitan eliminar esos sesgos que pueden alterar los resultados", agrega el doctor Jorge Valdés, director del Centro de Genómica y Bioinformática de la Universidad Mayor.

Uno de los centros que lidera el trabajo en este campo es la Universidad de California en Los Angeles (UCLA), EE.UU. Allí, el equipo del doctor David Wong ya ha completado el que algunos consideran el análisis más detallado realizado hasta la fecha sobre moléculas de ARN (ácido ribonucleico, que permite el traslado de información genética del ADN) en la saliva humana.

A través del uso de la bioinformática y genómica de vanguardia, los investigadores analizaron 165 millones de secuencias genéticas. Eso ha permitido corroborar que en la saliva están presentes las mismas moléculas contenidas en la sangre.

Para confirmar la utilidad de esta información, en una investigación que presentó a fines de julio, Wong mostró las prometedoras oportunidades de utilizar un test de saliva para la evaluación temprana del cáncer de pulmón.

"Hay una variedad de escenarios con los que se puede usar saliva. Una de las fronteras emergentes más interesantes es la biopsia líquida, que es un medio no invasivo para evaluar la presencia y las características del cáncer en un paciente con un nódulo pulmonar indeterminado", explica el doctor Wong.

Los expertos creen que se podría llegar a hacer un diagnóstico precoz de enfermedades crónicas no transmisibles tan diversas como diabetes y cáncer, así como dolencias neurológicas y enfermedades autoinmunes.

"Hasta la fecha, todas estas patologías necesitan de algún examen invasivo para su detección (muestra de sangre, biopsia y/o punción lumbar). La investigación en torno a la saliva es una revolución en curso con respecto al diagnóstico molecular", enfatiza el doctor Valdés.

"En el futuro, en vez de ir a tomar una muestra a un laboratorio, se podría comprar un kit que permita ver con una muestra de saliva si se tiene determinada patología. Algo tan simple como un kit de embarazo", ejemplifica.

Para Ronald Pérez, la principal utilidad de estas investigaciones es favorecer el desarrollo de métodos de screening -exámenes masivos en la población-, "que permitan identificar a pacientes en mayor riesgo de una enfermedad y a esos hacerle estudios más acabados. Los test de saliva serían complementarios, pero no sustituirían a otros exámenes".

De todas formas, los expertos creen que se podría contar con esta tecnología en un futuro cercano. De hecho, ya se han realizado estudios sobre el uso de la saliva para medir las hormonas del estrés, los niveles de enzimas, ciertos biomarcadores e incluso algunas mutaciones de cáncer oral, de páncreas, ovárico y de mamas.