(Buenos Aires).- Uno de los mayores peligros es el abandono de los tratamientos o evitar la realización de estudios por miedo al contagio. Cualquier decisión tomada por el paciente, sin consultarlo con su médico tratante, puede traer consecuencias. La irrupción de la pandemia por COVID-19 obligó al sistema de salud a reestructurarse como nunca antes para adaptarse y poder dar respuesta a este escenario tan complejo.

Esto generó profundos cambios en la accesibilidad de las prestaciones y muchas de las prácticas que eran comunes se vieron alteradas, en algunos casos para priorizar la atención de los pacientes con COVID y en otros, postergando procedimientos o consultas no urgentes para preservar los recursos sanitarios y evitar la exposición de poblaciones de riesgo.

Sin embargo, diversas publicaciones comenzaron a alertar sobre los peligros que implica postergar un control o una consulta médica en determinado tipo de pacientes. Un relevamiento de la Organización Mundial de la Salud llevado a cabo en 163 países y recientemente publicado en la página oficial de la organización ( https://www.who.int ) revela que el acceso a los tratamientos o acciones de prevención de las enfermedades no transmisibles, entre las que se encuentra el cáncer, se vio severamente afectado por la pandemia COVID-19.

En el caso particular de las enfermedades oncológicas, el informe destaca que casi un 40% de los países relevados experimentó una interrupción parcial o total en el manejo de dicha patología durante el mes de mayo de 2020, variando entre un 39% y 56% de acuerdo a la fase de la pandemia en que se encontraba cada país. Las causas principales de esta interrupción correspondieron a un descenso de internaciones programadas, suspensión de programas de screening (búsqueda de la enfermedad), dificultades en la movilidad por restricciones al transporte, reasignación del personal de salud para cumplir tareas inherentes a la pandemia o suspensiones de las consultas ambulatorias.

EL MIEDO AL CONTAGIO

En muchos casos, el miedo al contagio y el reiterado pedido de permanecer en sus hogares actúa negativamente en los pacientes que evitan concurrir a los centros de salud. Es importante mencionar que en casi todas las instituciones se han implementado protocolos de manejo de pacientes y medidas tendientes a facilitar la atención de los mismos y disminuir los riesgos de la exposición al virus.

Algunas de las acciones realizadas son la incorporación y adaptación de protocolos de atención segura para el paciente y los profesionales, la creación de circuitos con el objetivo de separar los movimientos de los pacientes asintomáticos de aquellos pacientes con síntomas o sospechosos de haber estado en contacto con el virus, la incorporación de protocolos de seguridad específicos para COVID para aquellos pacientes que requieran tratamiento quirúrgico, estudios endoscópicos y tratamientos de quimioterapia, y la incorporación de consultas virtuales (telemedicina).

LA IMPORTANCIA DE NO ABANDONAR LA CONSULTA

El acceso a la atención médica de los pacientes oncológicos requiere de una evaluación particular. Si bien hay reportes que alertan sobre la posibilidad de que pueden padecer un mayor riesgo ante una infección por COVID-19, hay que mencionar que los pacientes con diagnóstico oncológico constituyen un grupo heterogéneo de personas y no todos se encuentran en igual situación frente al avance del virus. También se debe tener en cuenta que estos pacientes pueden hallarse en distintas etapas de su tratamiento, ya sea en la fase diagnóstica, en la de evaluación de su enfermedad, en tratamiento específico o en la etapa de controles o manejo de síntomas.

Lo que aún no está claro es el impacto que producirán los retrasos en el diagnóstico y estudios de screening de las distintas patologías oncológicas, y se corre el riesgo de que en el mediano plazo se transforme en un nuevo problema sanitario. Si bien en algunas patologías oncológicas el retraso de pocos meses puede no modificar sustancialmente el pronóstico de la enfermedad, en otras puede ser devastador.

Distintas sociedades médicas de nuestro país y el mundo abordaron esta problemática y han confeccionado guías de manejo para diferentes patologías oncológicas. Las mismas intentan orientar la toma de decisiones en base a la evidencia científica disponible hasta el momento para tratar de disminuir los efectos negativos de los cambios en la atención sanitaria.

La recomendación para los pacientes oncológicos es no abandonar las visitas ni tratamientos o estudios indicados sin la consulta previa con su médico de cabecera. La misma recomendación se hace para aquellos pacientes con factores de riesgo para el desarrollo de alguna patología tumoral y que deben realizarse estudios de screening (endoscopías, mamografías, tomografías, etc.) para una eventual detección temprana.

El impacto real en la alteración del acceso a la salud por la pandemia lo podremos cuantificar un tiempo después de finalizada la misma. Quizá en ese momento las consecuencias puedan representar un riesgo a la salud tan importante como la pandemia en sí misma en algunos pacientes con enfermedades no transmisibles como el cáncer. Por lo tanto, la forma más segura de mitigar este impacto será que cada paciente no pierda el contacto con su médico tratante para que pueda orientarlo en la toma de decisiones.

 Asesoró el  Dr. Sergio Quildrian. Médico Cirujano MAAC. (MN 102.519). Coordinador de la Comisión de Oncología de la Asociación Argentina de Cirugía. Unidad de Sarcomas y Melanoma- Servicio Cirugía General del Hospital Británico de Buenos Aires y UF Sarcomas y Melanoma del Instituto de Oncología Ángel H. Roffo.

Fuente: Verbum Public Relations