(Buenos Aires).- Con sede en el corazón de la ciudad, Marcelo T. de Alvear 1632, la iniciativa es fruto de un acuerdo entre el Instituto de Neurología Cognitiva (Ineco) y Cites (de Sancor Seguros)

Las secuelas del accidente cerebrovascular, el trauma encéfalocraneano y otras patologías neurológicas presentan nuevas exigencias para el sistema sanitario. Para dar respuesta a esta demanda, en pocos meses Buenos Aires tendrá un instituto de neurorrehabilitación dotado de equipamiento de punta, y médicos e investigadores de amplia experiencia en esta área de la ciencia.

Con sede en el corazón de la ciudad, Marcelo T. de Alvear 1632, la iniciativa es fruto de un acuerdo entre el Instituto de Neurología Cognitiva (Ineco) y Cites (de Sancor Seguros), la primera incubadora tecnológica de América latina especializada en start-ups de alta tecnología que ya asesoró a más de 500 emprendedores. El edificio, de 3000 metros cuadrados, se acondicionara en una primera etapa con una inversión de 80 millones de pesos.

El centro albergará tecnología basada en la robótica, la realidad virtual, el biofeedback y la estimulación cerebral no invasiva, entre otras. Dispondrá de 29 consultorios y siete salas de tratamiento grupal, además de un gimnasio de 200 metros cuadrados. También contará con un espacio especialmente diseñado para chicos con trastornos del espectro autista, y con un área dedicada a la investigación.

El director médico, Máximo Zimermann, investigador argentino que trabajó en el tema durante 10 años en el Hospital Universitario de Hamburgo, el más moderno de Europa, confía en que ayudará a responder a las necesidades de patologías que representan la primera causa de discapacidad en el mundo. Queremos rehabilitar a nuestros pacientes para que puedan beneficiarse de la reinserción, tanto familiar como social y laboral --afirma--. La ciencia detrás de la neurorrehabilitación es la plasticidad cerebral. Esto no solamente significa buscar una reorganización cerebral y la generación de nuevas conexiones, sino adaptar el entrenamiento para que sea lógico y complementado con protocolos de investigación. Basarnos en la ciencia a la hora de generar programas de trabajo.

Para Facundo Manes, presidente de la Fundación Ineco, este proyecto muestra cómo pueden converger armónicamente lo público y lo privado: Si queremos ser Australia, que tiene 4200 investigadores por millón de habitantes (la Argentina, 1200), necesitamos más investigadores y mucho más presupuesto en ciencia, el triple. Hay que destacar que Sancor Seguros apuesta a esto: a la alianza científica, estatal y privada que tiene que tener un país para desarrollarse.

Por su parte, Alejandro Simon, presidente de Cites, coincide: El retroceso del país tiene que ver con la falta de inversión en investigación y desarrollo. Y especialmente del sector privado, ya que la Argentina tiene la más baja de la región. Siempre desarrollamos nuestros negocios pensando en dejar una huella social positiva y nos aliamos con los que saben.

Se espera que, a partir de diciembre, el nuevo centro brindará atención a todas las obras sociales y atenderá a unos 15.000 pacientes por año.

Fuente: La Nación