(Barcelona).- La entrada en vigor el 1 de enero de la normativa NIIF 16, que obliga a las compañías a incluir sus arrendamientos dentro de un apartado específico de sus cuentas y balances anuales, ha disparado aún más la deuda financiera de Grifols, el principal problema en la exitosa historia del laboratorio catalán, la segunda empresa mundial en el negocio de los medicamentos obtenidos de las donaciones de sangre. La norma ha afectado a todos sus centros de donación de plasma.

En concreto, según reconoce la compañía familiar en sus cuentas del primer trimestre del año presentadas ayer, a 31 de marzo de 2019 el impacto por la aplicación de esta norma internacional de contabilidad en el importe de la deuda ha ascendido a 711 millones de euros. Con este aumento, la deuda financiera neta actual del laboratorio se sitúa en 6.617 millones de euros.

En sus cuentas, Grifols ha decidido excluir el impacto de la NIIF 16 por lo que detalla una deuda financiera neta de 5.906 millones de euros. Con estos datos ha calculado también el ratio de deuda financiera neta sobre ebitda, el indicador utilizado para ver la capacidad de la empresa para hacer frente a su deuda en el futuro. Este ratio, excluyendo los 711 millones adicionales, está en 4,78 veces y 4,64 veces sin considerar el efecto del tipo de cambio del ejercicio. "La gestión del endeudamiento sigue siendo una prioridad para la compañía y se espera una reducción de dicho ratio en los próximos trimestres", reconoce la compañía.

Con la nueva norma, el contrato de arrendamiento se convierte en un pasivo y un activo equivalente. A consecuencia de ello, las compañías aumentarán el tamaño de su balance con nuevos activos, pero por otro lado también incrementarán el endeudamiento, ya que estos contratos pasan a formar parte de su deuda.

En cuanto a su resultado en el primer trimestre del año, la compañía catalana obtuvo 114,4 millones de euros en el primer trimestre, lo que supone hasta un 20,2 por ciento menos por mayores gastos en comparación al primer trimestre de 2018.

Grifols ha atribuido la caída del beneficio a gastos no recurrentes ligados a transacciones corporativas y a mayores gastos financieros derivados de la evolución de los tipos de interés y del citado cambio de normativa contable. Con todo, los ingresos de la multinacional subieron un 13,1 por ciento, hasta 1.156,8 millones de euros, aunque el ebitda lo hizo algo menos, un 2,7 por ciento, hasta 305,6 millones. La división principal de Bioscience facturó 915,6 millones, un 13,4 por ciento más.

Fuente: El Economista