(Madrid).- Las infecciones nosocomiales afectan al 5 por ciento de los pacientes y comportan una elevada morbimortalidad y un mayor coste económico.

El Institute of Medicine (IOM) publicó en el año 2000 el informe To Err is Human: Building a Safer Health System, donde se señalaba que la infección nosocomial es uno de los principales problemas de salud pública y enfatizó la importancia de implantar sistemas de prevención para mejorar la calidad asistencial en los centros sanitarios.

Cuál es la situación de las infecciones nosocomiales en España?
Las infecciones nosocomiales son infecciones adquiridas durante la estancia en un hospital y que no estaban presentes ni en el período de incubación ni en el momento del ingreso del paciente. Las infecciones que ocurren más de 48h después del ingreso suelen considerarse nosocomiales. Sin embargo, en la actualidad el concepto de infección relacionada con la asistencia sanitaria (IRAS) ha traspasado claramente el marco del hospital. Las infecciones relacionadas con el sistema sanitario son las que tienen relación con prácticas asistenciales en pacientes que están hospitalizados o ambulatorios, pero en contacto con el sistema. El estudio Epine (Estudio de Prevalencia de las Infecciones Nosocomiales en España), en el reciente informe del año 2016 obtenido con datos de 294 centros hospitalarios españoles y con una población de 59.016 pacientes incluidos, estimó que el 7,92 por ciento (4.673) de los pacientes hospitalizados presentaron algún tipo de IRAS. Como curiosidad, en este último estudio la infección nosocomial con origen en la herida quirúrgica (prevalencia del 2,24 por ciento) ha sobrepasado al habitual predominio de la infección urinaria (1,59 por ciento) y de las respiratorias (1,74 por ciento) que había acontecido como viraje en los últimos años. Al igual que en los estudios de años previos, la mayor prevalencia de pacientes con infección nosocomial se produce en hospitales con más de 500 camas (6,44 por ciento) y centros terciarios (6,30 por ciento) y/o especializados (6,95 por ciento), siendo las unidades de pacientes críticos las áreas en las que se producen un mayor número de infecciones proporcionalmente (21,37 por ciento).

Qué se podría hacer para reducir el número de casos?
Es evidente que los modernos métodos de asistencia médica y fórmulas de gestión sanitaria permiten disminuir el efecto de exposición al entorno del nosocomio, aunque no tanto del medio sociosanitario, pero es indiscutible que la posibilidad de llevar a cabo la asistencia del paciente en unidades de hospitalización domiciliaria, cirugía sin ingreso, en hospitales de día, en el entorno más cercano al centro ambulatorio, etc., permitiría minimizar el riesgo de adquisición de estas infecciones nosocomiales. Aunque no se debe olvidar que el personal sanitario que atiende a estos pacientes, a los que facilitamos el alta precoz o evitamos incluso el ingreso, debe cumplir también estrictamente con las medidas esenciales de correcta higiene de manos y de métodos de aislamiento que sean requeridos o sugeridos por los servicios de medicina preventiva.

Reducir estas infecciones ayudaría a reducir costes?
Muchas de estas infecciones están causadas por bacterias multirresistentes, y este es realmente el problema clave que ha empeorado la situación de la ya problemática de por sí infección hospitalaria. En un informe global, recientemente publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), se describen niveles alarmantes de resistencia, tanto para infecciones comunitarias, como para las asociadas a los cuidados sanitarios. El Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés) estima que en Europa la resistencia antimicrobiana causa 25.000 muertes anuales y supone 1,5 billones de euros en gastos sanitarios y pérdidas de productividad. Al mismo tiempo, se producen 37.000 fallecimientos por infecciones relacionadas con la asistencia sanitaria (IRAS), muchas de ellas causadas por microbios resistentes. En España, la cifra de fallecidos relacionada con infecciones vinculadas a la asistencia sanitaria se estima en 3.200 al año (algo más de 8 muertes al día), todo lo cual supone un mayor número de muertes que el de los accidentes de tráfico, cifrado en torno a las 2.500 muertes anuales.

Cuáles son las nuevas alternativas en manejo de infecciones estafilocócicas graves?
Cuando la infección se ha declarado, y es grave, como una sepsis, osteomielitis, endocarditis, neumonía, meningitis, la actuación clave debe ser el tratamiento antimicrobiano más eficaz, empírico si es ante alta sospecha de estafilococos, o dirigido cuando ya se dispone de identificación precisa y de estudio de sensibilidad a los antibióticos mediante el antibiograma. Afortunadamente el campo de los antibióticos frente a cocos grampositivos se ha ampliado mucho en la última década y además de la cloxacilina, la clindamicina y los glicopéptidos tradicionales (vancomicina, teicoplanina), hoy contamos con nuevas moléculas capaces de sobrepasar las resistencias (SARM) y algunos mecanismos de virulencia (toxinas, proteínas), como son linezolid y tedizolid, daptomicina, tigeciclina, dalbavancina, ceftarolina.

Cómo mejorar el grado de adherencia al tratamiento?
El grado de adherencia, cumplimiento apropiado y la fidelidad a las medidas de prevención y tratamiento de las infecciones estafilocócicas graves depende de los equipos médicos, de enfermería, de todo el personal sanitario y no sanitario que trabajan en una determinada sala, quirófano, hospital o departamento de salud. Se ha demostrado también en varios estudios que la presencia de infectólogos clínicos en los hospitales mejora la asistencia del proceso de bacteriemia disminuyendo la mortalidad de la misma, optimizando la adecuación del tratamiento antibiótico eficaz, haciendo que el tiempo hasta su instauración sea más corto y regulando el número de pruebas complementarias para el estudio de detección y control del foco de origen infeccioso; específicamente, la actuación del infectólogo ha mostrado un mejor manejo de la bacteriemia estafilocócica y la reducción de la morbimortalidad directamente relacionada con la misma.

Fuente: Gaceta Médica