(Buenos Aires).- Los seres humanos siempre estamos buscando formas de matizar las marcas provocadas por el paso natural del tiempo en el cuerpo. Esto quedó demostrado en la última encuesta mundial de ISAPS (Sociedad Internacional de Cirugía Plástica), que informa un crecimiento continuo en las cirugías.
La mayoría de las cirugías se realizaron en mujeres de entre 35 y 50 años, período de mayor percepción de los signos de la edad. Pero existen otras formas de retrasar los efectos del envejecimiento, mantener la salud, realzar la belleza y elevar la autoestima.
En la búsqueda de una apariencia saludable, el cuidado del cuerpo de adentro hacia afuera ha mostrado resultados satisfactorios a lo largo de los años. Existe un dicho popular que dice: “somos lo que comemos”.
Aunque tiene sentido, la ciencia ha identificado que cada persona tiene un metabolismo distinto y diferentes capacidades de absorción de micro y macronutrientes. Es en esta singularidad donde actúan los nutracéuticos, que son complementos alimenticios compuestos por nutrientes muchas veces sintéticos, idénticos a los naturales ó naturales, para cubrir las necesidades diarias recomendadas por las organizaciones de la salud o incluso para buscar un beneficio específico como se indica en estudios clínicos.
Seguramente ha escuchado que el intestino es nuestro segundo cerebro. Esto se debe a que las bacterias que lo habitan, también conocidas como flora intestinal o microbiota, tienen una influencia directa en varias funciones de nuestro organismo (incluidas las metabólicas e inmunológicas) y, sin duda, una microbiota sana es fundamental para que nuestro organismo tenga una buena absorción de nutrientes como los carotenoides, por ejemplo, luteína y licopeno, nutrientes vitales para la belleza de la piel.
BASF, presente en el mercado de nutracéuticos, lanzó Prebilac®, descubierto en la leche materna y que actúa como prebiótico, pero se diferencia al aumentar selectivamente la cantidad de bacterias buenas y reducir la adhesión de virus al epitelio intestinal.
Una dieta funcional combinada con la ingesta de suplementos que contienen Licopeno y Luteína, en dosis adecuadas, ayudan a reducir el daño causado por el tiempo. Los estudios de laboratorio han demostrado la capacidad de estos carotenoides para aumentar la firmeza, elasticidad y densidad de la piel, así como para retrasar la oxidación, proteger contra la luz ultravioleta y combatir la inflamación. Por ejemplo, se ha observado que la suplementación con estos dos nutrientes en determinadas dosis, durante un período de 12 semanas, puede aumentar la densidad de la piel en aproximadamente un 7% y el grosor de la piel en un 15%.
A diferencia de los productos tópicos, los nutracéuticos son principalmente activos en el campo de la prevención y muestran mejores resultados cuando se consumen de forma continua, percibiéndose sus efectos a mediano plazo.
Pero resulta interesante prestar atención a dos puntos esenciales para potenciar estos efectos: la biodisponibilidad del nutriente y la tecnología aplicada en la extracción y preparación de la formulación con el nutriente de la materia prima. BASF, por ejemplo, tiene en su portafolio Xangold®, compuesto de luteína-éster, que es más resistente en ambientes ácidos, como el gástrico, promoviendo una mayor biodisponibilidad. Es muy importante que las compañías trabajen de manera responsable para garantizar que los carotenoides no se degraden durante el proceso de producción y suministro, lo que afectaría los resultados.
Al asociar los nutracéuticos con otros hábitos saludables, como el ejercicio y la buena alimentación, es posible reducir el daño que ocasiona el medio ambiente a lo largo del tiempo, ganar calidad de vida y sentirse satisfecho con la imagen de sí mismo, algo tan deseado en la actualidad. Estos son resultados del cuidado personal sumados a los beneficios que ofrece lo más moderno y funcional en el área de la nutrición humana.
Por Florencia Sosa - Licenciada en Tecnología Industrial de los Alimentos y Experta en Nutrición Humana de BASF
Fuente: Alurralde Jasper
