(Madrid).- Lograr mejorar la calidad de vida a pacientes hospitalizados es uno de los ejes clave dentro de todas las especialidades médicas. Actualmente existen parámetros muy claros que marcan el pronóstico en los pacientes ambulatorios, si el estado mejora o no, si se vale por sí mismo, etc. Pese a ello, el paciente oncológico metastásico ingresado con tratamiento no tiene actualmente ninguna herramienta a tener en cuenta para la predicción de su estancia hospitalaria.

Esta incógnita animó a Oriol Mirallas, oncólogo residente de cuarto año en el Hospital Vall d’Hebrón, a iniciar un estudio de validación multicéntrico para predecir la mortalidad en pacientes oncológicos hospitalizados en estadio avanzado con un tratamiento activo.

Conseguir realizar una predicción sobre la mortalidad y la estancia hospitalaria del enfermo fue la meta que se propuso Mirallas a raíz de haber estado trabajando en la planta de pacientes oncológicos hospitalizados. El residente explica en Redacción Médica que “normalmente cuando el paciente tiene que ser ingresado es porque se encuentra en un proceso agudo, en una vigilancia por un tratamiento o en un proceso final de vida. A partir de aquí podemos lograr una herramienta para predecir el pronóstico del ingreso para saber las posibilidades que tenía el enfermo”.

Estudiar los parámetros analíticos y clínicos para comprender cómo avanzará la evolución del paciente ha sido la clave para avanzar en el proyecto. “Recogimos la información de forma prospectiva basándonos en cinco pilares que son la ansiedad y depresión, calidad de vida, nutrición, antecedentes médicos y características del tumor. Entre estos bloques seleccionamos un total de 45 variables que queremos reducir hasta 15 para crear una herramienta que nos permita discriminar al enfermo con una predicción lo más acertada posible”, explica Mirallas.

La primera parte del trabajo fue presentada al congreso celebrado por parte de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), ofreciendo resultados prometedores en 772 pacientes y multiplicando la capacidad de predicción a los 30 días. “Logramos tener una predicción de aquellos pacientes que podrían morir antes de los 30 días y de los que lograban sobrevivir más de seis meses. Las variables nos permitieron realizar un gráfico para saber qué pronóstico tenía cada paciente y qué duración hospitalaria según los parámetros estudiados”, detalla el residente del hospital catalán. Tras estos resultados, Mirallas logró que el estudio se convierta en multicéntrico gracias a la participación del Hospital de Sant Pau y el Hospital Del Mar, alcanzando la cifra de hasta 1500 pacientes estudiados.

El próximo paso que se ha marcado Mirallas y todos los profesionales que le han ayudado es el de crear una calculadora, basándose en las menos variables posibles y que mantenga la predicción positiva y acertada, para que pueda ser extrapolable a otros hospitales con la finalidad de que sea sencilla de utilizar. “Nos hemos dado cuenta de que, con estas variables, las curvas de los pacientes que fallecen o no en los próximos treina días se separan enormemente, generando una altísima discriminación. Podríamos hacer ya esta calculadora, pero queremos que la herramienta esté al alcance de todo el mundo y sea sencilla de usar”, concluye el residente.

A partir del mes de junio, Mirallas presentará su trabajo en el ASCO Annual Meeting 2022, una de las principales reuniones científicas en el ámbito oncológico, después de haber sido galardonado con el premio “Conquer Cancer Merit Award”. La principal novedad que quiere llegar a realizar Miralles en el trabajo, y que tendrá que ser después del ASCO debido a la falta de tiempo, es “crear una herramienta que nos permita discriminar al enfermo con la misma predicción que presentaremos en los premios”.

Una residencia completa en el Vall d'Hebrón

Actualmente, Mirallas está realizando su cuarto año de residencia en el Hospital Vall d’Hebrón, reconociendo que su experiencia está siendo fantástica. “Pese a que Oncología es una especialidad dura a nivel emocional, me encuentro muy bien. Los dos primeros años he tocado aspectos ligados a la Medicina Interna, Hematología, UCI y urgencias. Después pasé a las hospitalizaciones, y finalmente, en el último año, estoy en consultas y ya he pasado por diferentes unidades. Aún me faltan las de mama y pulmón, conocidos como 'big killers' y uno de los más frecuentes. El Vall d'Hebrón es un muy buen lugar para realizar la residencia", puntualiza Mirallas.

Fuente: Redacción Médica