(Madrid).- Desde la llegada de la variante Ómicron a España, no ha existido otra que la superase en número de contagios. Aun así, esta mutación de la COVID-19 se ha dividido en cinco subvariantes que han protagonizado la séptima ola en España: BA.1, BA.2, BA.3, BA.4 y BA.5. Y ya no solo la séptima, pues algunos expertos como Ángel Gil, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública, consideran que ya podemos empezar a hablar de una octava.

Desde mi punto de vista es la octava. Yo creo que BA.1 y BA.2 dieron lugar a la séptima y ahora que tenemos la BA.4 y BA.5, se puede considerar la octava apunta el experto. En concreto, los expertos apuntan a que BA.4 y BA.5 se tratan de subvariantes que escapan a la inmunidad de las vacunas, un rasgo que ha alertado a la comunidad científica, empujándola a una nueva búsqueda con la que frenar a este tipo de variantes. Como es el caso de Moderna y Pfizer, que, aunque ya tienen una vacuna bivariante que engloba la original de Whuan y la nueva Ómicron, Gil explica que ahora se deberá seguir ese mismo camino, añadiendo las mutaciones que vayan surgiendo a lo largo del tiempo.

Esto es fundamental para protegernos. Y ya no sólo con las vacunas de mrna de Moderna y Pfizer, sino también con vacunas de proteínas recombinantes, cómo son las que tiene Sanofi con GSK, y la de Hipra.

La ola en datos

En las últimas cuatro semanas analizadas, de las 919 muestras aleatorias secuenciadas solo cinco corresponden a linajes diferentes a los de Ómicron. Hasta el pasado 29 de junio, se notificaron 84.146 nuevos casos de COVID-19 en España, aunque Gil recuerda que el número puede ser mayor ahora que los confinamientos no son necesarios y los positivos han dejado de notificarse con la misma regularidad que antes. Según el informe ‘Actualización nº 612. Enfermedad por el coronavirus (COVID-19). 01.07.2022‘, elaborado por el Gobierno, el número de ingresos por COVID-19 supera ya los 10.000 pacientes, de los que 449 han requerido ingreso en la Unidad de Cuidados Intensivos.

En cuanto a la mortalidad, esta ola se ha cobrado la vida de 207 personas. Asimismo, desde el Ministerio de Sanidad advierten que los datos de los últimos siete días no son comparables entre comunidades autónomas, debido fundamentalmente a retrasos en la notificación de fallecidos en algunas de ellas.

En la actualidad, los expertos detallan que la incidencia de COVID-19 en España se encuentra en fase de ascenso. Del mismo modo, coincide con un descenso en la proporción del linaje BA.2, tanto entre los casos secuenciados como entre los analizados mediante PCR específica, pero se aprecia un rápido aumento de los linajes BA.4 y BA.5, que han pasado de menos del 1 por ciento al 3,6 por ciento y del 9,7 por ciento al 15,6 por ciento respectivamente, en menos de una semana.

Los síntomas, dicen los expertos, son muy parecidos a los de Ómicron (dolor de garganta y de cabeza, tos, fiebre, moqueo y cansancio), pero con ciertas diferencias. Según señala el Instituto Nacional de Enfermedades Transmisibles de Sudáfrica con estas subvariantes se hacen patentes episodios de diarrea, dolor muscular, falta de olfato y gusto, disnea o falta de aire, vértigos y episocios de incubación más cortos.

Mascarilla en mano

Actualmente, la vigilancia se centra en los casos en la población más vulnerable. En este contexto, la monitorización de la incidencia acumulada a 14 días en personas de 60 o más años se encuentra en ascenso y se ha situado en 755,71 casos por 100.000 habitantes, aunque con una importante variabilidad entre los diferentes territorios: Baleares, Canarias, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Cataluña, Extremadura, Galicia, Madrid, País Vasco y La Rioja, superan ya los 1.000 positivos de incidencia.

Con España sumergida en otra ola COVID, la ministra de Sanidad, Carolina Darias, ha pedido “prudencia” y ha recomendado el uso de la mascarilla ante el aumento. De igual forma opina Ángel Gil, quien propone a la población que, en el caso de no poder mantener una distancia de seguridad, se haga uso de la mascarilla. Ya no solo para no contagiarse, sino para no contagiar. Este año tenemos que seguir utilizándola, reitera el experto.

Asimismo, Darias ha hecho un llamamiento a ponerse la dosis de refuerzo a quien aún no la tenga, mientras se está a la espera de que lo que la Ponencia de Vacunas determine sobre la cuarta dosis y “cuándo” conviene inocularla. En este aspecto, Gil opina que esta cuarta dosis será “posiblemente” necesaria solo en la población vulnerable.

A todo ello se le suma la posibilidad de generalizar Paxlovid, según Gil. Puesto que ha funcionado “muy bien” en personas mayores, yo diría que no estaría de más que ese fármaco se utilice también en personas de más de 65 años para evitar las hospitalizaciones y conseguir dar el salto de una pandemia a una enfermedad endémica. No obstante, tanto los datos como los expertos lanzan un mensaje de tranquilidad: en conjunto, el riesgo asociado a estos linajes se considera bajo.

Fuente: Gaceta Médica